El 2018, un año terrorífico en Yemen que termina con un haz de esperanza

(Xinhua/Mohammed Mohammed)  

Ha sido un año “aterrador” para los yemeníes, pero, en última instancia, de esperanza, ya que las conversaciones de diciembre en Suecia produjeron un alto el fuego en torno a la ciudad portuaria de Hodeida, con la promesa de nuevas consultas sustantivas entre las partes en conflicto el próximo mes, aseguró el enviado especial de la ONU para Yemen durante una entrevista con Noticias ONU.

A pesar del progreso «notable» reciente, Yemen sigue sufriendo una crisis humanitaria que ha sido descrita por la ONU como la peor del mundo, como consecuencia de los enfrentamientos entre el Gobierno y las fuerzas de oposición de los hutíes en todo el país.

La primera ronda de consultas que busca encarrilar un proceso político para la paz en el país concluyó la semana pasada en la ciudad sueca de Rimbo, con un acuerdo de alto el fuego en la ciudad portuaria de Hodeida.  Martin Griffiths, el enviado especial de la ONU para Yemen aseguró en una entrevista con Noticias ONU que será difícil lograr que se cumplan estos acuerdos.

¿Cómo evalúa la implementación del acuerdo en relación con el puerto de Hodeida hasta ahora?

Bueno, solamente lo que las Naciones Unidas como organización puede evaluar. Por ejemplo, el hecho de que el monitoreo del alto al fuego y la retirada de las tropas será dirigido por alguien con experiencia como Patrick Cammaert quien estuvo en los Kivus (República Democrática del Congo) y tiene en su carrera el haber sido consejero militar. Somos muy afortunados de tenerlo. También el Secretario General ha estado muy interesado en esto y espera que todo se mueva lo más rápido posible.  Al cabo de una semana de la firma de los acuerdos en Suecia ya veremos personal desplazándose a Hodeida y creo que esto es notable.  Aun así, que funcione el plan será un trabajo difícil, pero es un buen comienzo, y, hasta ahora el alto el fuego en Hodeida se mantiene.

La ONU tiene dos roles en Hodeida, uno a través del comité de coordinación de redistribución que será presidido por el General Cammerat. Cuéntenos ¿qué papel tiene? y ¿cómo implementarán este rol en el terreno?

Bueno, eso es algo que el Secretario General describirá en un informe al Consejo de Seguridad, si como imaginamos, se pasará una resolución en los próximos días que requiere de ese documento. Así que creo que los detalles de la misión de monitoreo del General Cammerat se aclararán en parte cuando esté en el terreno, pero también en ese informe al Consejo. Aun así, imagino que lo que veremos bajo su mando son observadores desarmados que estarán estacionados en ubicaciones clave en toda la ciudad y el puerto, y un mecanismo de informes bastante sólido.

Como saben, lo que se prevé es un informe semanal al Consejo de Seguridad sobre el cumplimiento del acuerdo. Creo que eso es muy importante y da confianza a las partes, a nosotros mismos y a la comunidad internacional de que el acuerdo se mantendrá.

¿Podría darnos más detalles sobre los observadores desarmados?

Estos observadores desarmados dependerán esencialmente de la buena fe de las dos partes. Lo más impactante es que ayer cuando el General Cammerat tuvo su primera reunión con el comité que presidirá, ambas partes expresaron su total compromiso para que el sistema de monitoreo funcione.

Y sabemos que los líderes de ambas partes se conocen muy bien y han trabajado antes juntos. Esto nos da cierta confianza.

Ningún alto el fuego funciona solo con monitoreo. Funciona a través de la voluntad de las partes y nada de lo que he escuchado de ninguna de las dos me hace dudar de esa voluntad. Esto no significa que vaya a ser fácil, pero estoy seguro de que la voluntad está ahí.

El otro rol de la ONU es apoyar la administración del puerto de Hodeida, ¿Cuándo comenzará este trabajo y cómo?

Esto es igual de importante, incluso más que el alto el fuego en sí. Lise Grande, la coordinadora humanitaria de la ONU para Yemen, junto con varios de sus colegas en otras agencias, ha desarrollado planes bastante detallados para este trabajo.

Tuvimos mucha suerte en Suecia de contar con representantes de su oficina y del Programa Mundial de Alimentos y que mediaron estos acuerdos. Así que ellos han estado completamente involucrados en esto desde el principio.

El Programa Mundial de Alimentos desempeñará el papel principal en el refuerzo del funcionamiento de la autoridad portuaria del Mar Rojo y ya se ha comenzado a pensar cómo se va a hacer.

Y sobre el proceso de intercambio de prisioneros, que es un componente muy importante en la creación de confianza entre las partes, ¿hay algún progreso?

Sí, hay avances. La ventaja fue que este acuerdo de intercambio de prisiones se acordó antes de que fuéramos a Suecia y las dos personas de cada lado, del Gobierno de Yemen y los hutíes, se conocen muy bien. Ya han negociado sobre este tema.

Lo que se prevé, que será un día muy importante, es la liberación de 4000 prisioneros, 2000 de cada lado, que serán llevados en avión de Saná a Hadramout y en el sentido contrario, y será un momento increíble para las 4000 familias que recuperarán a sus hijos e hijas.

