PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Participé en el foro realizado por instancias federales para recabar la opinión de la ciudadanía y construir el Plan Nacional de Desarrollo del régimen del Presidente López Obrador. Esta encomienda constitucional se realizó, para el Estado de Coahuila, aquí en Saltillo y sirvió como ocasión para recibir las propuestas de la sociedad y depositarlas en tres ejes básicos; Justicia y Estado de Derecho, Bienestar y Desarrollo Económico.

Se me dio el inmenso honor de dirigirme a nombre de la sociedad civil, y es por ello que mi voz fue la de muchos. Y por más pálido que sea mi acento, reúne las ideas de muchos, todos aquellos que sabemos que no se trata de tener el gobierno que merecemos, sino construir el gobierno que necesitamos.

Aplaudo el combate a la corrupción que debe ser desde lo legal y sin impunidad, la austeridad, pero inteligente y orientada a la eficiencia. La inclusión y el desarrollo que nos permite, además de la equidad, la justicia; que es un sol que se levanta y debe alumbrar desde el norte hasta el sur.

No debe existir otro futuro aceptable de la democracia que la participación. Cualquier otro camino como asumir la intención, abandonar la opinión e impregnar el propio deseo solo causaría una falsa participación y no la vocación de construir ese escenario deseado. La participación sin voluntad política es protesta, la voluntad política sin participación es decadencia.

Debemos poner los ojos en quien somos, para poder conducir a lo que queremos llegar. Porque no queremos ser otros sino nosotros. Y buscamos soluciones que nos permitan doblar la vara solo por el peso de la misericordia y no por el de la dádiva. Buscar sabiduría que es el resultado de integrar la capacidad y los principios. Hagamos gala de nuestro linaje y participemos. Si tomamos por medio a la virtud y nos preciamos de hacer hechos virtuosos nos daremos cuenta que la dádiva cuando nos mejora es justa, pero cuando nos mantiene y retiene en una dolencia es injusticia, Seamos cautos porque lo que se define y siembra en cada propuesta, seguramente florecerá y su sombra será la que cubra no a nosotros, sino a los nuestros. Porque a lo que amamos debemos proteger. Seamos cautos porque construir el futuro es construir entendiendo que las cosas no son como son, son como somos.

Debemos luchar contra todo lo que pese en las alas del águila y que nos impida volar. Tomar por medio a la virtud implica dirigir cada acción y decisión a buscar el bien mayor abucheado o vitoreado. Y con ello deberá cumplir con su democrática profesión, de aconsejar y decidir bien incluso por quienes mal le quieren, que no se gobierna solo a unos, sino a todos.

Se le atribuye al general Francisco Coss el haberle dicho al Presidente Cárdenas una lapidaria frase ante la insensibilidad con la que repartía las tierras de la laguna mexicana, le dijo muy francamente, «no estoy de acuerdo en que se tumbe al parado para levantar al caído».

Por ello debemos ser decididos a inspirar la justicia y la equidad como el suelo sobre el cual se edifica no solo la dádiva sino también el progreso.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.