EL LIBRO DE LAS ILUSIONES

ARIADNE H.

“Hay pensamientos que destrozan el espíritu, ideas de tal fuerza y fealdad que corrompen en cuanto empiezan a concebirse. Me daba miedo lo que sabía, miedo de precipitarme en el horror de lo que sabía, y por lo tanto no plasmé esa idea en palabras hasta que fue demasiado tarde para que las palabras me sirvieran de algo.”

Si hay algo que siempre gusta de Paul Auster es su talento para contar historias. Es inútil ocultar el evidente talento del escritor estadounidense si con cada historia escrita parece dejar encantado a su fiel público.

Sus historias, siempre llenas de misterio e intriga, parecen fusionarse con el estilo de Auster, haciendo de sus historias algo único, peculiar que lo hace merecedor de la fama que se ha ganado.

El autor nos introduce a la melancólica vida de David Zimmer, un profesor que, después de haber perdido a su familia en un trágico accidente, se sume en una depresión llena de alcohol y un vacío que le parece imposible de llenar.

Esto cambia hasta que un día se ríe con un cortometraje mudo y, a raíz de esto, decide escribir un libro sobre el actor del cortometraje: Héctor Mann, quien ha desaparecido súbitamente de la faz de la tierra. Es a partir de la risa y de ese instante, que la vida del profesor cambiará para siempre.

Como lectores nos adentramos a un mundo de intrigas, secretos y misterios sin resolver. Una sensación de inquietud y de querer saber qué pasará con este depresivo profesor se apodera de los lectores.

El libro de las ilusiones es un libro lleno de intriga, sí, pero la maestría de Auster es suficiente como para fusionar eso con su envidiable narrativa y lo humano. No se centra solo en el misterio, sino que se enfoca también en los grandes dilemas del ser humano: en la muerte, en la vida, en el amor y la melancolía, recordándonos nuestras fortalezas, pero también nuestras debilidades.