Están en el limbo 74 mil personas; la ONU abordará mecanismo de identificación

CIUDAD DE MÉXICO. En México hay 74 mil 214 personas cuyos familiares no tienen certeza de dónde están o qué pasó con ellas, de acuerdo con cifras oficiales, publicó Excelsior en su sitio web.

De ese total, 37 mil 506 forman parte del Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas.

Excélsior consultó esta plataforma, en la que se señala a Tamaulipas como la entidad federativa que registra mayor número de personas en esta condición. Le siguen el Estado de México, Jalisco, Sinaloa, Nuevo León, Chihuahua, Sonora, Puebla, Guerrero y Coahuila.

En enero, Roberto Cabrera, entonces titular de la Comisión Nacional de Búsqueda, informó que en la Plataforma México había registros por huella dactilar de 36 mil 708 personas fallecidas sin identificar.

Se trata, en su mayoría, de cuerpos que yacen en semefos y corresponden a indigentes, víctimas de accidentes o enfrentamientos ligados al crimen organizado, así como restos óseos, osamentas y cuerpos localizados en fosas clandestinas.

En tanto, Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se reúne este doming en privado con familiares de desaparecidos.

En el encuentro, en Saltillo, se abordarán los obstáculos que hay para buscar a los extraviados, así como un protocolo de identificación forense.

ATRAPA LIMBO A 74 Mil 

Del total, 37 mil 506 están desaparecidas y 36 mil 708 cuerpos no han sido identificados, de acuerdo con cifras oficiales.

En México, 74 mil 214 personas se encuentran en el limbo pues, según cifras oficiales, 37 mil 506 están desaparecidas y 36 mil 708 más fallecidas, las cuales no habían sido identificadas hasta enero pasado.

De acuerdo con autoridades y fiscalías estatales, la mayoría de los cuerpos que llegan a los semefos corresponden a indigentes o personas en situación de calle, accidentes, enfrentamientos delincuenciales y crimen organizado, entre otros.

Cabe recordar que en enero, el entonces titular de la Comisión Nacional de Búsqueda, Roberto Cabrera, señaló que 36 mil 708 personas fallecidas —vinculó la cifra a la Plataforma México— se encontraban sin identificar.

En una consulta realizada por Excélsior al Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas (RNPED), esta plataforma reporta a 37 mil 506 personas desaparecidas.

Según el RNPED, Tamaulipas es la entidad que registra mayor número de personas extraviadas o desaparecidas, con seis mil 131, le sigue el Estado de México, con tres mil 890, después Jalisco, con tres mil 362, Sinaloa (3 mil 042), Nuevo León (2 mil 919), Chihuahua (2 mil 211), Sonora (2 mil 169), Puebla (2 mil 073), Guerrero (mil 807), Coahuila (mil 779), Michoacán (mil 269), Baja California (mil 050), Veracruz (801), (Ciudad de México (798), Guanajuato (621), Colima (595), Zacatecas (515), Durango (424), Querétaro (285), Morelos (259), Aguascalientes (232), Oaxaca (227), Hidalgo (177), Chiapas (118), Nayarit (148), Yucatán (102), Morelos (259), San Luis Potosí (105), Tabasco (76), Quintana Roo (68), Baja California Sur (40), Campeche (35) y Tlaxcala (27), así como “no disponible” 33, “no especificado 29 y extranjeros 35.

Por lo que si se comparan las cifras del RNPED (37 mil 506) con las dadas a conocer por Cabrera (40 mil 180) hay una diferencia de dos mil 674 personas sin estar en la plataforma oficial de Personas Extraviadas y Desaparecidas, por lo que no se puede saber dónde fueron vistas por última vez, edad y su género.

LOS OLVIDADOS

Mientras que en el caso de las personas no reclamadas por sus familias, el entonces titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), afirmó que en la Plataforma México había el registro por huella dactilar de 36 mil 708 personas fallecidas sin identificar.

