Semiabandonado, y ahora en huelga, campo de La Narro en Arteaga

La huelga que por más de dos semanas se ha prolongado en la Universidad Antonio Narro, alcanza a sus nueve campos experimentales, que se ubican en siete estados de la República, por lo que sus trabajadores no pueden acceder a los mismos para dar el seguimiento necesario a los cultivos que ahí se tienen.

Aunado a ello, campos como el que la Universidad tienen desde 1983 en el ejido Los Lirios, municipio de Arteaga, permanecen semi abandonados y sin representar una opción realista de aprendizaje sobre el cultivo de manzana, pues ahí se realiza en condiciones de temporal, ni tener una aportación en investigación y conocimientos para los productores de la región.

Los campos experimentales dependen de la Dirección de Investigación de la UAAAN, y se concibieron con el doble propósito de aportar conocimientos prácticos en la formación de los nuevos profesionistas, y aportar soluciones generando nuevas tecnologías que puedan ser utilizadas por los productores.

Desde el 15 de febrero que estalló la huelga promovida por el Sindicato Administrativo, los seis trabajadores del campo experimental en Los Lirios no han podido ingresar al mismo y se turnan para permanecer de guardia en el portón, a un lado de la carretera, donde han colocado la simbólica bandera rojinegra.

Este campo, que fue donado a la Universidad por el gobierno del estado, tiene una superficie cercana a las cuarenta hectáreas, la mayoría destinada a cultivos agrícolas, con una huerta de manzanos, de doce hectáreas, otra área con árboles forestales, y aproximadamente cuatro hectáreas de bosque.

De acuerdo con quienes trabajan en ese campo, todos los cultivos son de temporal, pues no cuentan con agua para riego, pero desde hace años la actividad ha venido a menos.

En el caso del área agrícola fue hace tres años la última ocasión en que se sembró avena, la cosecha se recogió por parte de la Universidad y ya no se volvió a utilizar esa superficie. Cada ciclo crece ahí algo de avena, por la semilla que ha ido quedando en el campo, pero la aprovechan los propios trabajadores.

En cuanto a la huerta de manzanos, también en los últimos años se dejaron de hacer algunas tareas, por ejemplo, ya no se aplican compensadores de frío para estimular la brotación y asegurar cosecha, y todo el mantenimiento consiste en limpieza y en la elaboración de arriates o tanques para que los árboles aprovechen el agua cuando llueve.

El sector al que más atención se le pone es el forestal, pues ahí el ex rector Eladio López Pérez tiene un proyecto de investigación, y es quien con mayor frecuencia acude con sus alumnos para estudiar los pinos.

En teoría la Dirección de Investigación de la UAAAN, responsable de este Campo Experimental, tiene la meta de contribuir al desarrollo del medio rural a través de la transferencia de tecnología, pero en este caso no hay una vinculación dinámica  entre los productores regionales y la institución.

La Sierra de Arteaga subsiste principalmente por los cultivos de manzana, avena, trigo, papa y maíz, pero los proyectos más significativos y de mayor extensión son los de ranchos que cuentan con riego y están tecnificados, lo cual no ocurre en este Campo Experimental de la Antonio Narro, por lo que difícilmente puede hacer una aportación en conocimientos.

De hecho, hay académicos que prefieren llevar a sus alumnos a realizar prácticas en huertas privadas y tecnificadas que hacerlo en las propias, donde no aprenderían sobre los mejores métodos de producción.

Y los productores han optado por recurrir a otras instituciones, como la Facultad de Ciencias Químicas de la UA de C, cuando requieren apoyo de investigadores para conocer orígenes y posibles soluciones a problemáticas reales como plagas y epidemias.

Al menos para los productores de manzana hay necesidad de un mayor trabajo de investigación que les permita sustentar sus proyectos con información real para acceder a programas de apoyo, esquemas de financiamiento y contratación de seguros.

Tras la experiencia que se tuvo en 2018 por la helada ocurrida en abril que dañó la mayor parte de los huertos manzaneros, los productores han buscado para este ciclo la contratación de seguros, pero las compañías los ofrecen en condiciones poco convenientes, pues establecen las expectativas de producción en la única información oficial disponible sobre cosechas promedio, que está muy por debajo de la realidad, pues ninguna institución gubernamental ni académica lleva registro de los rendimientos reales.

Como ese caso en concreto, existen otros que establecen la necesidad de proyectos de vinculación entre la Universidad y los productores, pero no se están presentando y mientras tanto la institución sigue canalizando recursos al sostenimiento de campos experimentales que no cumplen con su función. (INFONOR)