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Enmienda dos

Los lamentables sucesos que se presentaron en distintas ciudades de los Estados Unidos, hace apenas unos días, vinieron a renovar el debate sobre las medidas que se debieran llevar a cabo en el tema de control de armas en el país; que se ha convertido en uno de los temas más divisivos dentro de la sociedad estadounidense.

Siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido, dice a la letra el texto de la segunda enmienda a la constitución norteamericana, cuyo mensaje literal actual, se centra en el derecho a portar armas, bajo un esquema legítimo que no se limite únicamente a las necesidades de seguridad de dicha nación.

La profunda interpretación ante la cual se ha creado el debate considerable sobre el alcance previsto por la enmienda. Por un lado, existen aquellos que creen que la frase de la enmienda, el derecho del pueblo a poseer y portar armas, crea un derecho constitucional individual para los ciudadanos de los Estados Unidos.

Lo que es impactante es que, bajo esta teoría, la constitución de los EUA restringe a los órganos legislativos el prohibir la posesión de armas de fuego, o al menos, al estar establecido dicho derecho en una enmienda, hace que cualquier regulación prohibitiva y restrictiva sea presuntamente inconstitucional.

Desde otro punto de vista, están los estudiosos que se enfocan en el texto preliminar, una milicia bien regulada, para argumentar que quienes lo redactaron, tenían la intención de una creación de derechos colectivos, que a la vez se entendería, que los ciudadanos no cuentan con un derecho individual de poseer armas y que son los cuerpos legislativos locales, estatales y federales quienes poseen la autoridad para regular las armas de fuego sin implicar un derecho constitucional.

Actualmente, impera la teoría individualista, pues la Corte Suprema de los Estados Unidos de América, cuenta con dos decisiones históricas recientes en las cuales afirmó que la enmienda protege el derecho de un individuo a poseer armas para defenderse.

A mi parecer, la realidad que se vive actualmente en los Estados Unidos, inclinada más hacia el uso egoísta e individual de un derecho que aplica a toda una nación; está mal. Hace falta encontrar el punto medio a dos extremos que parecieran incompatibles -qué no lo son-, y esclarecer la verdadera razón de esa segunda enmienda, donde un correcto enfoque muestra que no solo garantiza una libertad individual; también es una publicación de un deber colectivo. Este ejercicio se puede ver en otros países del mundo, donde para que exista la posesión de armas, se requiere como requisito obligatorio, que en algún momento se le tenga que dar uso, específicamente para ser utilizada en defensa de las naciones.

Al respecto, ya existen propuestas de soluciones al problema en EUA, una de la más atractiva es el obligar a cualquier persona que compre un arma, deberá de alistarse para el servicio de reserva militar. Según esta propuesta, obtener una licencia de arma de fuego lo registrará de manera simultánea y automática para servir como reservista en alguna rama de las Fuerzas Armadas. Una solución simple, que tendría que enfrentar a la Asociación Nacional del Rifle – o NRA, por sus siglas en inglés- pero ese es un tema aparte.

En conclusión, pareciera que el debate ante este fenómeno continuará, pero la verdad es que pudiera solucionarse de manera más rápida y eficaz, si en la cabeza de todos los ciudadanos se comprendiera el hecho de que, como la mayoría de los derechos, el derecho de la segunda enmienda no es ilimitado. No es un derecho mantener y portar algún arma de cualquier manera ni para cualquier propósito.

¿Es mucho pedir? Tal vez.

¿Algún día pasará? (inserte su respuesta).

Reciban un saludo muchas gracias.

Nos leemos la siguiente semana.