Agua en Saltillo, ¿Tenemos suficiente para seguir creciendo?

Saltillo es hoy una ciudad de 800 mil habitantes; sumando los de Ramos Arizpe y Arteaga, somos ya casi un millón en el área conurbada. ¿Podemos seguir creciendo? ¿Hay agua suficiente para sostener el ritmo de crecimiento que la región tiene desde hace años? Esas son las preguntas más importantes que deberíamos de estarnos haciendo en éste momento, antes de caer en una crisis de la cual resulte imposible salir. 

En Ramos Arizpe la población tiene meses quejándose de desabasto de agua; en Arteaga, ante la llegada de muchas nuevas empresas y la construcción de nuevos fraccionamientos, cada vez son más los días en que el agua no llega a la mayoría de los domicilios del área urbana. Y en Saltillo, aunque por ahora no ha habido desabasto, el propio gerente de AGSAL reconoce que cada año se suman 4 mil nuevas tomas de agua, un crecimiento de casi el 2% anual, crecimiento que difícilmente se podrá sostener por mucho tiempo.

A éstos factores habría que agregarle dos datos preocupantes. Primero, el hecho de que el calentamiento global es una realidad en todo el mundo, y en nuestra región no es la excepción. Cada día tendremos más días de calor, y por lo tanto, el consumo de agua tenderá a incrementarse. Segundo, cada vez llueve menos. Dado que nuestra única fuente de abastecimiento de agua son los mantos subterráneos, que se recargan con la lluvia, en la medida en que llueva menos, la recarga será menor.

Tenemos entonces la combinación para una tormenta perfecta: cada año somos más consumidores; cada año, debido a las altas temperaturas, consumimos más agua; y cada año, debido a la falta de lluvias, las recargas disminuyen.

El resultado, irremediablemente, es que si seguimos creciendo como población, en un futuro no muy lejano no tendremos agua suficiente para todos.

Llama entonces la atención el porque nuestras autoridades en los tres niveles de gobierno siguen promoviendo la llegada de nuevas empresas a la región y la construcción de nuevos asentamientos humanos para proveer de viviendas a las miles de personas que, atraídas por la oferta de empleo, se vienen a vivir a Saltillo y su área metropolitana.

Alguna vez un alcalde, que si no mal recuerdo fue Jericó Abramo, dijo que los acuíferos que abastecen a Saltillo tienen capacidad hasta para un millón de habitantes.

Pues bien, ya llegamos a esa cifra. ¿Cuántos más pueden venir? ¿No será hora ya de comenzar a desincentivar el crecimiento de la ciudad, y en lugar de estar promoviendo la llegada de nuevas empresas, la construcción de nuevos fraccionamientos, y el desarrollo de nuevas vialidades, empezar a pensar en mejorar las condiciones de vida de los habitantes que ya estamos aquí?

¿No se han dado cuenta nuestras autoridades, nuestros planeadores urbanos, que ya no cabemos en la ciudad, qué las vialidades están saturadas a todas horas?

¿No será tiempo ya de comenzar a pensar en un desarrollo ordenado y sustentable; en construir más plantas tratadoras; en buscar la forma de eficientar la captación del agua de lluvia en lugar de dejarla que se vaya por los muchos arroyos que hay en la región; en la construcción de viviendas verticales –que son más eficientes-, en lugar de estar pensando solamente en crear más y más empleos, aunque esto signifique la llegada de más y más personas?

Son muchas preguntas, lo sé; y muy pocas respuestas. Tal vez sea momento ya de comenzar a responderlas. (FRANCISCO J. DE LA PEÑA)

 

LA TORMENTA PERFECTA

 

  • Cada año hace más calor, y esto incrementa el consumo
  • Cada año Saltillo y su área conurbada, tiene más habitantes
  • Cada año llueve menos, lo cual limita la recarga de los mantos acuíferos
  • Como consecuencia, cada año la disponibilidad de agua es menor