A CUIDAR EL AGUA  

No nos hemos dado cuenta cabalmente, pero la escasez de agua es más grave de lo supuesto. Abrimos el grifo y brota agua, pero si no se modifican hábitos y se ponen en marcha alternativas de solución, el recurso agua simplemente se acabará, y México está en el umbral del llamado “extremo estrés hídrico”.

De acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales, de 164 naciones evaluadas, nuestro país se encuentra en el lugar 24, apenas un poco debajo de las 17 naciones con extremo estrés hídrico, es decir, que consumen más del 80 por ciento de su agua disponible por año, lo que les repercute en problemas de abastecimiento y las acercan al fatídico “día cero”.

A la fecha, un 40 por ciento de la población mundial padece escasez de agua; la disminución del vital líquido se extiende por el mundo a un ritmo alarmante, a la par con temperaturas más elevadas provocadas por el cambio climático, mientras la población en el planeta ya alcanza los 7 mil 500 millones. Y crece el riesgo de llegar al día cero, cuando se agote el recurso hídrico, cuando se sequen los grifos.

Así, de acuerdo con el estudio del mencionado instituto, el peligro de quedarse sin agua es más latente en México, que alcanzó ya el nivel de alto estrés hídrico.

Entre las soluciones que plantea la ONU, destacan plantar árboles, reciclar el recurso, restaurar humedales y controlar fugas, en la búsqueda de un equilibrio entre el ciclo del agua y el cambio climático.

En el país, se consumen entre el 40 y el 80 por ciento de las reservas de agua anualmente y hay entidades que se acercan al día cero, encabezadas por Baja California Sur, con la máxima puntuación de 5, seguida de Guanajuato, Ciudad de México, Aguascalientes, Estado de México, Querétaro, Hidalgo, Chihuahua, Zacatecas y Sonora. Coahuila se ubica en el sitio 22.

Por ello es de valorarse que para la alcaldesa de Gómez Palacio, Marina Vitela, la prioridad de su inicial gobierno es el agua y particularmente la reposición de la cañería, pues de los mil 900 litros por segundo que se extraen, apenas llegan a las tomas domiciliarias 900 litros, en tanto que el resto se pierde en fugas.