CAPITANA MARVEL

 

 VÍCTOR BÓRQUEZ NÚÑEZ

 Un regocijante filme de aventuras, con referencias a la cultura pop de los 90 y un sutil humor, logran que las dos horas de metraje pasen, literalmente, volando. Clara demostración además del discurso feminista que, con astucia y buen olfato comercial, están apoyando desde los estudios Marvel para congraciarse con los temas políticamente correctos.

 “Capitana Marvel”, filme codirigido por Anna Boden y Ryan Fleck es, desde el comienzo, una fiesta de efectos visuales, sonoros, acompañado de personajes simpáticos y estereotipados, que enganchan de inmediato con los deseos de aventuras y nostalgia de un público cuyo target apunta al joven adulto más que a los adolescentes.

Con plena justicia, la película se inicia haciendo explícito homenaje a Stan Lee, uno de los creadores de Marvel recientemente fallecido. Y fiel a la receta, finaliza con las típicas dos escenas durante el desarrollo de los créditos y al final de estos, anticipando que la saga continuará y que la hermosa protagonista volverá casi enseguida cuando irrumpa el filme “Avengers: Endgame”.

Cabe destacar que “Capitana Marvel” es la respuesta a los estudios DC Comics donde se anticiparon y lanzaron la película “Mujer Maravilla”. Guerra declarada, ambos estudios tienen su propia heroína que son, además, producto de los tiempos de reivindicación femenina que se vive a nivel mundial.

Esto prueba que las superheroínas vienen a poner término al monopolio que habían instalado los hombres en materia de superhéroes, considerando además que desde el inicio de los comics, los argumentos y el lineamiento de los héroes siempre han exaltado personajes y argumentos decididamente machistas.

No es menor el dato que, después de veinte películas en el Universo Marvel, recién ahora (y a 24 horas de la celebración internacional del Día de la Mujer), se hizo justicia con “Capitana Marvel”, cuyo reparto lo encabeza además una actriz que tiene en su currículum un Óscar de la Academia por el inquietante filme “La habitación”, la simpática Brie Larson que despliega talento y sentido del humor en este inicio de lo que de seguro es una saga.

Pese a todo lo antes expresado, esta “Capitana Marvel” -independiente de su humor y su calidad como película de entretenimiento masivo- está apegada a un esquema argumental clásico y hasta convencional, que sigue el mismo patrón de muchísimos otros casos de héroe que debe luchar con sus demonios internos antes de alcanzar la madurez de sus poderes.

La película nos sitúa en el enfrentamiento entre los Kree y los Skrull, donde los directores hacen bastantes alusiones a películas clave de los años ochenta y noventa, léase “Star Trek”, la inolvidable “Superman” (la inicial, con Christopher Reeves)  y se apodera de la fórmula de humor que tan bien desarrolló “Guardianes de la Galaxia”. Este prólogo sirve para conocer a la protagonista, Carol Danvers, a la que llaman Vers,  la que deberá superar miedos y traumas de un pasado clave para comprender por qué llegará a convertirse en la Capitana Marvel.

También hay guiños a Top Gun, porque nos enteramos que la heroína es una ex piloto de la Fuerza Aérea, para luego transformarse en una suerte de buddy-movie (película de dos personajes que parten como enemigos y terminan siendo socios) entre ella y Fury (un agente interpretado con humor por el siempre competente Samuel L. Jackson (muy rejuvenecido con efectos digitales).

Es interesante acotar que gran parte de la película transcurre en Los Ángeles, California, en 1995, lo que es un pretexto ideal para introducir la necesaria nostalgia de la cultura pop de entonces, partiendo por marcas clave como Blockbuster y RadioShack, mostrando tecnología obsoleta y desconocida por los jóvenes de hoy, como los aparatos Bíper, los radiomensajes o el CD-ROM. De banda sonora nostálgica se utilizan canciones de Nirvana, Salt-N-Pepa, Elástica, No Doubt y R.E.M., entre otras bandas icónicas de entonces.

¿Dónde hay fallos? En lo poco aprovechados que resultan actores del talento y trayectoria como Jude Law y Annette Bening, cuyas apariciones además de breves son demasiado obvias en el esquemático papel que se les asignó.

Divertida, a ratos nostálgica y casi siempre chispeante, este filme es un paso seguro y entrega una heroína que llegó para quedarse.