ZAGAL

100 Días

El pasado lunes 11 de marzo se cumplieron los famosos 100 días del nuevo gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador y esto abrió debate sobre el parámetro de efectividad que ha tenido dicha administración en sus compromisos a corto plazo.

Detengámonos por un momento. ¿Soy el único al que le asalta la duda sobre el por qué se utiliza a los primeros 100 días como parámetro para evaluar la funcionalidad de un gobierno?

Entre que sí y que no, este es el porqué.

Resulta que el concepto tiene sus raíces en Francia, esto se estableció dentro del período entre el regreso de Napoleón del exilio en la isla de Elba a París el 20 de marzo de 1815 y la segunda restauración del rey Luis XVIII el 8 de julio de 1815 -un período de 111 días-. Este período vio la Guerra de la Séptima Coalición, e incluye la Campaña de Waterloo, la Guerra Napolitana, así como varias otras campañas menores. La frase “Les Cent Jours” – los cien días- fue utilizada por primera vez por el prefecto de París, Gaspard, comte de Chabrol, en su discurso de bienvenida a Bonaparte de regreso a París el 8 de julio.

El antecedente más cercano en nuestro continente se remonta a 1933 en Estados Unidos, como un punto de referencia clave para una administración presidencial. Esto gracias a que en ese año, inmediatamente después de asumir el cargo, el entonces presidente, Franklin D. Roosevelt implementó una serie de medidas que conformaron el conocido “New Deal”, cuya extraordinaria productividad estabilizará la economía de su país y generaría el estándar bajo el cual se mediría a los futuros presidentes en sus primero 100 días.

Este margen es utilizado en México, en especial para medir el nivel de aprobación de un nuevo gobierno por parte de la población, esto debido a los compromisos realizados en campaña que tendían cumplirse corto plazo, y para resolver dudas que puedan presentarse por la coyuntura. Cabe señalar que a pesar de ser un mero periodo de tiempo sin ningún poder coercible, hay quien opina que los resultados que un gobierno obtiene dentro de sus primeros 100 días de mandato, son cruciales para dictaminar el posible rumbo que pudiese llegar a tener.

En el caso actual de México, con AMLO al frente del gobierno, es de saberse que el índice de aprobación que presenta, de acuerdo a distintas encuestadoras, se encuentra por encima del 70%. El más alto en los últimos 30 años a un Presidente de la República en sus primeros 100 días de gestión.

Como en toda administración, hasta hoy, han habido cosas buenas y también malas. Tal es el caso de la aprobación de la Guardia Nacional por parte del Congreso de la Unión, un presupuesto presentado y aprobado a finales del año pasado; que los expertos señalan como razonable, un buen manejo de la inflación para mantenerla estable, las distintas aplicaciones de la llamada “austeridad republicana”, y el respaldo poblacional anteriormente señalado, haces que hasta el momento pareciera que las cosas pintan bien, y ya el tiempo determinará su efectividad en el ejercicio.

Por otro lado, el freno al proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; con base en una consulta popular que sigue dejando muchas dudas sobre su legitimidad, generó un efecto dominó a las cifras de turismo que drásticamente disminuyeron, al igual que el deterioramiento a la confianza para invertir en el país. Una especulación negativa respecto del crecimiento del PIB ya que de acuerdo con el Índice Global de Actividad Económica, la dinámica de la actividad económica crecía en octubre al dos por ciento, en noviembre al 1.8 y en diciembre se desplomó al 0.2 por ciento, el peor dato en nueve años. En materia laboral, han estallado más huelgas por parte de trabajadores en diferentes regiones del país en estos 2 meses, que en todo el sexenio anterior. Lo vivido el pasado mes de enero, en el que se presentó un aumento porcentual del 11.4 en casos de homicidios dolosos y un 38.4, en materia de secuestros.

Yo sé que en estos 100 días han habido aún más aspectos, tanto positivos, como negativos, y para determinarlo se tiene que ver desde la objetividad para encontrar el ser crítico y poder utilizar este periodo como un verdadero indicador de cómo pudieran llegar a ser las cosas en un futuro no muy lejano. La verdad de las cosas, es que no queda más que seguir viviendo nuestro día a día, siempre buscando la trascendencia, y ser conscientes de las decisiones que se tomen por parte del Ejecutivo Federal para poder alegar la legitimidad, o no, de ellas.

Como siempre me despido invitando a usted, querido lector, a que bajo su criterio y óptica personal, reflexione estos primeros 100 días de gobierno, y a su consideración quedará, el que hayan sido más buenos que malos, o viceversa, pero realmente será el tiempo quien defina la verdad, pues como ya lo dijo el Ing. Carlos Slim – y cito-, “denle tiempo, nada más lleva 100 días”.

Reciban un saludo, muchas gracias.