AVISO DE CURVA

La IED en Coahuila y el atrevido coqueteo con China

Desde la llegada de Miguel Riquelme al gobierno de Coahuila, el estado ha asumido el rol de campeón en la atracción de inversión extranjera directa (IED).  En parte es verdad, ya que de 2016 a 2017 los flujos de IED crecieron a una tasa mayor al 75%, situación que permitió al estado escalar de la séptima posición a la tercera como una de las entidades del país con la mayor captación de inversión.

Al mismo tiempo, con más de 2,737 millones de dólares absorbidos durante 2018, Coahuila no sólo se consolida en el tercer lugar nacional, desplazando a estados estrella como Baja California, Jalisco, Estado de México y Chihuahua, sino que se estrena con el primer lugar nacional en atracción de IED per cápita, con un promedio de 926 dólares por habitante.

Celebramos el trabajo que viene realizando el Gobernador en la promoción del estado para incrementar los flujos de IED. Sin embargo, habremos de estar atentos en que la excesiva publicidad de los logros obtenidos en esta materia no oculte el verdadero propósito de la política económica local, y a la vez el talón de Aquiles de la presente administración: el crecimiento del PIB.

En efecto, desde el inicio del sexenio, el dinamismo económico de Coahuila va en declive, agravándose la situación en el último trimestre de 2018, con una tasa de crecimiento del PIB negativa del -0.3%.

Servirá entonces debatir respecto a la hiperactividad promocional del estado y sus efectos sobre el crecimiento y el desarrollo económico. Porque, como ya lo hemos señalado en otras ocasiones, tendrá poca utilidad hacer de Coahuila una entidad de vanguardia para la atracción de inversiones extranjeras o abrir de par en par las puertas y ventanas del estado al capital chino, si antes no se diseña e implementa una estrategia integral para la promoción del crecimiento y el desarrollo, incluyendo la mejora de los indicadores sociales de las distintas regiones y sectores económicos del estado.

Curiosamente, tanto en la Ley de Desarrollo Económico como en el Programa Estatal de Desarrollo Económico y Turismo, se contemplan los instrumentos, objetivos, acciones y programas para establecer una estrategia integral que asegure el crecimiento, la creación de riqueza y el bienestar social de los coahuilenses.

En ambos documentos, uno normativo y el otro programático, la promoción del estado para la atracción de IED es apenas una parte de un todo que contempla, entre otros aspectos, la mejora regulatoria, el apoyo a las pequeñas empresas y a los emprendedores, la creación de infraestructura, la promoción de los productos coahuilenses en el exterior, la diversificación productiva, el desarrollo de sectores estratégicos (energía, turismo y minería) y el impulso a la competitividad y la vinculación educación-empresa.

Apremiado por las alarmantes amenazas externas (aranceles, cierre de fronteras, caída en el crecimiento económico mundial, etc.) y las internas (crisis en las finanzas estatales, insuficiente infraestructura, cambio en la política presupuestaria y de apoyo a las empresas del ámbito federal, entre otras) el Gobierno de Coahuila ha puesto la mira en la abultada cartera del gigante asiático.

Con los recientes movimientos y los anuncios de la administración de Miguel Riquelme, poniendo énfasis en las bondades de la inversión proveniente de China, nos queda la sensación de que frente a los reacomodos internacionales y a la coyuntura de bajo crecimiento económico por la que atraviesa el estado, los mensajes de acercamiento con el gobierno y el empresariado del país asiático, representan una salida de urgencia, cortoplacista y escasamente estructurada.

Por principio de cuentas, la IED ya no es el mástil económico que antes fuera. Imprevistamente, las entidades federativas con las más altas tasas de crecimiento, no son las que mayor IED reciben. De hecho, para el caso de Coahuila, en el último año la relación resultó inversa. Además, es cíclica, y en cualquier momento dejará de fluir.

Por otra parte, aunque China es un jugador que ha adquirido una fuerza inaudita en la economía mundial, la apuesta en su monedero, además de arriesgada, podría rendir frutos sólo en el largo plazo; siempre y cuando el capital asiático no sea considerado como la panacea, sino como un esfuerzo complementario de una estrategia integral que contemple todos los componentes del desarrollo.

La clave para reactivar el crecimiento de Coahuila no la encontraremos coqueteando con las grandes empresas de Pekín, como sí lo haremos cuando las autoridades vuelvan la vista hacia la economía local y el mercado interno.

 

olveraruben@hotmail.com