CON MÁS PENA QUE GLORIA

 

 JUAN ANTONIO MARTÍNEZ BARRIOS

No se puede decir que transcurrió inadvertida la renuncia al PRI de Rogelio Montemayor Seguy. Pero sólo porque a final de cuentas se trata de un exgobernador y exdirector general de Petróleos Mexicanos.

Y en todo caso la repercusión se dio en el ámbito mediático, sin alcances, por lo menos hasta ahora,  en cuanto a otras deserciones o desprendimientos en bloque, pues a Montemayor se le recuerda por el “Pemexgate” (año 2000), por enfrentar cargos por peculado, por haber sido inhabilitado para ocupar puestos públicos, por el caso Pajaritos, por haber sido asegurado con un brazalete antifugas. Es decir, por haber sido un mal priista que debió haber sido expulsado del PRI desde hace mucho tiempo.

Estaríamos asistiendo a un  escenario completamente diferente si un Enrique Martínez y Martínez estuviera renunciando al PRI, pues el saltillense es recordado como un buen gobernador, que realizó una gestión eficiente, con resultados muy positivos.

Montemayor se va del PRI porque el año pasado no encontró acomodo plurinominal en el Senado. En la renuncia de José Narro Robles a contender por la dirigencia nacional del tricolor y al tricolor mismo encontró la perfecta justificación para dejar las filas del partido que lo cobijó y le permitió enriquecerse. Deja el PRI luego de que el gobierno federal decide cancelar todo proyecto que utilice el método del fracking para la extracción del gas shale, al que le apostaba el exmandatario (1994-1999) como representante del Clúster Minero Petrolero en Coahuila.

Salinista, Rogelio Montemayor se solidarizó de apariencia con la causa de Narro, hombre bien intencionado pero manejado por el viejo priismo representado por Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa y compañía, que se niegan a dejar el poder aunque el Revolucionario Institucional caiga hasta el último lugar en las votaciones y termine por perder su registro.

Los gobernadores priistas vigentes, entre los que se encuentran Miguel Angel Riquelme Solís, se decidieron por el jefe del Ejecutivo de Campeche, Alejandro Moreno para encabezar los destinos del PRI. Le apuestan a un nuevo PRI, a uno que realmente deje atrás viejos vicios. El reto es descomunal.