COSAS DE HOMBRES

Hilarante comedia chilena, remake de la exitosa película mexicana “Hazlo como hombre” (2017), de Nicolás López. Con García Sobrazo a cargo de esta nueva versión y un trío entrañable de protagonistas, la cinta apela al doble estándar vigente y los estereotipos y prejuicios respecto de los homosexuales en pleno siglo XXI.

Que haya toda una polémica respecto del estreno de este filme, debido a que se trata de una nueva versión de la película mexicana realizada por Nicolás López en 2017, actualmente enfrentando cargos por abuso sexual en contra de un grupo de actrices chilenas, es un asunto que nada tiene que ver con la calidad, simpatía y excelente manejo de los estereotipos de “machos” que se ven conmocionados cuando uno de ellos declara ser homosexual.

La “salida de clóset” la hace Santiago (Boris Quercia), lo que provoca ira y confusión en Raúl (Marcial Tagle), quien se niega de plano a aceptar “la enfermedad” de su compañero de toda la vida y estimula la curiosidad de Eduardo (Pablo Zúñiga), quien se propone actuar como mediador entre ambos, tratando de luchar en contra de los prejuicios que comienzan a aparecer por todos lados, amenazando la amistad que han mantenido desde siempre.

Para la directora Gabriela Sobarzo “Cosas de Hombres” es «una comedia extremadamente actual que se ríe de los prejuicios y el doble standard chileno». Y desde luego, cualquier análisis de su contenido, calidad y alcances, debe hacerse desde la perspectiva de que se trata de un filme que se sustente por derecho propio y nada empaña su calidad, independiente del tema judicial que enfrenta el director López, autor por lo demás de la versión de 2017, rodada en México y que sirve como fuente de inspiración para la realizadora.

“Cosas de hombres” es una comedia y como tal, aborda problemáticas vigentes en la sociedad (especialmente en Chile), sobre todo referidos a la manera en que los hombres se enfrentan y cuestionan la sexualidad.

Remake de “Hazlo como hombres”, uno de los grandes éxitos en el país azteca, alcanzando en 2017 la no despreciable cantidad de 4,3 millones de espectadores con una trama que retrataba la homofobia a través de un hombre que se resistía a la idea de que su mejor amigo fuera gay. Las actuaciones protagónicas estaban a cargo de los actores Mauricio Ochmann, Aislinn Derbez y se incorporaron actores chilenos como Ignacia Allamand y Ariel Levy.

Ahora, el gran peso de la comedia recae en Marcial Tagle, Boris Quercia y Pablo Zúñiga, cada uno excepcional en su particular retrato de homofóbico y prejuicio, gay saliendo del clóset y hetero curioso que disfruta con los acontecimientos, respectivamente. De ese trío emanan los mejores instantes del filme, en su complementariedad y en sus diferencias, con todos los tics que pueden existir cuando un (aparente) hetero declara de pronto su verdadera naturaleza.

A estos machos en crisis, se suman la esposa de Raúl, que está embarazada y descubre un secreto de su marido que pone al revés toda su tranquilidad; la esposa de Santiago, obsesionada con quedar embarazada y que no alcanza a dimensionar el impacto de la confesión de su marido hasta que es demasiado tarde y la simpatía y ambigüedad de Eduardo, quien mantiene a raya a todos, tratando de evitar el desborde. Y todo se agudiza cuando Santiago se enamora de un exitoso escritor español gay (Felipe Braun), lo que provoca colapso en su relación de amistad con Raúl.

Con un  ritmo equilibrado de humor, el filme destaca también en su acercamiento a ciertas conductas nacionales, con la incorporación de la psiquiatra que atiende a Raúl y a su mujer, quien va pauteando las etapas que sobrevienen cuando Santiago declara su homosexualidad.

Llena de chistes subidos de tonos -jamás groseros-, el filme es una estupenda manera de aproximarse a la peculiar manera de enfrentar el homosexualismo en el seno de la sociedad chilena, donde convergen, chocan y se desparraman posturas de todos los tipos, desde las abiertamente homofóbicas y cargadas de prejuicios y aquéllas conciliadores y que respetan las opciones, entendiendo que cualquiera sea la opción, lo que importa es la felicidad y la posibilidad de encontrar el amor.

Así las cosas, cualquier análisis extra fílmico, no empaña la tremenda fuerza que tiene la comedia “Cosas de Hombres”, un filme reidero, necesario para el momento actual y que debiera generar conversaciones en torno al tema de la homosexualidad y la forma en que ésta es tratada dentro de la familia y en el seno social.

Es, lejos, una excelente apuesta en formato de comedia que merece ser analizada en sus méritos y limitaciones propias del género, que encanta con el trío de protagonistas y que resulta potente en su descripción de personajes.