La mayoría de quienes llegan a los semefos del país fueron víctimas de accidentes, indigentes, personas en situación de calle, cuerpos hallados en la vía pública y miembros del crimen organizado que murieron en enfrentamientos, además de restos óseos, osamentas y cuerpos localizados en fosas clandestinas.

En un análisis realizado por este diario, se constató que la mayoría de las fiscalías, semefos o Institutos forenses de los estados no tienen una página web para la búsqueda de personas que se encuentran sin identificar o las cifras que brindan corresponden hasta el año pasado.

En entrevista con este diario, una fuente del Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), ubicado en la Ciudad de México, que pidió el anonimato, señaló que hay dos situaciones que han originado el gran aumento de cuerpos en los semefos que no han sido reclamados.

“La primera es la violencia, la generación de este fenómeno que se ha dado en toda la República es demasiada y, la segunda, el hecho que también no tengamos un sistema de identificación universal. El sistema de identificación lo posee la Cruz Roja Mexicana, el Semefo y ahora la Fiscalía General de la República; sin embargo, no se ha unificado.

“A esto se suma que hay muchos desaparecidos, pero muy pocas denuncias, lo que ha ocasionado un alto índice de personas fallecidas que terminan en la fosa (común)”.

De acuerdo con dicha fuente, al año ingresan a este centro aproximadamente cuatro mil cuerpos a los semefos, de los cuales 40 por ciento no son reclamados, por lo que son enviados a la fosa común o a institutos para la docencia, como universidades y escuelas de medicina, aunque después de cierto tiempo tienen que enviar a la fosa común los cadáveres.

En el caso del resto de la República, los estados que tienen registros de personas no reclamadas, perfiles genéticos, cuerpos enviados a la fosa común, osamentas o restos óseos son Chihuahua que, de acuerdo con diarios locales, sumó cerca de tres mil 770 cuerpos de 2007 a 2018 que no fueron reclamados y que se enviaron a la fosa común.

En el caso de Baja California, un conteo hasta 2018 arrojó que tres mil 17 personas no fueron reclamadas, aunque las autoridades aseguraron que durante los meses de enero a agosto del año pasado, en el Servicio Médico Forense de Tijuana ingresaron dos mil 725 cadáveres. De este promedio, 700 fueron sepultados en la fosa común y los otros dos mil fueron reclamados por sus familiares.

Sinaloa reporta en su página del Servicio Médico Forense (Semefo) a mil 167 personas que no han sido reclamadas, restos óseos y osamentas, entre otros.

El Estado de México anotó hasta octubre del año pasado a tres mil 275 personas no reclamadas.

En Nuevo Léon, de 2010 a 2017 fueron enviados a la fosa común mil 428 cuerpos.

En Coahuila, colectivos de personas desaparecidas y personal de la Fiscalía estatal han recuperado 130 mil restos óseos. Las actividades de Grupo Vida iniciaron en enero de 2015 y cobró identidad legal, lo que le permitió buscar apoyos de asociaciones internacionales para continuar con búsquedas terrestres que permitieron ubicar sitios de exterminio.

De 2006 a la fecha fueron enviados a la fosa común 520 cadáveres, sin que se tomaran muestras de ADN para su identificación, pese a que 70% fue violento y 30% por causas naturales.

ALTERNATIVA

En Guerrero, ante la saturación de los tres semefos del estado, a finales de 2018 se decidió establecer una alternativa de almacenamiento a los 750 cuerpos que se tenían en esos momentos, establecer un cementerio forense.

En Tamaulipas, la Procuraduría General de Justicia del Estado en su momento reveló contar con 282 que se encuentran en todo el estado entre cuartos fríos y enterrados en fosas comunes.

Respecto a los que se hallan en las fosas comunes y no en gavetas son 265, de los cuales 254 son del sexo masculino, cinco femeninos y seis no determinados.

