AMOS OZ: UN AUTOR QUE DEBE SER LEÍDO

 ARIADNE H

 Reseña de “La caja negra”

Amos Oz, escritor israelí, falleció el pasado 28 de diciembre a los 79 años, dejando como legado un conjunto de más de 20 obras conformado por una variedad de novelas, ensayos, poemas y cuentos.

Fue un escritor que, a lo largo de su vida, estuvo comprometido con la búsqueda de paz en medio del incesante conflicto entre israelíes y palestinos. Este compromiso se veía retratado en su prolífica producción literaria, lo cual lo llevó a ser merecedor de numerosos premios, como el Príncipe de Asturias de las Letras en reconocimiento a “la defensa de la paz entre los pueblos” así como por “la denuncia de todas las expresiones del fanatismo”.

Amos Oz pasó a ser reconocido como una de las figuras más importantes de la historia; es imprescindible, por lo tanto, conocer el pensamiento que sacudió al mundo entero. Amos Oz dijo que “la buena literatura debe ayudarnos a abrir un tercer ojo en nuestra frente” y, con esto en mente, queda casi como una obligación pensar en lo dicho por Oz con ese tercer ojo bien abierto.

Junto con Las mujeres de Yoel y Contra el fanatismo, La caja negra es posiblemente una de las obras más aclamadas del escritor israelí. La obra es el conjunto de correspondencia entre llana y Alex, dos personas que rompieron su matrimonio años atrás y cuya ruptura ha llevado a estos dos personajes a seguir caminos distintos en los cuales, lo único que guardan en común, es el odio que aún los une.

La historia inicia con llana pidiendo ayuda a su exesposo y, lo que parece ser un simple grito de ayuda por el hijo de ambos, esto pronto se convierte en un recorrido por los secretos de ambos, en el porqué de su separación y del resentimiento que une a estos dos personajes. “Querido Alec: Que no hayas destruido esta carta al reconocer mi letra en el sobre prueba que la curiosidad es más poderosa que el odio. O que tu odio necesita carne fresca”

Oz dice que sus personajes llegaban a él como sueños, precedidos de la vida real, pero de manera indirecta. Los personajes que se ven en La caja negra son personajes llenos de furia contenida y arrepentimientos no expresados.

La novela está impregnada de una desmesura difícil de explicar, de manera que a lo largo de las páginas lo único respirable es un ambiente lleno de tensiones, complicidad y dificultades que solamente son posibles de hallar en un contexto familiar.

 

“Ahora dime: ¿Por qué te he escrito sobre estos acontecimientos ya hace tiempo olvidados? ¿Para arañar viejas cicatrices? ¿Para reabrir nuestras heridas por capricho? ¿Para descifrar una caja negra? ¿Para herirte por todas partes de nuevo? ¿Para despertar anhelos en ti? ¿Tal vez esto es también un plan para atraparte de nuevo en mis redes? Me declaro culpable de los seis cargos. No conozco ninguna circunstancia atenuante. Excepto, tal vez, una: no te amé a pesar de tu crueldad.”