MISIÓN CUMPLIDA E INVITACIÓN

En la entrega anterior, me referí a la magia de los colibríes y lo que podemos hacer para ayudarles en su camino. Las historias ancestrales nunca dejan de sorprenderme por su exuberante magia. Ésta no es la excepción. Prometí contar hoy la leyenda maya del colibrí, hela aquí. Cada quien puede tener su propio mito, éste cuenta que cuando los Dioses crearon todos los elementos terrenales de la humanidad, naturaleza, el mundo animal y lo necesario para el hombre, se percataron que faltaba algo. Olvidaron pensar cómo trasportar los deseos e ideas de una persona a otra.

Se les agotó el barro y el maíz para moldear otro animal que hiciese esa función. Sabían que era importante esta labor, así que con un jade esculpieron una pequeña flecha. Para su sorpresa, cobró vida cuando soplaron sobre ella. Se trataba de un ave hermosa, diminuta, el tamaño de su cuerpo era casi igual al de la flecha. Otro trabajo de los dioses: la creación del x ts’unu’um o colibrí.

El gran tlatuani ordenó castigar a quien se atreviera a atrapar a un colibrí, ya que querían sus hermosas plumas para sus coloridos atavíos. Eso le dio libertad al ave más pequeña del mundo de no vivir en jaulas o en cautiverio. Nació para trasportar los pensamientos de los hombres, para que las personas supiesen cuando alguien le regalaba sus emociones o su corazón. ¿De qué otra manera se puede explicar tanta belleza? ¿Te ha llegado este mensajero? (Misión cumplida.)

En otro tema, imposible no referirme a nuestra Independencia. Para enaltecer mi orgullo patrio, este mes portaré una prenda típica mexicana cada día de septiembre. Nuestros textiles, huipiles y artesanías son hermosos e infinitos. Te invito a alardear las obras hechas por manos mexicanas, creativas y generosas que le dan vida a nuestras bellezas, de verdad, no te la acabas. El próximo domingo comentaré al respecto sobre este también colorido tema, envidia de muchos países. Únete a lucirte con lo nuestro, que todos lo sepan: si tenemos qué presumir, no hay remedio, a cacarear el huevo.