CONSTRUIR EL GOBIERNO

Tengo el privilegio de formar parte de la Comisión Ciudadana de Selección del Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Coahuila. Este rimbombante encargo, que por cierto la ley llama “notables” a sus integrantes, no es más que una oportunidad de ciudadanizar un proceso que así debe ser, ciudadanizado.

Somos funcionarios a título gratuito, es decir, recaen sobre esta comisión algunas de las obligaciones inherentes a la función y me recuerda la otrora forma de hacer gobierno en la Roma antigua, desde el honor y por honor.

El proceso que acaba de concluir para la elección de un nuevo consejero de tan importante órgano del SEA inició con una serie de reuniones con la sociedad civil para incluir elementos en la convocatoria de los aspirantes al cargo. Fue escasa la participación, salvo algunos que participaron en la laguna, el vacío de las sillas parecía gritar el frio desinterés. La convocatoria llegó a todo el Estado y se recibieron expedientes de varias regiones. Se usó una cuantificación de los expedientes y una evaluación de las entrevistas realizadas para obtener una terna que se discutió en la penúltima reunión de trabajo del proceso. Una vez electo el nuevo consejero se rindió protesta el 4 de octubre. El Dr. Miguel Crespo, un académico brillante, sensible y dinámico alzó su mano para prometer no olvidar la función en la función.

Durante el proceso constaté el poco interés que como sociedad mantenemos en el trabajo público. Pesados lastres pesan en ello, sin saber que es la construcción del gobierno nuestra responsabilidad, nuestro interés y nuestro derecho. Y así enfrentar los retos que nos deparan.

La casa se cuida desde su interior y se apoya en la comunidad para encontrar elementos que le permitan aumentar su capacidad.

Un autor americano, llamado Gary Chapman, famoso por un exquisito libro sobre las relaciones humanas; “los cinco lenguajes del amor”, escribió sobre las 4 estaciones del matrimonio, en él describe como existe en la relación matrimonial la primavera, el verano, otoño, pero también el invierno, y aunque resulta delicioso vivir siempre en una sola debemos transitar y afrontar los retos que cada estación conlleva para obtener los méritos que cada una trae.

Así también el desarrollo de los pueblos, pareciera que se viven primaveras esperanzadoras, donde florecen paisajes multicolores, donde el bullicio solo puede entenderse como una gran fiesta, no necesitamos protección, las flores más débiles comienzan por crecer en la primavera. Pero también vienen fríos inviernos, donde, aunque sigue la vida, difícilmente florece algo. El frio y el desánimo golpean los aislados intentos. Y aunque las peores plagas vienen en los veranos en los inviernos se cae.

Que pronto acabe el frio de la participación, que se viva y perdure el florecimiento de los ciudadanos construyendo comunidad. Que veamos que la casa es más grande que nuestra propiedad privada y más que ver que sintamos que lo público también es nuestro. Porque no se trata de tener el gobierno que merecemos, sino construir el gobierno que necesitamos.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.