A LA BÁSCULA

Las tribus de Morena 

Después de la elección presidencial de 1988 cuando Cuauhtémoc Cárdenas compitió por el Frente Democrático Nacional (FDN), el hijo del ‘Tata’ fue una figura fundamental para la creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), siglas bajo las que contendió en busca de la Presidencia en los procesos de 1994 y 2000.

En muy poco tiempo, el partido del sol azteca tuvo un crecimiento exponencial, al grado que Cárdenas logró arrebatarle al PRI la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal en 1997, cargo que dejó inconcluso para ir en su tercer intento por llegar a ser Presidente de México.

No lo consiguió, pero el partido que él ayudó a fundar, siguió su meteórica carrera, y en las siguientes dos elecciones el abanderado de su partido, Andrés Manuel López Obrador se quedó ‘en la orillita’; incluso tras el proceso de 2006 el propio candidato y los diferentes grupos perredistas tomaron la avenida Reforma alegando siempre que les había sido robada la presidencia. Al panista Felipe Calderón lo llamaban espurio, y López Obrador se autodesignó y ‘protestó’ como el ‘presidente legítimo’ de México.

Casi una década y media después de su fundación, el PRD andaba en ‘los cuernos de la luna’, pero enseguida les ‘cayó el chahuistle’, la ambición y la lucha por el poder empezó a provocar entre las ya creadas diferentes ‘tribus’, encarnizadas guerras intestinas que generaron fuertes divisiones al interior, su debilitamiento, la salida de figuras históricas e icónicas de la izquierda mexicana, hasta llevarlos a lo que es hoy: ya un ‘minipartidito’ que vive la peor de sus crisis política y económica de su historia.

Es decir, al PRD se lo acabaron los mismos perredistas, no necesitaron que nadie los hiciera pedazos, ellos mismos se encargaron de hacerlo.

Todo este escenario me lo ha traído la memoria de vuelta, al ver el proceso que se está viviendo en el estado de Durango, donde este 2 de junio se renovarán las alcaldías de los 39 municipios, y muchos ven en el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, la garantía del triunfo en las constitucionales, una vez que reciban la ‘bendición’ y compitan por Morena.

En la mayoría de los municipios, al menos en los de mayor peso político, electoral y económico –entre ellos Durango la capital, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo en la zona de La Laguna-, las proyecciones indican que Morena tiene una gran posibilidad de alcanzar la victoria, incluyendo Gómez Palacio, el último bastión priista en la entidad, y el único municipio lagunero de ambos lados del Nazas, que no ha probado la alternancia.

El martes pasado se llevó a cabo el proceso del registro de quienes aspiran a ser los candidatos de Morena en todos los municipios duranguenses y ¿sabe usted cuántos aspirantes se registraron sólo en Gómez Palacio? ¡16!, y para Lerdo la cosa no fue menor ¡13!

A diferencia del PRD que creció sin llegar jamás a la Presidencia, en Morena la figura de Andrés Manuel los llevó no sólo a conquistar esa posición, sino que los llevó a ganar gubernaturas, alcaldías, la mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión y en más de la mitad de los congresos estatales.

Pero como en el proyecto morenista hay de todo, de dulce, de chile y de manteca, es decir, priistas, panistas, perredistas, petistas, los intereses de los distintos grupos están empezando a generar la conformación de grupos que podríamos llamar ‘Las tribus morenistas’, y como consecuencia de ello las luchas por el poder. Hoy todos adentro, militantes, simpatizantes y aspirantes de la sociedad civil, externos, dan por seguro que van a conseguir la victoria, una vez que se conviertan en candidatos de Morena.

En municipios como Gómez Palacio, donde nunca ha gobernado otro partido que no sea el PRI, está sobre la mesa la posibilidad de conseguir la alternancia. Pero la lucha entre los diferentes grupos les podría hacer tirar por la borda la oportunidad histórica de lograrlo.

Sería una verdadera lástima que estando la posibilidad tan a la mano, las luchas internas lo evitaran.

Pero el fantasma de las tribus perredistas –muchas de las cuales fueron integrados por hoy morenistas, que luchan denodadamente por evitar que los de pasado priista o panista les ganen las posiciones que consideran ‘suyas’-, amenaza ya a Morena.

Allá ellos si tiran a la basura el ‘bono democrático’ que les dio a Morena los ciudadanos mexicanos en la pasada elección. O, si en alguien cabe la prudencia y convoca y logra la unidad.

 

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@JulianParraIba