Imperativo para la UA de C reformar su estatuto

 

El estatuto original que rige a la UA de C es ahora un documento anacrónico, cada vez más limitado para resolver la problemática actual que enfrenta la Universidad, por eso es imperativo que sea reformado ya.

Hace un par de noches el rector de la UA de C, Salvador Hernández Vélez, me invitó a mí y a un grupo de colegas y amigos periodistas a cenar a su casa, una casa que, por su sencillez y austeridad, difícilmente podría alguien suponer que es la del rector de una de las universidades más importantes del país.

El platillo principal, que el propio rector preparó, fue un gulash, platillo de origen húngaro pero que además es muy tradicional en países como la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Austria, Croacia y Serbia. Y aquí me permito decir que yo lo he probado en varios de estos países, pero el que prepara Salvador, los supera a todos por mucho.

El secreto del gulash no son sus ingredientes. Cebolla, carne y pimiento cualquiera los puede conseguir, y cualquiera los puede combinar para crear un platillo. El secreto está en la preparación, que lleva más de ocho horas si se realiza como es debido, y una vez terminado, es necesario congelarlo por al menos 48 horas más para intensificar sus sabores. Preparar un gulash bien hecho, toma entonces alrededor de tres días.

Esa es la razón por la que muy pocos se animan a prepararlo bien; y esa es también la razón por la que el estatuto de la UA de C, aprobado el 27 de septiembre de 1975 –hace casi 44 años- no ha sido modificado desde entonces. Porque para modificarlo, al igual que el gulash, se necesita hacerlo bien, y se requiere dedicarle mucho tiempo.

Pero con la paciencia que le viene de forma natural dado su origen campesino,  Salvador Hernández Vélez sabe perfectamente que para levantar la cosecha, primero hay que preparar la tierra, luego sembrar la semilla, regarla, y esperar meses –a veces años- para que fructifique.

El estatuto original que rige a la UA de C es ahora un documento anacrónico, cada vez más limitado para resolver la problemática actual que enfrenta la Universidad, por eso es imperativo que sea reformado ya.

Para mantenerse vigente y competitiva, es necesario que la UA de C evolucione hacia un ordenamiento que se ajuste al contexto jurídico, social, político y educativo del siglo XXI.

El proceso para reformar el estatuto, ha sido largo y tedioso, porque necesariamente así debe ser si se quiere lograr que el nuevo documento cumpla con las necesidades del entorno actual. Este proceso incluye la realización de asambleas en todas las escuelas y facultades de la UA de C en todo el estado, de las cuales han venido surgiendo una serie de propuestas que habrán de ser votadas (se requiere el voto de las tres cuartas partes de los consejeros) en una sesión del Consejo Universitario a celebrarse el 20 de mayo; una vez que se apruebe ahí, se deberá de llevar a cabo un plebiscito en todas las escuelas y facultades para que los alumnos también lo aprueben, y finalmente, se llevará a cabo la validación de los resultados en la Comisión de Honor y Justicia el día 23 del mismo mes.

Con el nuevo estatuto se pretende incorporar al estatuto funciones, áreas y asignaturas que en los hechos ya existen en la Universidad, pero que no estaban contempladas en el estatuto anterior, y que por lo mismo, eran sujetas a posibles impugnaciones.

Se logrará además dotar de reconocimiento a una serie de figuras y dependencias que operan en la práctica.

Entre éstas, la transparencia, rendición de cuentas y fiscalización; la internacionalización, movilidad de estudiantes y vinculación con el sector productivo; los derechos humanos, la equidad de género y la responsabilidad social universitaria; la auto sustentabilidad; y la libre asociación estudiantil.

El nuevo estatuto permitirá también definir una nueva clasificación de profesores: titulares, suplentes, provisionales, temporales y especiales; establecer un registro de investigadores y creadores; incluir las figuras de cuerpos académicos, academias de profesores, asociaciones y redes de investigación; crea una academia de directores; y se incluyen las figuras de secretario académico, secretario administrativo y coordinador de posgrado.

Para los estudiantes, contempla el reconocimiento a las sociedades y confederaciones de alumnos; se facilita la movilidad interna, nacional e internacional; se facilita la posibilidad de que se ofrezcan programas con doble titulación o titulación mixta; y se promueve su incorporación a tareas de investigación científica y tecnológica, como asistentes o auxiliares de investigación.

Además, regulariza todo el proceso de generación de recursos propios de la Universidad, a través de servicios, asesorías, renta de espacios y programas académicos focalizados.

LO QUE NO CAMBIA

Hay aspectos que el nuevo estatuto no va a modificar, y quiero hacer énfasis particularmente en dos de capital importancia:

  • No cambia el proceso para elegir al rector. Ese procedimiento se queda exactamente tal cual existe en la actualidad.
  • No se modifica ninguno de los derechos ni prestaciones laborales de los académicos y de los empleados administrativos, tanto los de confianza como los sindicalizados.

Como en la preparación de un buen gulash, la adecuación de los estatutos universitarios toma su tiempo; pero, si se hace de la forma apropiada, el resultado es un excelente platillo digno de deleitar a los más exigentes paladares. (FRANCISCO J. DE LA PEÑA)

 

 

Autor

Francisco De la Peña de León
Francisco De la Peña de León
Director editorial de El Heraldo de Saltillo
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