Paseo a Ciegas: Vencer la oscuridad en bicicleta

Una iniciativa que permite a personas con algún tipo de discapacidad visual, realizar recorridos por la Ruta Recreativa a bordo de bicicletas tipo tandem

Brisa Itzel Aburto Valenciano, de 7 años y América López Rodríguez, de 12, son ciegas de nacimiento, por lo que andar en bicicleta para ambas era solo un sueño, algo imposible de realizar. Esto cambió cuando llegó a la Ruta Recreativa «Paseo a Ciegas», proyecto impulsado por la diputada federal Martha Garay, que permite a personas con algún tipo de discapacidad visual, realizar recorridos por la Ruta Recreativa a bordo de bicicletas tipo tandem, acondicionadas con dos asientos y un manubrio de dirección, conducidas por ciclistas voluntarios.

Fue el 3 de noviembre de 2019, cuando en el cruce de la calle Chihuahua con el Bulevar Venustiano Carranza, se instaló un stand con bicicletas dobles, llamando la atención de los usuarios que asisten regularmente a este espacio de esparcimiento y deporte. «Paseo a Ciegas» se leía en algunos chalecos con colores llamativos que llegaron junto con los vehículos no motorizados. Fue así que el sueño se cristalizó para Brisa y América, ya que con la ayuda de asistentes y ciclistas voluntarios subieron al asiento trasero de una tandem y sobreponiéndose al temor de caer, falta de práctica y a su condición, dieron −por primera vez− un paseo en bicicleta.

Desde entonces  no se pierden un «Paseo a Ciegas», donde el viento en sus rostros, ladridos de perros que caminan junto a familias y la compañía de ciclistas que comandan el recorrido mientras platican con ellas y que se han convertido en sus amigos, son parte de los elementos que se conjuntan en su hazaña dominical.

«Nunca había andado en bicicleta. Algunos dicen ´no lo pueden hacer´, pero podemos hacer muchas cosas como cualquier otra persona. Los quiero invitar, aquí estamos todos los domingos, para que traigan a las personas que no pueden ver», expresó América López Rodríguez.

ORGULLOSO PADRE

Hansel Yarim Aburto Barrios, es el padre de Brisa Itzel, la describe como una guerrera que desde que nació ha sostenido una batalla contra su ceguera. Con los ojos llorosos y la voz entrecortada, recuerda la primera vez que su hija asistió a «Paseo a Ciegas».

«Es algo muy emocionante, maravilloso. Desde el inicio cuando arrancó este proyecto, venimos. La primera vez que se subió mi niña a la bici sentí miedo, pero poco a poco se me fue quitando. Ella está muy contenta porque puede hacer ejercicio», mencionó Hansel Yarim.

Para el orgulloso padre, ver andar en bicicleta a su hija es una muestra de su valentía y un mensaje, hacia aquellos que por alguna circunstancia no pueden ver, de que todo es posible.

«Me ha tocado que se me salgan las lágrimas. Yo quisiera que mi niña más adelante pudiera andar en bici sola».

RETOMANDO EL CAMINO

Jesús Alberto Martínez Argüello, de 21 años; y Erasmo Ramos Gil, de 50, comparten la misma afición. Antes de perder la vista y de conocerse en este «Paseo», solían diariamente recorrer grandes distancias en bicicleta. Tras su ceguera, tuvieron que cambiar este vehículo por bastones blancos con lo que se apoyan para desplazarse por sí mismos. Ambos pensaron que una de sus mayores pasiones se había apagado, hasta que se enteraron de «Paseo a Ciegas», que revivió en ellos esta pasión.

«La primera vez te mareas pero conforme vas agarrando la práctica te acostumbras a la bici. Yo tengo una bici en un rancho, ahí paseaba. Me siento bien, muy orgulloso. A las personas que no han venido las invitamos a Paseo a Ciegas, es algo muy padre, muy agradable. Lo que más me gusta de andar en bici es la adrenalina y la velocidad», declaró Jesús Alberto Martínez Argüello.

