“La vanidad es corrupción y pecado, Presidente”: advierte Rodrigo Fuentes

 Enciende alarmas cambios en IMSS

El cambio de dirección en el IMSS y la carta de renuncia de Germán Martínez, enciende las luces de alerta del grave estado en que se encuentra este instituto que da servicio a millones de mexicanos, aseguró el presidente del PRI en el estado, Rodrigo Fuentes Ávila.

Esta semana, Germán Martínez renunció a la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y acusó injerencia de la Secretaría de Hacienda que aplica recortes sin evaluar consecuencias, además de implementar políticas de austeridad mal pensadas y mal instrumentadas que afectarán a los más vulnerables.

Con más de 50 millones de derechohabientes, el IMSS se encuentra en estado grave, ante la necedad presidencial de inyectar recursos a caprichos personales.

“Hace días prometió un sistema de salud como el de los países nórdicos, pero nada más lejos de la realidad mientras siga haciendo recortes a las instituciones públicas de salud”, recalcó Rodrigo Fuentes.

Añadió que si el Presidente no va a escuchar la recomendación de los expertos, de los académicos y de los analistas, que por lo menos escuche a sus colaboradores en el gabinete.

“Esos colaboradores a quienes él seleccionó como los aptos y los mejores perfiles para atender las diferentes Secretarías, Institutos y Organismos del Gobierno de la República.

“López Obrador es el Presidente de las vanidades, pareciera que siempre está frente a un espejo, porque no escucha y no ve a nadie más que él”, dijo.

Rodrigo Fuentes añadió que cada vez que se da a conocer alguna información con la que el Presidente no está de acuerdo, incluso de sus propios colaboradores, López Obrador inmediatamente sale a pelearse, a desacreditar el comentario e incluso ha dicho que se trata de un error.

«Si en el pasado hablaba de un complot, ahora habla de un error», puntualizó.

“La vanidad también es corrupción y pecado, porque cada error que comenta el Presidente, le cuesta al pueblo de México”, dijo.

La gran preocupación es que si el Presidente insiste en pelearse con todo el mundo, terminará peleándose con su mismo espejo. (EL HERALDO)