En los trabajos realizados se recolectaron 766 muestras genéticas de fragmentos óseos, así como también se han recabado 307 muestras referenciales de familiares que han acudido a denunciar una desaparición o que han donado su muestra de sangre.

En un sexenio, Guanajuato contabilizó 518 cuerpos que no fueron identificados, por lo que fueron destinados a la fosa común.

Del 1 de enero de 2012 al 31 de diciembre de 2018, la Fiscalía General del Estado también acumuló 600 perfiles genéticos, producto de cuerpos incompletos, fragmentos y osamentas encontradas, que tampoco se sabe a quién pertenecieron.

En Jalisco, 489 personas han sido inhumadas hasta el momento y 470 cuerpos están en espera de ser reconocidos por sus familiares.

Hidalgo ya envió a 265 cuerpos a la fosa común y 60 más están en el Semefo en espera de ser reclamados.

Otros estados que reportan cuerpos en esta situación son Colima (11), Michoacán (301) y Aguascalientes (17), Veracruz (598). En la mayoría de los casos las fiscalías señalaban no contar con esa información.

LOS DESCONOCIDOS 

Para el médico del Incifo, las fosas clandestinas son una importante proveedora de cuerpos, restos óseos u osamentas al mundo de desconocidos, pues indicó que a los servicios forenses ingresan, al menos, semanalmente, entre 15 y 20 cadáveres.

Los estados que más cuerpos, restos óseos y osamentas ingresan son Veracruz, Tamaulipas, Colima e Iguala (Guerrero), Ciudad Juárez (Chihuahua y Tijuana (Baja California). Resaltó que Veracruz es una mina de cuerpos enterrados en fosas clandestinas.

Expuso que el resto de los estados, aunque en menor medida, no se salvan, pues señaló que “la República está sumergida en una gran fosa”.

Resaltó que la cifra de personas no identificadas podría ser mayor a las oficiales, dado que en el caso de estados violentos es imposible acceder a ciertas zonas para recoger cuerpos, restos óseos u osamentas, como Guerrero, “que es uno de los estados más violentos a escala mundial, ahí está tremenda la situación”.

“Uno a veces no puede ni refutar el trabajo de identificación, por la (situación de) violencia, uno no puede ni ir a recoger un cuerpo, se les dificulta a los peritos. Con una situación tan adversa, los peritos no se pueden arriesgar a acudir a ciertas zonas.

“Llega gente mañosa y les dice ‘no debes estar aquí, aquí no vas a encontrar nada’”.

El médico narró que México tiene un gran número de desaparecidos, de gente que se encuentra en los Semefo sin ninguna clase de identificación. Además de que aún no existe una plataforma que recopile datos de los cuerpos no identificados.

Cabe destacar que en marzo pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que en los Semefo del país había 26 mil personas sin ser reclamadas, aunque no se desglosó por estado el número de cadáveres.

Por su parte, el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas, resaltó que el nuevo gobierno heredó de administraciones pasadas más de 40 mil personas desaparecidas.

EL DATO

Con las características y la edad proporcionada por los familiares, autoridades o conocidos, se van cotejando los cadáveres de los desaparecidos.

De ahí se inicia para identificarlos visualmente, por parte de los que así lo requieren.
Después se realiza la identificación, por vía dactiloscópica, odontológica y antropológica.

Lo anterior, porque por protocolo se debe sustentar la identificación, además de los protocolos que se manejan en el Incifo, que son demasiado estrictos, según la institución.

Cuando ingresan los cadáveres en calidad de desconocidos se les tienen que tomar las huellas dactilares, un estudio antropológico y antropométrico y el estudio odontológico. Esos son los factores que intervienen en la identificación.

Cuando siguen en calidad de desconocidos y no son reclamados se van a la fosa común.

Los cadáveres que están en los Semefo permanecen entre dos y tres semanas, si no, se van a la fosa común.

Hay cuerpos que se mantienen más tiempo, porque así lo ordenó alguna autoridad. (EXCELSIOR)