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Hasta parece que hubiera un encono en particular de Andrés Manuel López Obrador con personajes coahuilenses.

Una de las figuras centrales del nuevo escándalo que se sigue a nivel nacional es Carlos Morales Gil, al que se acusa de haber recibido de proveedores de Pemex más de dos mil millones de pesos para financiar la campaña de Enrique Peña Nieto.

Morales Gil, quien ocupó por muchos años cargos directivos en la paraestatal es reconocido como uno de los expertos mejor calificados en materia energética en el país, y es originario de Ramos Arizpe, donde hace no muchos años se le hizo un homenaje como hijo distinguido de ese municipio.

Hoy está en un torbellino, como a lo largo de este año lo han estado Alonso Ancira Elizondo y Rosario Robles Berlanga, por ejemplo.

Mucho se habla también de un asedio hacia Eduardo Tricio, específicamente contra algunas de sus  empresas. No nos son totalmente ajenos Juan Collado y Eduardo Medina Mora, pues aunque no sean coahuilenses, son figuras muy relacionadas con el caso que en Chihuahua se le sigue a Alejandro Gutiérrez.

También hay quienes insisten que en Coahuila están las raíces de Juan Armando Hinojosa Cantú, de Higa, otro que lleva tiempo en la mira 4T.

Una ronda infantil es la canción favorita de los encumbrados coahuilenses hoy en día, dice algo así como «agáchense, y vuélvanse a agachar…».

 

Y A PROPÓSITO de indagatorias del gobierno federal, sobre lo comentado aquí en semanas anteriores, nos puntualizan que no es preciso que a José María Fraustro Siller con el oficio que le llegó de la Fiscalía General de la República le haya caído una «brasa ardiendo», como dijimos, pues al que le cae una brasa la avienta. Más bien como que a Chema se le aparecieron fantasmas, pues se quedó pasmado, mudo, y no avisó ni a su jefe de que le estaban requiriendo información de dos ex funcionarios.

 

            AUNQUE HUBO quienes se incomodaron con que Jericó Abramo Masso haya levantado la mano y consideraron que es muy temprano para esos pronunciamientos, la verdad es que son varios los cuadros dentro del PRI, algunos incluso que aspiran a verse en las listas de candidatos para el 2020, que estiman ya se hizo tarde para las definiciones, al menos en lo interno.

En procesos anteriores para renovar el Congreso local, apuntan, desde muchos meses antes a que se abriera el registro de candidatos en el PRI, quienes lo serían ya lo sabían y a su alrededor se movilizaba toda una maquinaria de posicionamiento, lo cual no ha ocurrido ahora.

Y retomando lo de Jericó, otra observación nos hacen, que diga estar listo «para el 20 o el 21» no limita necesariamente sus opciones a una diputación local o la alcaldía, pues en 2021 habrá también elección de diputados federales.

 

ENMARCADOS EN el informe de Verónica Martínez en Torreón, hace dos semanas, se dieron otros eventos que no tuvieron mayor difusión, y que sin embargo son de gran peso y tienen impacto nacional.

Sí se dijo de la presencia de los coordinadores parlamentarios de PRI, PAN y PRD en el Senado, Miguel Ángel Osorio, Mauricio Kuri y  Miguel Ángel Mancera, pero no se difundió de la comida que tuvieron con empresarios, previo al informe.

Ahí los tres dialogaron con las cúpulas del sector privado, compartieron su diagnóstico de lo que está ocurriendo a nivel nacional y precisaron que no se ven como un bloque opositor, sino como un bloque de contención frente a excesos y desatinos de Morena.

Después de la comida fue el informe, y por la noche hubo una cena privada, a la que acudió nuevamente Osorio, y también Nuria Mayorga, quien es igualmente senadora por Hidalgo.

Por lo que en esa cena se escuchó, se puede inferir que la operación cicatriz tras el proceso para renovar la dirigencia nacional del PRI no funcionó. Las heridas están abiertas.

 

YA QUE SE habla de procesos dentro del PRI, en el que se desarrolla a nivel estatal no dejan de escucharse comentarios negativos hacia Rigo Fuentes, pero además a ello empieza a trascender la resistencia a apoyarlo.

Lo más grave es que esa resistencia se ha expresado particularmente entre operadores de la estructura priista en Torreón.

Grave por donde se le vea. En su casa Rigo tiene el más abierto rechazo, y para colmo está en los operadores de lo que se supone es su fuerte, la estructura, que es donde además tendría que haber la más absoluta disciplina, pues para eso les pagan.

 

AL QUE LE GUSTA lo extremo es al Auditor Armando Plata Sandoval, y así lo registró muy a su pesar una fotografía difundida en redes sociales, claro testimonio de una convivencia dominical entre funcionarios de los poderes ejecutivo y judicial, además de alcaldes, de paseo por la Sierra de Arteaga. No alcanzó a moverse a tiempo para no salir departiendo con los que debe fiscalizar.

No cuida la sana y necesaria distancia, y luego ahí anda haciendo todo tipo de señalamientos para aparentar autonomía.