A LA BÁSCULA

Gobiernos proactivos 

En los tiempos en los que la violencia en la mayor parte del territorio nacional se empezó a expandir hace poco más de una década, y a crecer como el moho con la humedad, la mayor parte –por no decir que todos- los gobernadores en funciones en las entidades del país, menospreciaron el fenómeno, minimizaron las consecuencias que ya se empezaban a manifestar de manera funesta y sangrienta, y hasta parecía que todos usaban el mismo guion para justificar todo lo que estaba sucediendo.

Por indolencia y hasta por ignorancia frente a el vertiginoso crecimiento del flagelo, muchos de los mandatarios decían en su momento que en su Estado las cosas no estaban tan mal, y empleaban como su favorito, el argumento de que la violencia no se generaba desde el interior del estado, sino que era provocada por gente que estaba llegando de fuera, como si eso hiciera distintas las cosas. La violencia estaba creciendo de manera desmesurada, peligrosa y sangrienta.

Muchos aseguraron que su estado estaba ‘blindado’ contra la violencia y que nada ocurriría…hasta que ocurrió. En Coahuila, por ejemplo, las autoridades del momento dijeron que el blindaje impedía que se les metieran los grupos delincuenciales, y que si acaso, el único foco amarillo era La Laguna, pero por su colindancia con Durango.

Finalmente, el ‘diablo’ se metió sí, por la zona de La Laguna, pero la parte más violenta y peligrosa llegó por el norte, por la franja fronteriza en la que colindan Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. La Comarca se convirtió en un campo de batalla en la que dos de los más poderosos y violentos carteles se disputaban la plaza, importante para ellos para el trasiego de droga, debido a su estratégica ubicación geográfica.

Cuando se quiso reaccionar, la violencia estaba ya desperdigada por toda la entidad, y su pacificación tuvo un altísimo costo, económico sí, pero de número de vidas humanas.

Por ello cuando en estos momentos estados que se creía seguros y tranquilos, como Quintana Roo o Guanajuato, y en otros se está dando el rebrote de la violencia, como en Jalisco, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas y otros, es de suma importancia las acciones preventivas que se están llevando a cabo en materia de seguridad en algunos estados como Coahuila y Durango.

Apenas este miércoles, los gobernadores de Chihuahua, Javier Corral; de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís; y el anfitrión de Durango, José Rosas Aispuro Torres, se reunieron en Villa Ocampo, firmaron un convenio en el marco de la Junta de Coordinación Interestatal de Construcción de la Paz del Plan Nacional de la Paz y Seguridad 2018-2024, mediante el cual se establecen acuerdos para trabajar de manera conjunta y coordinada en el tema de seguridad, con el fin de salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social en estos tres estados.

Entre otras, se definieron líneas de acción como el respeto a los derechos humanos; prevención, investigación y persecución del delito; participación ciudadana; atención a víctimas y ofendidos del delito; desaparición de personas; migrantes, combate a la corrupción; intercambio de información, y capacitación de los cuerpos policiacos.

Ya antes, Riquelme Solís había firmado previamente un primer convenio con los gobernadores de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca; y de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, que a pesar del poco tiempo que tiene en vigencia, ha empezado a arrojar sus primeros resultados. Pero quizá el más emblemático es el que desde hace varios años se mantiene entre Coahuila y Durango en la zona de La Laguna, donde el esquema del Mando Único ha sido reconocido por el anterior y el actual presidente de la república.

El aplicado en La Laguna está probado su éxito y resultados al grado que este esquema se pretende llevar y aplicarlo a otras regiones o estados del país donde los niveles de la violencia están desbordados. El firmado entre Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas está empezando a arrojar sus primeros buenos resultados; y se espera que el firmado apenas esta semana entre Durango, Chihuahua y Coahuila, pronto empiece a ofrecer también buenos resultados.

Estos actos demuestran que cuando existe voluntad política, cuando los gobernantes son proactivos –hacer que las cosas sucedan-, en vez de reactivos en un tema tan delicado y sensible como la violencia, los resultados suelen ser positivos. Esperemos que más temprano que tarde, estas acciones ofrezcan sus mejores resultados para nuestros dos estados, Coahuila y Durango, y que por supuesto tendrían un gran impacto en la zona de La Laguna.

 

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@JulianParraIba