UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

ADIEU

«El hombre, el artista, el individuo desaparecen por completo ante esas grandes masas sin nombre de autor en las que la inteligencia humana toda queda resumida y simplificada”. Víctor Hugo

El incendio en Notre Dame en París este lunes 15 de abril ha atraído solidaridad de muchas personas no sólo en Francia, sino en todo el mundo, pues esta catedral fue declarada patrimonio material de la UNESCO desde 1991 y es sin duda  parte de la historia universal del arte. Este lunes cuando se conoció que un voraz incendio estaba destruyendo parte de la icónica  parisina, muchos expresaron su solidaridad,  sus fotografías en el monumento y, como buenos analíticos titulados en redes sociales, su respectivo análisis sobre lo que se debería hacer.

La catedral, además de ser uno de los lugares más concurridos de París, los libros la tienen representada en diferentes momentos de la historia y la cultura, construida entre 1163 y 1245 en la Île de la Cité y su nombre traduce Nuestra Señora, por estar consagrada a la Virgen María. Aunque ha sido restaurada en varias ocasiones. Su estructura arquitectónica es una de las joyas del gótico europeo y por ella ha pasado gran parte de la historia política y cultural de Francia, más de un arquitecto o estudiante de la carrera recordó con esta tragedia las clases de Historia Arquitectónica.

Notre Dame en París  no sólo es uno de los mejores y más antiguos ejemplos que quedan de la arquitectura gótica, también es un icono de la ciudad y un destino turístico que atraía a millones de turistas que salen en busca de un poco de cultura.  París… la cuna del arte, la literatura, música, moda, cine pero sobre todo conocida popularmente por ser la capital del amor, el romance y el coqueteo, pasión por la vida, el savoir-faire y joie de vivre. Durante muchos años, la capital de Francia ha servido de inspiración para múltiples cosas, y en el caso del séptimo arte no ha sido la excepción.

La mayoría de los millennials tuvo su primer acercamiento con Nuestra Señora con la película infantil de Disney “El Jorobado de Notre Dame”, inspirada en la obra homónima de Victor Hugo, reside en la catedral de Notre Dame. También en “Ratatouille” tenemos el monumento en dos cameos.  “Midnight in Paris”, el film de Woody Allen, de 2011, inicia con una secuencia de tomas de los principales puntos de París entre ellos la catedral. También hay un momento en el que el personaje de Owen Wilson le pide a la guía que le traduzca un libro. En ese momento ambos están sentados en una banca con la catedral de fondo o, por ultimo ejemplo, podemos mencionar la película favorita de muchos y muchas “Amélie”. Esta comedia romántica francesa protagonizada por Audrey Tautou contiene la escena donde aparece la iglesia cuando la protagonista va con su madre a rezar para tener un hermanito. Sin embargo, a la salida, una mujer se avienta desde una de las torres y además de morir, también mata a la mamá de Amélie (spoiler por si no la han visto).

Resulta imposible contar el número de películas en las que aparece, tantas que es casi un tópico. Ha logrado sobrevivir a Disney, a las visitas de cerca de 15 millones de turistas, y resistirá  sin duda de manera simbólica a los estragos del incendio que la devoró una tarde de Pascua.

Desde que saltaron las alarmas, las redes sociales se llenaron de videos que mostraban la angustia. Mientras, las llamas atacaban directamente al patrimonio parisino, los transeúntes aguardaban incrédulos en los alrededores. Tras los múltiples mensajes por parte de las figuras públicas como la modelo Caroline de Maigret, el presidente de la República, Emmanuel Macron o Roger González (ex chico Disney).  Además de que numerosos ‘influencers’ han criticado las donaciones millonarias que varios famosos o empresarios han prometido dar lamentando la gran cantidad de dinero invertida en esta causa en vez de trabajar para erradicar la pobreza o la hambruna en el mundo.

Podremos criticar la falta de sensibilización por otros hechos, ya sean naturales, sociales, económicos, pero esta tragedia nos puede servir para reflexionar sobre que como sociedad podemos unirnos por un mismo fin, y que mejor que por un bien de la humanidad. La globalización no solamente nos permite crear puentes económicos y artísticos también nos permite estrechar lazos en los momentos más difíciles que vivamos alrededor del mundo. El arte rompe fronteras.

Autor

Sergio Arévalo