ZAGAL

De nueva cuenta

Luego de una semana donde una mala organización de los tiempos impidió que nos volviéramos a leer, estamos de regreso en tiempos donde la coyuntura ha prevalecido de nueva cuenta gracias nuestro Presidente de la República.

Y es que ahora fue Gómez Palacio, Durango, quien fungió como sede para una ocurrencia más, presentada por el máximo representante del Poder Ejecutivo. Esto, luego de que en un evento, el cual estaba previsto que se dedicaría a la entrega de programas sociales, el presidente, Andres Manuel Lopez Obrador, lo convirtió en un contrahecho pretorio, en donde puso a criterio del “pueblo sabio” -en este caso un conglomerado de aproximadamente 3 mil personas- la decisión sobre la construcción, o no, de un proyecto de obra de transporte público, el cual beneficiaría a dos municipios de dicho estado, para mejorar su conectividad con otros dos municipios del estado vecino, generando una ganancia en favor de más de un millón de ciudadanos que componen esa zona metropolitana.

Fiel a su estilo de eterno candidato, AMLO puso a disposición de los presentes la decisión de continuar con el proceso de construcción de la obra, o bien, destinar los recursos presupuestados para dicho fin a otras necesidades que se presentan en el estado. Y fue mediante la aplicación del mismo sistema que puso libre a Barrabás, como la muchedumbre presente se opuso a la continuación de la misma, tomándose así, una decisión de carácter ejecutivo donde la democracia y la participación ciudadana siempre prevaleció…

-Espero no haga falta precisar el sarcasmo-

Ya en serio.

Es hiriente que en una sociedad donde el principal problema es la apatía, se ofenda de esta manera al principio participación ciudadana, dejando en manos de unos cuantos una decisión de beneficio y/o perjuicio colectivo; y es que, lejos de observar la eficacia, o no, de la obra en sí, destaca por mucho la forma en la que se decidió cancelarla, mostrando estulticia por parte del Presidente hacia los debidos procesos, estudios y consensos requeridos para tomar una decisión de semejante magnitud.

En mi opinión, dicho acto sólo continúa con la polarización entre la ciudadanía, cosa que ha caracterizado a este nuevo gobierno en lo que va de su mandato. El empoderamiento de las minorías debe de ir más allá de lo que hemos visto en la práctica; el darle voz a los que antes sentían que no tenían, conlleva una enorme responsabilidad para que se pueda acordar en el ejercicio, una sana y correcta participación de todas y todos por igual. Dejando de lado conductas que atenten en contra del progreso, mediante golpes de tendencia populistas y autoritarios vulnerando el bienestar de la ciudadanía, que es a quien se debiera proteger.

Recuerdo que una de las situaciones que me genero el interés por escribir mi primer columna en este espacio de opinión, fue cuando se realizó la pseudo consulta popular para determinar la construcción, o no, del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Eso fue hace ya 8 meses, y es increíble qué lo que motiva al día en que escribo estas líneas, sea una práctica aún más deleznable.

Asimismo, me lleva a reflexionar respecto de un tema del cual ya he hablado anteriormente en este espacio y presentado a usted, querido lector, en relación a una lista de cuatro señales de advertencia conductuales, basadas en el libro La quiebra de las democracias del autor Juan Linz, publicado en 1978; en el cual señala que la realización de alguna de ellas se pudiesen considerar como indicio para determinar a una persona como autoritaria: 1) Sí rechaza, ya sea de palabra o mediante acciones, las reglas democráticas del juego. 2) Si se niega la legitimidad de sus oponentes. 3) Si tolera o alienta la violencia. 4) Si indica su voluntad de restringir las libertades civiles de sus opositores, incluidos los medios de comunicación.

Nunca ha sido mi intención utilizar este espacio para desprestigiar, o arremeter contra nuestro mandatario, pero no se puede ser ajeno a la realidad, y como siempre, queda a su consideración cualquier criterio al respecto.

Yo considero qué en mínimo 2 de los 4 supuestos, mencionados, ya encaja el actuar de nuestro Presidente.

Reciban un saludo, muchas gracias.

Nos leemos la siguiente semana.