«Es un gran proyecto. La realidad es que las personas con discapacidad visual de pronto nos quedamos sentados, no tenemos muchas oportunidades de recrearnos, de tener momentos de ejercicio. Es un proyecto muy padre porque la gente con discapacidad visual, podemos tener esa experiencia, esas ganas de volver a andar en bici porque muchas de las personas con discapacidad visual fuimos personas visuales en algún momento. Nunca pensé que pudiera volver a pedalear», agregó Erasmo Ramos Gil.

 

AMOR SOBRE RUEDAS

Otra de las historias capturada en este segmento de la Ruta Recreativa, es la de Verónica López, quien cuenta con 27 años; y Julián Sánchez, de 24. Ella ciega de nacimiento y él con debilidad visual, cuentan que desde el primer día de «Paseo» no han dejado de asistir. Tal ha sido el avance de Verónica que ya no utiliza la bicicleta doble sino que práctica en una regular. La voz de su marido es el conducto por el que se guía en el camino.

«Yo siempre comparto la bicicleta como si fuera mi vida porque yo le he dado sola a la bicicleta. Si tú te detienes o te vas hacia los lados, eso es la vida y tienes que ir pasando obstáculo por obstáculo para saber que puedes enfrentar cada situación que se presente. Yo cuando me enteré de esto me puse muy feliz, siempre venimos, domingo tras domingo», comentó Verónica López.

Por su parte, Julián hace un llamado a la ciudadanía a apoyar a las personas ciegas en sus paseos, no obstruyendo su tránsito o rebasándolas con rapidez, ya que esto las desconcierta y pueden sufrir alguna caída.

«Estoy muy agradecido de este proyecto porque se ha dedicado a personas como mi esposa. Cada vez que vengo veo gente nueva muy animada. Me da mucho gusto, veo muy alegre y muy contenta a mi esposa», señaló Julián Sánchez.

 

MÚLTIPLES BENEFICIOS 

 

La maestra de Escuela para Invidentes, Melisa Peña, asegura que además de los beneficios en su salud física, la oportunidad de que personas ciegas puedan andar en bicicleta es también un detonante para darles seguridad e integrarlos a la sociedad. Mayor sociabilidad y mejora en su estado de ánimo, son algunos de los beneficios extra que obtienen.

«Es un desarrollo de habilidades que ellos, quizá, no tienen desarrolladas al 100 por ciento. Son actividades que no hacen con frecuencia y que al hacerlas una sola vez, se dan cuenta de que pueden lograr muchas cosas. Ya es socialización, es inclusión con las personas que están aquí. Es un impacto muy significativo porque son acciones que creen que nunca podrán hacer y el facilitarles esto, es un reto que cumplieron», externó.

 

EMPATÍA Y UNIÓN

Esta dinámica es también una plataforma para generar empatía hacia esta comunidad, ya que el resto de las personas también pueden subirse a una bicicleta asistida por los mismos voluntarios, usando un antifaz, para vivir la experiencia de pedalear sin utilizar su vista.

«Es un proyecto que va a beneficiar y traer muchas cosas positivas para las personas con esta condición. Este proyecto en apariencia es recreativo pero tiene un potencial, que es uno de mis sueños, de que esto se convierta en la concientización del resto de la ciudadanía, de seguir viendo con respeto y con dignidad a las personas con alguna discapacidad», compartió la diputada federal, Martha Garay.

La presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados, considera que «Paseo a Ciegas» significa uno de sus mayores logros en su compromiso con comunidades en desventaja.

«Pretender más allá para que un día este tipo de bicicleta pueda ser el medio de transporte para una familia que tiene a uno de sus integrantes con esta condición, porque es un medio económico, ecológico y que además permite el ejercicio físico de las personas ciegas. Tengo muchas metas en mi meta, vamos a seguir luchando por esto», remarcó.

Por su parte el voluntario, Daniel González, señala que la posibilidad de «pedalear para otros», es una experiencia enriquecedora, que le ha permitido conocer a personas que en cada «viaje» le demuestran que un mundo mejor es posible.

«Me siento maravillosamente bien. Ayudando uno encuentra una emoción que pocas cosas le pueden dar, es padrísimo estar aquí. Es una sensación muy bonita porque ser un voluntario no se trata de sacrificio. La satisfacción de ayudar es enorme», expresó Daniel González.  (OMAR SOTO)