EL GRAN GATSBY

 

 ARIADNE H.

Scott Fitzgerald, leyenda de la literatura norteamericana fue, además, el encargado de escribir una obra que se ha asegurado de enamorar a cualquiera que la lea: El gran Gatsby.

Una secreta admiración por la sencilla prosa de Fitzgerald se deja entrever en cada comentario de elogio dirigido a esta obra. Su personaje principal, Gatsby, es quizás uno de los personajes que más han captado admiración a lo largo de la historia de la literatura norteamericana.

El libro, de extensión realmente corta, es la historia de Jay Gatsby, un hombre que, al crecer en la continua pobreza, se enamora perdidamente de Daisy. Es el relato de un soñador; de una persona que, ilusionado y con sed de amor, no se deja vencer por ninguna adversidad. El gran Gatsby es, a su vez, una referencia al sueño americano. A esa idílica ilusión de las personas por Estados Unidos, la tierra de las oportunidades.

Con un encanto que se desprende de cada página, esta breve novela es incapaz de dejar indiferentes a sus lectores. Hay un no sé qué en la obra que captura la atención de los lectores y no deja que estemos indiferentes a eso. La obra es cruel, pero a su vez hermosa. Es una novela que, justo como nosotros, humanos, está llena de contradicciones.

Gatsby creía en la luz verde, el orgiástico futuro que, año tras año, retrocede ante nosotros…Entonces nos esquiva, pero no importa; mañana correremos más de prisa, abriremos los brazos, y…un buen día… Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado.

El libro está escrito con una honestidad que me atrevería a definir como cruda y oscura. Los personajes de Fitzgerald no son “buenas personas” y no tendría porqué ser así. No están hechos para caer bien o para ganar simpatía entre sus lectores. Sus defectos son retratados con honestidad, dispuestos a ser juzgados por todo aquél que se atreva a pasear entre las páginas de la obra. El libro, que fue adaptado recientemente al cine con actores reconocidos mundialmente como Leonardo DiCaprio, es una historia que merece ser leída, no solo por la historia, sino por la delicada pluma del escritor norteamericano  que debería ser conocida.