Esto también representa una importante señal de esperanza para el pueblo de Yemen. El Comité Internacional de la Cruz Roja estará presente apoyando al Gobierno de Suecia que accedió a llevar a cabo el intercambio por vía aérea. Espero que esto funcione, sería genial.

¿Qué nos puede decir de los otros temas que no se acordaron en Suecia, a saber, la reapertura del aeropuerto de Saná y el Banco Central?

La reapertura del aeropuerto ha sido una tarea bastante difícil desde hace años y en la que hemos intentando avanzar desde que comencé este trabajo en marzo. Particularmente porque el Secretario General es muy insistente en este tema y está preocupado porque podamos avanzar.

Todavía estamos negociando entre las dos partes para que acepten los componentes esenciales del acuerdo que esperamos tener en Suecia. No necesitamos tener otra ronda de conversaciones para lograrlo.

El Gobierno de Yemen ha sido insistente en llegar a un acuerdo y creo que los yemeníes apreciarían el poder volar desde y hacia el aeropuerto de Saná, de una manera en la que no han podido en los pasados dos años. Así que esperamos avanzar en eso.

El Banco Central de Yemen, al ser un problema económico, es un poco más complicado, pero, de hecho, lo que nos gustaría es que haya una primera reunión tal vez en Ammán, tal vez en otro lugar, de técnicos dentro del banco central con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El FMI se asegurará de que exista un proceso transparente para la recaudación de ingresos, incluso desde el puerto de Hodeida, como base para el pago de salarios en todo Yemen para todos los funcionarios públicos.

El resultado de las consultas en Suecia fue un gran avance, pero todos esperan la próxima ronda de consultas ahora. ¿Puede hablarnos sobre los temas principales o sobre lo que le gustaría ver en estas consultas?

Lo que espero que podamos lograr en la próxima ronda, y por supuesto que tendré que buscar el acuerdo del presidente Hadi sobre el calendario y el lugar, así como el liderazgo de los hutíes, es la discusión de los elementos esenciales de una solución política a este conflicto.

En otras palabras, lo que espero es que aquellas personas que dicen que Suecia estuvo bien, pero que fue simplemente un paso humanitario, se pongan de acuerdo y comprendan que la próxima ronda será un paso político hacia adelante.

Tenemos que abordar las cuestiones principales para poder avanzar y dar algún tipo de sentido a Yemen, a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad, en cuanto al tiempo que se necesitará, o que tan rápido se podrá negociar el fin del conflicto. Creo que, en la próxima ronda, tendremos una idea mucho más clara sobre estas preguntas.

Todos vimos el resultado positivo de las consultas en Suecia, pero tras las bambalinas, ¿tuvo alguna duda sobre el proceso en su totalidad?

Durante todo el proceso realmente. La verdad estábamos muy contentos de llegar allí y ver a las dos partes sentadas al otro lado de la mesa.

Ese fue un gran momento y luego hubo muchas personas que dijeron, bueno, mira, con eso ya es suficiente. Pero todos los que estamos involucrados en esto, incluyendo diplomáticos y embajadores queríamos mucho más, porque se trata de un gran momento cuando las personas que están en una guerra como la de Yemen, deciden dejar las armas por un momento y sentarse a hablar por primera vez en dos años.

Teníamos que aprovechar el momento y no solamente dejarlo en un acto para crear confianza. Así que, personalmente yo tenía muchas ganas de asegurar que podríamos avanzar en los temas clave como Hodeida. Algunas personas eran muy escépticas respecto a esto, pero hay que recordar que ya habíamos estado negociando activamente algún tipo de acuerdo sobre el puerto desde mayo debido a los problemas humanitarios y otras preocupaciones, así que ya sabíamos bastante acerca de lo que queríamos y fuimos muy afortunados de que las partes en Suecia estuvieran de acuerdo con nosotros.

Usted trabajó estrechamente con el grupo asesor de mujeres que estuvieron presentes durante las consultas en Suecia. ¿Cómo afectó su participación a todo el proceso?

Lo que fue muy bueno acerca de este grupo de mujeres, que son seis y ya habían estado con nosotros en las consultas en Ginebra en septiembre, es que nos veíamos todos los días. Ellas lograron compartir con mucha facilidad con los miembros de las partes en conflicto, y aunque no estuvieron presentes en las negociaciones formales, pudieron hacer dos cosas. En primer lugar, asesoraron a las partes de manera informal, y en segundo lugar, me mantuvieron informado sobre lo que realmente estaba sucediendo tras las bambalinas.

Así que, para nosotros, fueron un gran recurso, que espero que mejore y se expanda con el tiempo.

El 2018 está llegando a su fin y todos miran hacia atrás. Si usted mira hacia atrás, ¿cómo describiría este año para Yemen?

Ha sido un año terrorífico, debido a las terribles predicciones, el hambre, las batallas llegando a los pueblos… Ha sido un año aterrador para los yemeníes.

Pero a medida que avanzamos, vimos a la opinión internacional claramente centrada en la necesidad de una solución política. Ha sido también un año de esperanza, que se vio reflejada en Suecia.

El 2019, si tenemos suerte, si las partes lo desean, puede ser finalmente un año en el que resolvamos este conflicto. Entonces, espero que 2018 sea el último año en que Yemen esté en guerra. (ONU NOTICIAS)