Sufre México la mayor fuga de capitales desde 1995

Una fuga de capitales que está alcanzando los niveles de 1995, fecha de la mayor crisis económica en el país, se está presentando en México, ante la falta de confianza en la nueva administración federal, señaló el especialista en economía y asesor de la Canacintra estatal, Antonio Serrano Camarena.

Aunque aclaró que se trata de un fenómeno que ocurre usualmente con el cambio de administraciones en economías emergentes como la nuestra, pero la preocupación es que los niveles son superiores a otros sexenios recientes, ya que se calculan en alrededor de 6.45 por ciento, «ya hay una fuga, lo que llama la atención es que gente que tiene acciones de empresas mexicanas las está vendiendo y por eso está haciendo que la Bolsa Mexicana de Valores caiga a niveles muy bajos, porque los inversionistas internacionales no quieren tener activos mexicanos».

De ahí que se busquen opciones como Brasil, cuya economía se está recuperando y tiene un crecimiento más sostenido del 2 al 3 por ciento anual en los siguientes seis años. Por lo que advirtió que México se está quedando con inversionistas, «o que no tienen otra opción o que están dispuestos a tomar el riesgo, pero a tasas de interés muy altas».

Expresó que ello significará que tarde o temprano se deberán ajustar las tasas de interés al alza para poder retener la inversión, y aún faltan los bonos de deuda del país, que serán evaluados por las consultoras internacionales como Standard & Poors y se espera que ésta sea de manera negativa.

Entre las acciones de gobierno que están incidiendo en la disminución de la inversión está el «desarrollo de proyectos por ocurrencia más que vía análisis e impactos económicos y sociales; lo segundo políticas económicas que incentivan el consumo más que la inversión, y tres, la falta de una política fiscal clara y transparente que dé certidumbre a la inversión y que garantice una equidad tanto en el mercado interno como en los empresarios».

Uno de los impactos directos que se empieza a ver es la disminución en la contratación de nuevo personal por parte de las empresas; que están tomando posiciones conservadoras y apuestan no al crecimiento sino a mantenerse en lo que están haciendo para evitar gastos innecesarios en caso de que ocurra una situación más recesiva, expuso.

Aclaró que en el caso de Coahuila la entidad está muy por arriba de esta problemática, por lo que se afecta más a entidades del centro – norte y sureste, así como Zacatecas, pero advirtió que, de sostenerse esta tendencia, aún y con la actividad automotriz, que ha salvado a Coahuila, podría iniciarse una afectación en algún momento.

«Siempre va a haber la posibilidad de algún efecto, pero no sabemos cuándo, es complicado saberlo». (ESMERALDA SÁNCHEZ | INFONOR)