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LA GRAN RED DE TRANSMISIÓN ELÉCTRICA DE CHINA: CLAVE PARA REDUCIR EMISIONES CLIMÁTICAS 

A En febrero de 2018, se comenzó a armar una torre de transmisión roja y blanca en el extremo oriental de la provincia de Anhui en China, por encima de la orilla sur del río Yangtze. Los trabajadores estaban erigiendo un componente crítico de la primera línea de transmisión del mundo de 1.1 millones de volts, en un momento en que las compañías estadounidenses están luchando por construir algo por encima de 500 mil volts. Una vez que la empresa de servicios públicos, State Grid of China, complete el proyecto, la línea se extenderá desde la región de Xinjiang en el noroeste hasta Anhui en el este, conectando plantas de energía en el interior del país a ciudades cercanas a la costa. El proyecto es parte de la estrategia del país para aliviar el excedente de electricidad en el oeste del país, dado el contexto de que tales inversiones en infraestructura pueden impulsar la economía. Inicialmente, la compañía desarrolló y construyó líneas de voltaje ultra alto para satisfacer la creciente de energía en todo el país, donde las altas montañas y las grandes distancias separan los centros de población de los recursos de carbón, hidroeléctricos, eólicos y solares. Pero ahora State Grid persigue un objetivo mucho más ambicioso: unir los sistemas eléctricos de las naciones vecinas en «superredes» transcontinentales capaces de intercambiar energía a través de las fronteras y los océanos. Estas redes masivas podrían ayudar a reducir las emisiones climáticas al permitir que las fuentes renovables fluctuantes como la eólica y la solar generen una parte mucho mayor de la electricidad utilizada por estos países. Las líneas más largas y de mayor capacidad permiten equilibrar la energía solar en una zona horaria con, por ejemplo, energía eólica, hidroeléctrica o geotérmica a varias zonas más. La nueva línea, que puede transmitir 12 GW de potencia, atraviesa las provincias de Gansu, Ningxia, Shaanxi y Henan antes de terminar en la ciudad de Xuancheng, provincia de Anhui. Puede suministrar 66 mil millones de kWh de electricidad al este de China anualmente, satisfaciendo la demanda de energía de 50 millones de hogares y reduciendo el uso de carbón en 30.24 millones de toneladas. En contraste, La política y la burocracia han obstaculizado el despliegue de redes eléctricas tan inmensas y modernas en gran parte del mundo. En Estados Unidos puede llevar más de una década obtener las aprobaciones necesarias para las torres, cables y tubos subterráneos que atraviesan franjas de tierras federales, nacionales, estatales, del condado y privadas, en la rara ocasión en que sea aprobado de manera absoluta. En el contexto inicial, facilitar el mayor uso de las energías renovables claramente no es la única, o incluso la principal, motivación de China. La infraestructura de transmisión es una pieza estratégica de la Iniciativa Belt and Road, el esfuerzo multimillonario de China para construir proyectos de desarrollo y relaciones comerciales en docenas de naciones. “Estirar” sus cables de ultra alto voltaje en todo el mundo promete extender el creciente poder económico, tecnológico y político de la nación. Bajo esta premisa, State Grid es una compañía con casi 1 millón de empleados y mil 100 millones de clientes. En 2018, reportó 9.5 mil millones de dólares en ganancias sobre 350 mil millones en ingresos, siendo en ese año, la segunda compañía más grande en la lista Global 500 de Fortune.

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