DE BUENA FUENTE  

No fumo….

Hace unos días y ante el promesa del Presidente Andrés Manuel López Obrador de buscar los millones de dólares decomisados a Zhenli Ye Gon, en el 2007, el ex mandatario Felipe Calderón, afirmó que el dinero se invirtió en 335 centros de atención a adicciones.

Pues déjenme decirles a ambos interesados que “yo tengo otros datos”, y que hasta antes de concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto, parte del millonario incautamiento se encontraba bajo resguardo del Ejército, en un cuartel militar del Estado de México.

Resulta que por azares del destino, hace unos dos años y medio conocí a un grupo de saltillenses especializados en temas de minería, y con conexiones con un pariente cercano a EPN.

A través del contacto peñista, los mineros saltillenses fueron invitados a intermediar en la compra-venta de barita y tezontle para nivelar el terreno en el que se construía el nuevo aeropuerto, en el lago de Texcoco.

El grupo era liderado por el ingeniero Castañeda, minero y contratista de Ramos Arizpe, por Luis, yerno de un amigo periodista de apellido Coronado, y por Manuel Rodríguez, minero y contratista neolonés.

Con Manuel, tuve oportunidad de viajar a la CDMX y conocer a dos tenientes, responsables de varios negocios administrados por el Ejército, y que eran gente cercana al general Cienfuegos.

Pues bien, en uno de esos viajes, uno de los tenientes, cuyos nombres omito por obvias razones, nos llevó a un recorrido por las instalaciones militares, y nos mostró una bodega en la que se guardaba parte de los decomisos importantes.

-Ahí, en esa área, dijo, -mientras señalaba a una zona restringida,- se guarda el dinero que se incautó al chino de coopelas o cuello.

Ambos nos quedamos perplejos y anonadados.

Mmm, ya sé que es difícil de creer,  pero aclaro que no fumo, ni uso marihuana con fines lúdicos, ni medicinales.

Por cierto, el negocio no prosperó por obvias razones, y el grupo se desintegró.

En la actualidad, solo Manuel sigue en la capital del país.

 

Cara a cara…

La posible extradición del empresario acerero Alonso Ancira Elizondo, comienza a tomar forma, luego de que la justicia española aceptó los argumentos de la FGR mexicana.

El asunto es sensible, y uno de los más interesados de que esto ocurra, es el senador y líder sindical, Napoleón Gómez Urrutia.

El dirigente minero fue exiliado de México por un presunto fraude de 55 millones de pesos al gremio sindical, y con Andrés Manuel López Obrador tuvo un regreso triunfal.

Las venganzas políticas son comunes en la vida nacional, y Napito, sabe que es su momento de cobrar viejas afrentas.

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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