CAPITALES

EL FUTURO DE LA ENERGÍA SE RIGE POR LOS PAÍSES ASIÁTICOS 

A Francia se le atribuye el descubrimiento del efecto fotovoltaico que produce electricidad a partir de la luz solar. Asimismo, el primer panel solar fue construido en los Estados Unidos. Pero cuando Emiratos Arabes decidió construir el proyecto de energía solar individual más grande del mundo, buscaron ayuda en el los países asiáticos. El país se asoció con empresas chinas y japonesas para construir una instalación, que abrió een 2019, con una capacidad máxima de 1.18 gigawatts generada por 3.2 millones de paneles solares. Esto se debe a que Asia, más que cualquier otra región del planeta, y China, más que cualquier otra nación, actualmente representan el futuro de la energía solar, y están en el corazón de la consiguiente transformación en toda la industria de los combustibles fósiles a energías renovables y nucleares. La descarbonización está cambiando la cara de la energía y la economía mundial en más formas de las que la mayoría de los consumidores e incluso la mayoría de las empresas aprecian. Además de la transición de molécula a electrón, como sugiere este movimiento hacia la electrificación, también está cambiando la base económica de la industria de oeste a este y reconfigurando la jerarquía de empresas y geografías que definen la energía. Asia es el gigante en esta historia. Primero, su continuo crecimiento económico y el aumento del nivel de vida harán que los países de este continente sean grandes consumidores de energía en el futuro cercano. Un estudio indica que Asia, incluidas China e India, representarán el 43 por ciento de la demanda mundial de energía para 2040, y durante ese año, la región representará más del 50 por ciento del crecimiento de la demanda. En contraste, la demanda de energía entre las 36 naciones de la OCDE, que incluye la mayoría de las grandes economías de América y Europa, no será tan significativa, ya que solo alcanzarán a cubrir su demanda. En segundo lugar, China ya se encuentra entre los proveedores más importantes de energía y tecnología no basada en combustibles fósiles. Para 2017, China poseía el 72 por ciento de la producción mundial de módulos solares fotovoltaicos; en comparación, Estado Unidos tiene el 1 por ciento y Europa el 2 por ciento. Vale la pena resaltar que de los ocho principales productores a nivel mundial, seis son asiáticos. Sin incluir la energía hidroeléctrica, China tiene alrededor de un tercio de la capacidad renovable instalada del mundo; la Unión Europea tiene poco más de una cuarta parte; y Estados Unidos representa el 14 por ciento. Sin embargo, a pesar de la urgencia de las preocupaciones climáticas y la rápida caída del costo de las energías renovables, la velocidad a la que ocurrirá esta transición energética existencial es incierta, ya que los subsidios antes y después de impuestos a los combustibles fósiles siguen vigentes, lo que desalienta a los consumidores a realizar el cambio a una fuente de energía más favorable para el medio ambiente y más económica. Independientemente de la velocidad de transformación, no hay duda de que ya está en marcha. Es por eso que países como los Emiratos Árabes, a pesar de ser de los mayores productores de petróleo en el mundo, están construyendo instalaciones de energía solar y nuclear con los asiáticos. Ellos ven el futuro.

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