EL MESÓN DE SAN ANTONIO

Los temblores y los recordatorios

Las anécdotas de los sismos dejan toda clase de experiencias muchas de las cuales resultan inverosímiles a la hora de ser contadas, precisamente por ser extraídas del drama mismo, esos 50 o 70 segundos que se convierten en horas y donde uno siente que se le va la vida moviéndose de un lado a otro, un eterno vaivén que no queremos repetir jamás.

Sismos, temblores y terremotos son términos usuales que en general se utilizan para describir los movimientos de la corteza terrestre.

Don Antonio Venturelli fue un chileno Secretario General de la Organización Mundial del Trabajo y hermano del célebre pintor David Venturelli, amigo entrañable de Pablo Neruda, quien solía contar muchas anécdotas de los terremotos chilenos. En especial se acordaba de uno ocurrido en Santiago en 1964 que dejó, además muchos derrumbes y vidas perdidas, a un loco de risa.

Resulta que en un cine de la ciudad, en los momentos del rescate, sólo se escuchaba la risa de alguien que en los baños del cine reía, reía y reía precisamente como un demente. Al cabo de varios días por fin pudieron acercarse con cierta seguridad, ya que aquello estaba por derrumbarse a la menor provocación, y lograron levantar una losa que en el cubo del baño protegía a un parroquiano sin lesión alguna. Al preguntarle el motivo de su risa, el hombre les contestó: “que acabo de zurrar y cuando me limpié, levanto la mano para jalar la cadena del baño con tanta fuerza que ¡me he traído el techo!”.

A don Antonio aquello lo destornillaba de la risa y mostraba sus dientes como los de un gran conejo bigotón.

Los sismos se originan en el interior de la tierra y se propagan en todas direcciones en forma de ondas, tipo olas. Por lo regular son de corta duración e intensidad variable. Es una liberación repentina de energía. El interior del planeta vibra en cada sismo. Normalmente se busca el epicentro del fenómeno para conocer la interacción entre placas tectónicas y el alcance que tuvo.

“Las causas generales se pueden enumerar según su orden de importancia en:

  • TECTÓNICA: son los sismos que se originan por el desplazamiento de las placas tectónicas que conforman la corteza, afectan grandes extensiones y es la causa que más genera sismos.
  • VOLCÁNICA: es poco frecuente; cuando la erupción es violenta genera grandes sacudidas que afectan sobre todo a los lugares cercanos, pero a pesar de ello su campo de acción es reducido en comparación con los de origen tectónico.
  • HUNDIMIENTO: cuando al interior de la corteza se ha producido la acción erosiva de las aguas subterráneas, va dejando un vacío, el cual termina por ceder ante el peso de la parte superior. Es esta caída que genera vibraciones conocidas como sismos. Su ocurrencia es poco frecuente y de poca extensión.
  • DESLIZAMIENTOS: el propio peso de las montañas es una fuerza enorme que tiende a aplanarlas y que puede producir sismos al ocasionar deslizamientos a lo largo de fallas, pero generalmente no son de gran magnitud.
  • EXPLOSIONES ATÓMICAS: realizadas por el ser humano y que al parecer tienen una relación con los movimientos sísmicos.”

Hay regiones donde la actividad sísmica es nula o desconocida, lo que pone de manifiesto que el peligro representado por los temblores es muy grande en ciertas regiones e insignificante en otras. El punto exacto en donde se origina el sismo se llama foco o hipocentro, se sitúa debajo de la superficie terrestre a unos pocos kilómetros hasta un máximo de unos 700 km de profundidad.

Los efectos de un sismo traen como consecuencia el sacudimiento del suelo, los incendios, las olas marinas sísmicas y los derrumbes, así como la interrupción de los servicios vitales, el pánico y el choque psicológico.

En la teoría puede no parecer tan grave: un movimiento oscilatorio de la tierra que hace vibrar los objetos… pero en la práctica, pueden resultar tan devastadores como aquel terrible día del 19 de septiembre de 1985, y luego 32 años después, el mismo día del 2017 en la Ciudad de México.

Los gritos, la desesperación, la nube de polvo que nos cubrió aquella trágica mañana permanecerán por siempre en la memoria de los sobrevivientes, pero también, la solidaridad, la ayuda, el trabajo mano a mano para remover los escombros en busca de víctimas, vivirá por siempre en nuestro corazón.

Autor

Alfonso Vazquez Sotelo