HISTORIAS DE SALTILLO

TAMARA MEDRANO FLORES 

 A través de sus personajes, sus anécdotas y sus lugares 

Brujería en Saltillo

Es imprescindible vernos atraídos por historias fantásticas que involucran magia, conjuros y hechizos. Vivimos en una sociedad en la que en nuestras creencias e ideologías tienen connotaciones negativas y positivas. Al escuchar hablar sobre la hechicería o la brujería solemos asociarla con maldiciones, encantamientos o brebajes. Hay quienes también relacionan este término a fines curativos o protección. Los grandes escenarios para que se propicien los maleficios y la existencia de estos seres sobrehumanos conocidos brujas son casi siempre la noche, los lugares apartados e incluso los panteones. En 1486 se publicó en Alemania el Malleus Maleficarum, conocido como el martillo de las brujas. Este libro exponía las bases de una persecución que llevó  a una gran cantidad de personas y sobre todo de mujeres inocentes a ser torturadas. Del siglo XV al XVIII países de Europa y América tuvieron en su historia casos de brujería en donde muchos de los crímenes de las acusadas era crear ungüentos y remedios medicinales, salir de su casa por las noches o ayudar en los partos.

De los casos más sonados en América se encuentran los juicios de Salem ocurridos en el actual estado de Massachusetts, Estados Unidos entre 1692 y 1693. En estos juicios se llevaron a la corte varias mujeres de las cuales una gran parte fueron ejecutadas. Entre las acusadas, sobresale el caso de Tituba. Tituba fue acusada de brujería, pero a diferencia de otros casos ella aceptó hacerla y utilizar animales para sus rituales; estas afirmaciones las realizó tras ser golpeada cruelmente. Con sus confesiones estremeció a toda la sociedad, pues declaró que la maldad había entrado al pueblo. A pesar de ser esclava y haber confesado tales crímenes, Tituba no es ejecutada, fue enviada a la cárcel y más tarde puesta en libertad.

En nuestra ciudad tenemos grandes historias en las que se destacan las brujas como personajes  principales. Una leyenda conocida es el  ataque que Mónico sufrió por las brujas entre los años de 1919 y 1921. Se dice que Mónico tenía un gran temor de que las brujas se lo llevaran, por lo que familiares y autoridades preocupados por su situación decidieron cuidarlo mientras dormía. El cansancio llegó a sus guardianes, por lo que se quedaron dormidos. Al día siguiente a las 6 de la mañana, Mónico ya no estaba en cama,  su cuerpo fue encontrado sin vida en la alberca de Altamira. Testimonios afirman que sucesos paranormales ocurren actualmente en la calle de Gral. Victoriano Cepeda.

Sin dejar de darle importancia a nuestras leyendas, decidí indagar un poco en el Archivo Municipal de Saltillo donde encontré que existieron mujeres que fueron juzgadas de varios crímenes que hacen referencia a la brujería, entre las acusaciones sobresale el  vudú, amarres amorosos y una que otra maldición. El 6 de julio de 1748 José Joaquín Rivera se quejó en contra de Miguel González y tres amigos por entrar de forma ilegal a su casa, haberlo amenazado de muerte, para finalmente llevarse a su esposa Manuela de origen mulato argumentando que había hechizado a su pareja. Manuela declaró que fue maltratada y azotada brutalmente por Miguel González, pues le dijo: Aquí has de morir o me has de dar sanar a mi mujer que la tienes hechizada o al menos has de confesar qué mujer te enseñó la hechicería para que la cure. A lo que Manuela respondió: Señor Miguel, por la virgen que yo no sé nada de eso, ni en mi vida lo he sabido, ni sé qué mujer es la pregunta. Al escuchar la respuesta don Miguel la golpeó tan fuerte que por miedo Manuela aceptó que tenía hechizada a su esposa, diciéndole que la curaría con un muñeco que tenía en su casa. Ella aclara que decidió afirmar dicha acusación para que se le dejara vivir. Miguel González decía que Manuela había hechizado a su esposa, pues él había visto como Manuela dio a su pareja una pelotilla de hueso de maguey con alfileres y desde ese momento su esposa cayó en cama con una enfermedad que fue considerada desconocida para su época. A Manuela no se le encontró prueba de que hubiera realizado algún hechizo, pero los azotes, el maltrato y las acusaciones la dejaron en mal estado. Varias mujeres fueron acusadas de brujería sin fundamentos y hubo otras que aceptaron haber realizado algún maleficio. La mayoría de los acusados en estos casos fueron mujeres, pues existen pocos documentos donde se hayan realizado juicios a hombres por el caso de brujería.

 

Fuente: Acervo Histórico del Archivo Municipal de Saltillo. AMS, PM, C17, E68, F41