ES UNA LÁSTIMA QUE LÓPEZ NO SEA CHINO…

Porque los chinos cumplieron y en 10 días levantaron un hospital con mil 400 camas, para atender pacientes con coronavirus.

Y si AMLO fuera un chino cumplidor, los militares estarían en los cuarteles, el avión vendido, no habría corrupción ni parientes de altos funcionarios en la nómina federal, un nuevo aeropuerto estaría ya casi funcionando y, sobre todo, tendríamos servicios de salud de primer mundo.

Espero que por lo menos usted haya recibido de los Reyes lo que pidió y gozado los tamales de la Candelaria, porque al país lo encuentro de dar pena.

Voy regresando un descanso de casi dos meses sin ver anuncios en calles y carreteras, pestañas postizas y uñas adornadas en mujeres, ni esas mañaneras de terror por aburridas, reiterativas y mentirosas.

Me alegra haber llegado a tiempo, de no comprar el cachito de lotería para la ilegal rifa de un avión que un presidente cínico, obcecado y desquiciado promueve, pretendiendo no nos demos cuenta del desastre en que nos tiene.

La economía para atrás, poco respeto a las leyes, inseguridad y asesinatos en aumento, cárceles atestadas, aumentos en pagos de casetas, compras sin licitación, decisiones amañadas dizque validadas con manos levantadas, acoso al INE y la UNAM, maltrato a los inmigrantes, falta de medicinas a niños con cáncer y de remedios en hospitales del IMSS y del ISSSTE, y citas en el IMSS a más de seis meses de distancia, entre otras muchísimas cosas.

Aterricé y los elevadores que en el aeropuerto de la Ciudad de México me tocaron, no funcionaban; y a diferencia de mi salida del aeropuerto de Santiago de Chile, donde todos los agentes de policía, migración y aduanas, usaban una máscara especial y guantes azules por la emergencia mundial del coronavirus, nadie los usaba en el de la Ciudad de México el viernes de mi arribo.

Y mire usted las incongruencias: para traer desde Bolivia a Evo Morales y las cenizas de un compositor y cantante, se usaron aviones y recursos públicos que fueron negados para el traslado de mexicanos que estaban en Wuhan, el mero epicentro de la enfermedad.

“No se justifica mandar avión a China para traer a mexicanos”, dijo el canciller Ebrard; que no se mueve, a menos que lo pida su verdadero jefe, que es Trump.

Pero, pese a lo mal que está todo; lo más preocupante es que los de la 4T no den una en salud.

Las últimas noticias hablan de tuberculosis al alza, retraso en la vacunación nacional contra la influenza, faltan vacunas contra tétanos y sarampión, ocupamos el lugar 76 en Desarrollo Humano, el doctor Julio Frenk declaró a Proceso, que el plan de salud del actual gobierno es “un grave retroceso” y todos los que en el sector tienen criterio, alertan de las precarias condiciones a las que AMLO ha llevado al país en lo que a salud se refiere.

Y con todo lo pendiente, el presidente dedicó la mañanera de este lunes a decirnos donde venden el litro de gasolina y el gas más baratos, como si pudiéramos volar a Baja California a llenar el tanque o manejar a Pátzcuaro, por un cilindro; a oír una orquesta de Oaxaca, “porque no hay nada más importante que la música”, dijo mostrando semblante de beatitud sonriente, cada que sus empleados, la Secretaria de Cultura y el titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, reiteraban siguiendo el mejor modelo del pasado, sus «gracias señor presidente».

Me pregunto dónde vive el coordinador de los diputados morenistas, Mario Delgado, para afirmar que entre las prioridades legislativas para el periodo de sesiones que se inició este primero de febrero, está en primer lugar «elevar a rango constitucional la política social del Gobierno federal».

¿Cuál será esa “política social”, que merece consagrarse en la Constitución.

¿Los dineros de todos regalados a unos cuantos como garantía de futuros votos?

¿La “evangelización” a más de dos millones de Jóvenes Construyendo el Futuro, que a cambio de tres mil 600 pesos mensuales y deberán estudiar el Evangelio, «para adquirir valores morales basados en principios cristianos universales”?

Antes de terminar expreso mi solidaridad al periodista Sergio Aguayo, acosado durante casi cuatro años por jueces sometidos al ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, y amenazado a tener que pagar 10 millones de pesos por un supuesto “daño moral”, debido a un artículo publicado el 2016 en Reforma, donde dice mucho menos de lo que ese tipo merece.

 

Autor

Teresa Gurza