A LA BÁSCULA

Universidad compartida

 Adolfo Orive Bellinger es un viejo luchador social que a sus casi 80 años mantiene vivo su activismo, aunque ahora ya no lo hace en las colonias proletarias ni en los ejidos y comunidades más pobres y alejadas de nuestro país como lo hizo en sus años mozos; ahora sigue en su búsqueda por sembrar buena semilla en tierra fértil, entre estudiantes y académicos a través de las universidades, así como entre los empresarios vía cámaras y organismos empresariales, pero aspira a que sus teorías y mensajes, puedan ser llevados a todos, en las calles, en los talleres, replicarlos con la intención de que la gente sea sujeto de su vida, de su historia.

El rector de la Universidad Autónoma de Coahuila, Salvador Hernández Vélez –viejo amigo suyo y en otros tiempos compañeros de lucha, entre cuya ‘palomilla’ se encontraba quien llegó a ser líder nacional cenecista, Hugo Andrés Araujo, entro otros-, ha tenido el tino de invitarlo a impartir un par de diplomados de manera simultánea en las unidades Saltillo y Torreón.

En la capital del estado, Orive Bellinger desarrolla el diplomado en la Facultad de Economía porque ese es justamente su tema con los saltillenses, la economía; en Torreón el tema es lo que él llama la política democrática.

En por lo menos un par de ocasiones en conferencias ofrecidas siempre en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Coahuila en distintos momentos –una de ellas cuando era diputado federal plurinominal-, le he escuchado y siempre me han parecido interesantes sus teorías y puntos de vista, respecto de los temas políticos y sociales de nuestro país. Es un tipo inteligente, pensante y generoso al momento de compartir los conocimientos adquiridos igual en su largo andar de activista social, que en los distintos puestos que ha ocupado como servidor púbico, pero también en las aulas.

Es ingeniero civil por la UNAM, tiene un doctorado en la Universidad de París, un pos doctorado en Economía Keynesiana en la Universidad de Cambridge, además de un doctorado en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM.

Cómo diputado federal promovió la Ley de Participación Ciudadana “para fortalecer la democracia y la Ley de Productividad para desarrollar la Economía Ciudadana creando clústeres y cadenas de valor que mejoren a las micro y pequeñas empresas (99% del total) y generen empleo para los jóvenes, y desarrollo para todos los mexicanos”, se lee en su perfil en Wikipedia. Este jueves tuve oportunidad de conversar con él, lo que es un verdadero placer en tratándose de un tipo inteligente y preparado, pero también de una mentalidad abierta. Es un gran conservador, que sabe escuchar.

Como antes en el campo y en las colonias marginales, Adolfo Orive busca ahora que las aulas en las universidades y en las cámaras y organismos empresariales puedan servir como caja de resonancia, que a través del boca en boca se vaya generando entre los ciudadanos el interés por participar activamente en la solución de las problemáticas que aquejan al país, y sea desde el pueblo donde se genere el auténtico cambio por el que más de 30 millones de mexicanos votaron en julio de 2018, mismo del que después de 16 meses, no han visto siquiera el atisbo.

Orive Bellinger dice sentirse agradecido y orgulloso al mismo tiempo, de la invitación que le hizo el rector Hernández Vélez, y de que entre los alumnos de los diplomados que imparte tanto en Saltillo como en Torreón, están los propios directores de las facultades sedes, pero también académicos de esas y otras facultades. Percibe con optimismo que hay interés por los temas que desarrolla, y que puede despertar conciencias.

La idea del rector de la Universidad Autónoma de Coahuila me parece que es interesante en función de una capacitación y mejora continua de directivos, académicos, investigadores y alumnos de la propia universidad. Pero me atrevería a sugerir que, adecuando el formato, Adolfo Orive Bellinger pudiera llevar a manera de conferencias estos temas tan interesantes, a todos los rincones del estado de Coahuila, con una convocatoria abierta a todos los ciudadanos, en espacios abiertos, para que todo mundo tenga acceso y no tengan que hacer ningún desembolso.

Obvio que lo primero son los de casa, pero también entre los compromisos de la Universidad, es establecer un vínculo permanente y cada vez más estrecho con la sociedad a la que sirve, y esta sería una buena forma de hacerlo.

Que nuestra Máxima Casa de Estudios pudiera compartir con los ciudadanos que por alguna razón no hayan tenido o no tienen la oportunidad de ir a las aulas universitarias, los conocimientos que se adquieren intramuros. Y créamelo que los conocimientos, experiencias y teorías que puede compartir Adolfo Orive Bellinger, son no sólo interesantes, sino importantes de ser escuchados, y compartidos.

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIba