Cinvestav participa en el desciframiento de las leyes de la física

El detector BELLE II en Japón realiza su primera colisión. Después de una década de construcción y preparación se pone en marcha el acelerador que se encuentra en la frontera de la intensidad.

En los inicios del Universo, se tenía la misma cantidad materia que antimateria, pero por alguna razón desconocida, el mundo que conocemos está dominado por la materia. Los experimentos realizados en los aceleradores de partículas tratan de descubrir qué fue lo que ocurrió con la antimateria, ya que constituye uno de los mayores misterios a los que se enfrenta la ciencia, de manera particular la física.

Para ello, se han desarrollado tecnología que acerquen más al descubrimiento de ese conocimiento. Por ejemplo, El detector BELLE II es como una cámara encargada de fotografiar y colectar las colisiones que se dan en el acelerador Súper KEKB, ubicado en Japón, y tiene entre sus objetivos encontrar los fenómenos que expliquen esta asimetría, así como desentrañar otros enigmas que guarda la naturaleza.

En días recientes, este detector fotografió la primera colisión “dando inicio a lo que será la toma de datos más grande que se conozca en la física, permitiendo mayores posibilidades de descubrimientos en esta área”, afirmó Eduard de la Cruz Burelo, investigador del Departamento de Física del Cinvestav.

A diferencia del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande y potente del mundo, donde las colisiones se realizan con una enorme energía, en el acelerador japonés la característica más importante es la luminosidad, medida del número de colisiones. “La energía que utiliza el Súper KEKB es mil veces menor a la que utiliza el LHC, pero su luminosidad es mucho mayor”.

El científico del Cinvestav, miembro del grupo mexicano que colabora en este proyecto, indicó que, para hacer una comparación, se espera que en un año los datos arrojados por BELLE II sean equivalentes a los generados por el LHC en sus primeros cinco años.

“Con toda la información que esperamos tener a finales de 2019 podremos ser capaces de ver lo más preciso y relevante que conocemos de la física, pero también empezaremos a redescubrir esta área de la ciencia”, mencionó de la Cruz Burelo.

Para procesar la cantidad de datos que este acelerador generará, el Cinvestav instaló un clúster de computadoras que permite proporcionar el 4 por ciento del cómputo total del experimento, por lo que desde el Departamento de Física del Cinvestav se controla y monitorean los 480 nodos que componen la red de cómputo que conecta a los 23 países participantes en BELLE II.

El consorcio de instituciones mexicanas participantes está integrado por científicos del Cinvestav: Gabriel López Castro, Iván Heredia de la Cruz y Eduard De La Cruz Burelo; la Universidad Nacional Autónoma de México: Genaro Toledo Sánchez; y de la Universidad Autónoma de Sinaloa: Pedro Podesta Lerma e Isabel Domínguez Jiménez; a los que se unen cinco estudiantes de doctorado y dos de maestría trabajando directamente en este experimento.

El consorcio mexicano se unió a este proyecto con el diseño de un detector de haces de luz llamado LABM (Large Angle Bremsstrahlung Monitor), desde la electrónica para manejarlo, hasta el cómputo del detector el cual colecta la luz que irradien las colisiones de partículas, para estudiar sus características.

BELLE II está basado en un proyecto anterior de 2001, que les valió a los científicos Yoichiro Nambu, Makoto Kobayashi y Toshihide Maskawa el Premio Nobel de Física 2008, ya que ayudó a descubrir una ruptura de simetría que implicaba la existencia de seis tipos diferentes de quarks, las partículas más elementales de la materia hasta entonces descubiertas. (CINVESTAV)