ZAGAL  

 

Que no cunda el pánico

Hay especialistas que afirman que enero es el mes más deprimente de todo el año, esto porque después de las fiestas, los gastos, los regalos, y uno que otro abuso, es el momento en que se espera la famosa “cuesta de enero”. Es un mes en el que un nuevo año comienza, acarreando toda aquella incertidumbre que pareció haber desaparecido con el término del anterior, pero vuelve a sentirse con el regreso a la realidad y a la rutina del día a día.

Para temas de esta columna de opinión, no cabe duda que nos espera nuestra propia “cuesta de enero”. Como lo mencionamos en espacios anteriores, este periodo de cambio en el calendario es crucial para el proceso de transición que vive nuestro país, respecto a la llamada Cuarta Transformación.

Con la llegada de este nuevo año, habrá que estar pendientes de todos los compromisos prometidos en campaña y durante su periodo como presidente electo, que ahora como presidente constitucional en funciones, deberá de cumplir, sobre todo aquellos que dependían de la aprobación de un nuevo presupuesto, al que declaró el mismo presidente, como un instrumento fundamental para el progreso y justicia que propone. Dicho presupuesto se aprobó la madrugada del 24 de diciembre del 2018.

Es por ello que a 16 días de haberse aprobado el antes mencionado, y a poco más de una semana de empezado el año, con una postura objetiva, podemos hablar de que gran parte de los compromisos van tomando forma.

Desde el alza al salario mínimo, hasta liberar a 43 municipios de la frontera norte respecto del pago de impuestos corporativos y de renta. Este último con posibles resultados a mediano y largo plazo. Además, el Ejecutivo ya anunció que esta semana comienzan los programas que traen consigo el reparto de apoyos económicos para los programas Jóvenes Construyendo el Futuro, las pensiones para el adulto mayor y para los discapacitados. Cabe decir, que cada una de estas acciones, son complejisimas, que no bastaría un espacio como este para lograr explicar el “por qué, cómo y cuándo”, de cada una de ellas.

Otra acción que se está llevando a cabo y está dando mucho de qué hablar, es la decisión que se tomó respecto a la estrategia para el combate contra la ordeña de ductos de gasolina, mejor conocida como “huachicoleo”. Una estrategia, que sí es cierto todo lo que se ha dicho, tendríamos que referirnos a ella como una acción valiente por parte del Ejecutivo, ya que optó por el cierre total de ductos importantes en el país, con tal de detectar los puntos donde se presentaba el fenómeno y ejercer acción.

Sabemos que la decisión resultó algo contraproducente al inicio, ya que el transporte de los combustibles se tuvo que hacer por medio de pipas, lo cual es más tardado (y caro), y esto provocó el desabasto en muchos lugares del país, como lo fue en gran parte del bajío, pero siendo fiel al principio de que “también el diablo tiene derecho a un abogado”, se puede considerar como un riesgo que vale la pena correr.

No cabe duda que este año comienza intenso, y que el país vivirá su propia “cuesta de enero”, en donde además del tema de gastos económicos para los ciudadanos, donde pareciera que todo nos va a costar más, también habrá de costarnos creer todo lo que se diga respecto de las decisiones que tome el Ejecutivo, y no tomar criterio hasta no escuchar las distintas posturas que se presenten cuando -como me dijo un buen amigo-, se exacerban las diferencias por la coyuntura.

Reciban un saludo, muchas gracias.

 

 

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