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Vapeo

En Estados Unidos, la precaución respecto del “vaping” ha adquirido una nueva urgencia en las últimas semanas a medida que las autoridades no comprenden una serie de misteriosas enfermedades relacionadas con dicha actividad, que han llevado a personas al hospital a causa de enfermedades pulmonares graves.

El lunes se anunció una muerte más relacionada con el uso de cigarros electrónicos, aparatos que a base de batería, sin generar ninguna combustión, vaporiza el líquido -no necesariamente nicotina- contenido en el cartucho y buscan emular la experiencia de fumar.

El “vapeo” ha aumentado dramáticamente en popularidad en todo el mundo, se habla de que había 7 millones de usuarios en 2011 y hace apenas unos años se llegó a los 35 millones; eso sí, las tasas de tabaquismo han disminuido.

Al respecto de las muertes ocurridas en Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, así como la Administración de Alimentos y Medicamentos – FDA por sus siglas en inglés – y diversos departamentos de salud han estado investigando, afirmando que no han encontrado una causa definitiva o una conexión clara entre los casos, pero todo indica que el uso de cigarros electrónicos es factor clave, ya que es común denominador en los 7 casos de muerte, y otro tipo de infección ha sido descartada por médicos especialistas.

Entre que sí y que no, en México, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, publicó el pasado 10 de septiembre una “Alerta importante a la población en general, por el daño pulmonar grave en vapeadores”

Dentro del texto, genera una gran sorpresa lo que se lee en su primer párrafo, y cito:

“Las sociedades respiratorias mundiales han emitido llamadas de atención hacia los riesgos de inhalar los cigarrillos electrónicos, vapear en términos coloquiales, .(1,2) A pesar de ello, las ventas de los dispositivos han sido exponenciales, a pesar de ser ilegales en varios países como México.”

Así es, leyó usted bien, ilegal.

Lo que pasa es que, la Ley General para el Control del Tabaco y su reglamento, regulan la venta de los cigarros en el mercado mexicano, y al mismo tiempo, prohíben el comercio, la venta, distribución, exhibición, promoción o producción de cualquier objeto que no sea un producto del tabaco – los distintos productos del tabaco se encuentran señalados dentro de la misma ley -; además, la importación de los cigarros electrónicos tampoco está prevista, y su introducción al país no es prohibida, por ello la gran mayoría de los dispositivos son marcas de otros países.

Algunos sectores de la sociedad se han amparado de la legislación mexicana, por lo que, ante ese orden de ideas, el problema o reto, – como muchos otros – resulta ser legislativo. Es tarea de los legisladores concretar la vigilancia del consumo del tabaco bajo los nuevos instrumentos y realizar los cambios de tal manera que no se presenten vacíos para los ciudadanos.

Lo que señala el INER, es una alerta respecto del potencial de los cigarros electrónicos de generar un posible daño pulmonar grave a corto plazo, con un enfoque preventivo, más no prohibitivo, aunque sí ha estado tomando cartas sobre el asunto, clausurando puntos de venta clandestinos, entre otras acciones.

En conclusión, los cigarros electrónicos son el producto para consumo de tabaco más popular entre los jóvenes – incluso menores de edad -, y aunque su uso traiga consigo el beneficio de dejar de fumar el cigarro tradicional, no podemos dejar de lado el riesgo que existe cuando el uso que se le da este se toma de una forma abusiva y en parte experimental; probando y buscando cada vez un sabor más extravagante. En Estados Unidos, todo apunta a que los productos de sabor que no contengan tabaco van a desaparecer.

Por último, hay que aceptar la necesidad crítica que existe en nuestro país respecto de una regulación legislativa del cigarro electrónico, de tal manera que se proteja al ciudadano de estar cometiendo actos ilícitos, que no parecen serlo; y que aún se puedan prevenir situaciones como las que se viven en EUA, pues de acuerdo a especialistas, deberán pasar 20 años para conocer las verdaderas consecuencias del “vapeo», y no van más de 10 años que comenzó a popularizarse.

Reciban un saludo, muchas gracias. Nos leemos la siguiente semana.

@Dan_Fdz