CÁPSULAS SARAPERAS

El Profe Galindo

En esta ocasión te platico del uuuyuyuy, del sacále puntita, de la trompa del tren; y estoy seguro que más de 50 generaciones de estudiantes de esta hermosa ciudad de Saltillo, entre el Colegio Zaragoza y el Vivir, saben perfectamente que me refiero al Profe Galindo, José de Jesús Galindo.

Hijo de maestros, de hecho su papá Nicolás Hilario Galindo fue el primer profesor de educación física titulado en Saltillo. Hermano de seis, jugador de football americano en los Bulldogs de la Normal, jugando la posición de QB primero con el número 17 y después de un touchdown en el que le rompieron el jersey, utilizó el número 27; poseeedor del record del pase más largo que se realizó en el estadio Saltillo, siendo de 70 yardas, y en el que el receptor fue Gilberto Horacio Galindo, su hermano.

José de Jesús Galindo, persona que supo hechar raíces, 20 años en el Vivir, 30 en el Zaragoza y 19 en el hermoso edifico de la BENC, donde cursó 3 de jardín de niño, 6 de primaria, 3 de secundaria y 3 como estudiante para maestro de educación básica y 4 más en la normal superior.

Maestro de secundaria y prepa, impartió las clases de historia universal, historia de México, historia universal contemporánea, español, física, química, biología, geografía y matemáticas, y sólo cerca de 100 estudiantes tuvimos la gran fortuna que también en prepa fuera nuestro maestro, dando las clases de metodología de la investigación, matemáticas e historia. Por cierto, un día le dijeron que daba la clase de historia muy entretenida y él asombrado respondió con una regunta, ¿historia? yo doy clase de cuentos. Aah, y se me olvidaba, también fue maestro de la banda de guerra.

Fue padre amoroso de tres hijas: Dora María, Gabriela Rosalía y Sandra Patricia, y esposo de mí estimada maestra Socorro.

El Profe Galindo fue una persona de mucha plática y amena, preocupado por el futuro de nuestro país, por el México que le dejaremos a las siguientes generaciones. Un maestro que supo perfectamente que el estudiar matemáticas es para razonar, analizar y resolver los problemas de la vida. Un maestro a quien no le importaba ningún pretexto, ni siquiera su abuelita en guantes de box, y que el único justificante válido para no llevar la tarea era tu propia acta de defunción.

La última vez que me reuní con él, nos tomamos un café con mi hermano Abraham, y seguía con los mismos gestos, las mismas frases, los mismos ademanes, seguía fumando y apagando el cigarro con la lengua, es decir seguía igualito pero eso sí, traía chistes nuevos.

Y como bien me dijo una vez, ahí hay unas zapatillas de ballet, para que te vayas de puntitas. O hazme el favor de cerrar la puerta, pero por fuera.

El 18 de septiembre de 2019 el Creador le llamó a su presencia pues estoy seguro que necesitaba de un maestro para algunas clases de álgebra para los Ángeles y que a la vez organizará la banda de guerra de los querubines.

Descanse en paz, siempre se le recordará con mucho cariño y ¡muchas gracias por todo!

El Profe Galindo es uno de esos Saltillenses como muchos que tenemos y que vale la pena presumir.