Apuesta por políticas laborales flexibles

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 El ambiente tóxico en el que se desenvuelve un trabajador es nocivo para su salud. Esta condición laboral imperante en nuestro país evita que aquél sea productivo, pues confunde productividad con cantidad

El ambiente laboral donde se desenvuelve un trabajador es crucial para generar buenos resultados. Si sus funciones las desempeña en un entorno sano y proactivo, las posibilidades de potencializar su creatividad e innovación se reflejarán en su desempeño y productividad. De entender y aplicar esta correlación, las organizaciones y los empleados serán beneficiados.

“Evidentemente esto obedece a cada situación en particular, sin embargo, lo que se tiene que cuidar es la lealtad del colaborador, que esté empoderado y valorado por la organización, lo que nos llevará a un compromiso de pertenencia, de lucha por los objetivos, cosa que en nuestra cultura laboral actualmente está divorciado”, refirió Erika Villavicencio-Ayub, coordinadora e investigadora de Psicología Organizacional de la Facultad de Psicología (FP).

El sitio web de UNAM Global publicó que en un análisis de 38 países realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), reveló que México y Costa Rica son los países latinoamericanos con las jornadas laborales más extensas del mundo, posición que comparte con los índices de estrés laboral.

Es decir, “somos el país número uno a nivel mundial en estrés, y alrededor del 43 por ciento maneja niveles de estrés relevantes, una condición sumamente alarmante en nuestro país”, destacó Villavicencio-Ayub.

El ambiente tóxico en el que se desenvuelve un trabajador es nocivo para su salud. Esta condición laboral imperante en nuestro país evita que aquél sea productivo, pues confunde productividad con cantidad.

“La gente quizá no está en la oficina, pero está atendiendo correos, mensajes, pendientes 24/7, lo que provoca una adicción a la tecnología y al trabajo. El mayor número de horas no está relacionado con un índice de productividad. La fórmula no es esa”, señaló la académica universitaria.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), este síndrome conocido como Burnout o desgaste profesional, puede considerarse ya como un trastorno mental. Durante la 72° Asamblea Mundial de la Salud, realizada el 20 de mayo en Ginebra, Suiza, las naciones acordaron que esta nueva clasificación entre en vigor el 1 de enero de 2022.

“Hay mucho por qué celebrar. Es la primera vez que el desgaste profesional entra en la clasificación”, expresó Villavicencio-Ayub.

Descrita como un agotamiento físico y mental, el desgaste profesional debe su clasificación de “trastorno mental” al estrés crónico provocado por el exceso de trabajo. La OMS lo asociará a la sección Problemas asociados al empleo y desempleo, pues las demandas laborales fueron tales que no se gestionaron de forma eficiente.

En ese contexto, la investigadora universitaria alertó sobre los problemas que afectan la capacidad de la empresa de retener empleados, ya sea por la falta de motivación o de liderazgo. “Tenemos que voltear a ver todos estos casos que se están detonando porque la condición actual en nuestro país es alarmante en temas de estrés laboral”.

La especialista en Psicología Organizacional sostuvo que mientras sigamos posponiendo la formación de líderes, la proliferación de trastornos psicosomáticos, emocionales y físicos continuará dándose entre los colaboradores. “La formación de líderes es parte medular en estos temas, ellos son los encargados de los equipos de trabajo, de ir hacia la cultural laboral que necesitamos”.

Así pues, migrar hacia la cultura de la felicidad y la salud debe gestarse de raíz. Las alternativas son tan viables y efectivas que actualmente algunos países las llevan a cabo. “Apostar por el home office, por ejemplo, es igual de eficiente que asistir de manera presencial a la oficina”.

Norma 035

Hace unas semanas el Diario Oficial de la Federación publicó la Norma 035 de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) para prevenir y controlar los factores de riesgo psicosociales en las organizaciones.

Esta clasificación que entrará en vigor en 2022 exige y obliga a los patrones a hacer diagnósticos, acciones preventivas con el fin de controlar condiciones de acoso o violencia laboral y otros factores de riesgos psicosocial, como el estrés crónico.

“Sin lugar a dudas muchos trabajadores se van a ver beneficiados de estas acciones. Una parte de esta norma entra en vigor en octubre y a finales del siguiente año, por tanto, la Secretaría del Trabajo tiene la tarea de revisar que todos estén cumpliendo con la misma. La norma nos lo exige”, finalizó Villavicencio-Ayub. (UNAM GLOBAL)