El sueño es un proceso necesario para el ser humano: IMSS

Imagen de Olichel Adamovich en Pixabay 

Descanso insuficiente afecta el estado de alerta, la concentración y el desempeño físico 

El rendimiento de una persona depende del descanso que haya tenido la noche anterior, ya que en él se recupera la energía, el sistema inmune se restaura y los músculos se relajan, de ahí que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Coahuila, informa sobre la importancia de este proceso en la vida del ser humano.

El neurólogo adscrito al Hospital General de Zona (HGZ) No. 1, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),  Arturo Benítez Serrato, detalla que el sueño es un proceso activo, recurrente y necesario; cuando  es reparador, afianza el aprendizaje y la memoria en el corto y mediano plazo, restaura el cerebro y otros sistemas del organismo.

En el marco del Día Mundial del Sueño, explica que mientras una persona duerme, disminuye de manera paulatina la actividad mental, motora y sensorial. El cerebro realiza actividades diferentes a las que ejecuta al estar despierto, todas enfocadas a reponer.

Abunda que son varias fases por las que se transita; la primera es la ligera y ocurre cuando se está adormilado y aun se escucha lo que sucede alrededor. La segunda se denomina “sueño profundo”, en esta condición se tiene menos respuesta a los estímulos; mientras que en la tercera hay mayor relajación, con menos tendencia a moverse, salvo que sea para cambiar de posición y sin respuesta a los estímulos.

Cuando el descanso no es reparador, afecta el estado de alerta, la concentración y el desempeño físico, de ahí sobreviene la fatiga. Además se desencadenan riesgos cardiovasculares, de hipertensión arterial, diabetes y la acumulación de grasa en el área abdominal.

Con el paso del tiempo se llegan a presentar alteraciones en la memoria y a disminuir el rendimiento cerebral, y cuando esto ocurre lo más apropiado es recurrir a atención médica y evitar complicaciones.

Para mejorar la calidad del sueño recomienda tomar hábitos sencillos como dormir todos los días a la misma hora, cenar ligero, evitar bebidas como refrescos, café o alcohol y fármacos sin prescripción, retirar de la recámara los aparatos electrónicos, leer pero no ver televisión y hacer de la habitación un ambiente acogedor.

También se recomienda realizar alguna actividad física, preferentemente antes de las siete de la tarde, porque a esta hora el cuerpo ya empieza a prepararse para dormir, disminuye la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la temperatura; la adenosina –químico del cerebro- se empieza a elevar para poder conciliar el sueño.

En la infancia es de gran importancia que no se desvelen, ya que es el período del desarrollo; pueden dormir hasta más de ocho horas. En adolescentes y adultos fluctúa entre siete u ocho horas, por lo regular los adultos mayores de 65 duermen menos pero es un proceso normal.

Actualmente existen muchos medios distractores como los aparatos electrónicos, lo ideal es respetar el tiempo de dormir, ya que de eso depende el rendimiento en las actividades del día siguiente, puntualiza. (EL HERALDO)