ZAGAL

Capítulo 57

Es una realidad. Tal como lo establece nuestra Constitución Política, a partir del pasado primero de diciembre ha iniciado un nuevo capítulo para la historia de nuestro país. Así como lo marca la misma Constitución, un nuevo gobierno en un periodo de seis años (5 años y 10 meses para ser exactos), llega a tomar las riendas del país.

Fue mucho lo que se habló (y se sigue hablando), respecto de este cambio de poderes en particular, tanto bueno, como malo, y así como a la mayoría de las cosas inciertas en la vida, solo será el tiempo quien diga quien tuvo la razón. Pero, ¿por ahora qué nos queda? Esa es la verdadera cuestión que muchos de nosotros no hemos querido responder, porque estamos por enfrentarnos a una nueva etapa en nuestras vida.

Como es habitual en un sistema democrático, la mayoría de las propuestas van dirigidas a la mayoría de la población, que actualmente, y tristemente es una realidad, según el último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) del año 2016, el 51.2% de la población en México, se encuentra conformada por un 43.6%, o sea 53.4 millones de personas que se encuentran en nivel de pobreza más un 7.6%, equivalente a 9.4 millones de personas que viven en la pobreza extrema.

Con el entendido que la democracia es el gobierno de la mayoría, con respeto hacia las minorías, la gran tarea que tendrá este nuevo gobierno, será el darle el valor de legítimo a su periodo de mandato, ya que la legitimidad no se obtiene sólo por haber sido elegido democráticamente, la legitimidad tiene que acompañar al poder todo el tiempo, sin fraccionarse, ni fracturarse, actuando siempre con respeto a la libertad de todas las personas.

Una tarea que sin duda no podrá hacer solo, ya que la mayoría de la gente piensa que al hablar de “estado”, se refiere directamente a las autoridades, que en este caso sería el gobierno, lo cual no es así. El estado somos todos nosotros en comunidad, como bien me decía un maestro, “el estado es una comunidad organizada políticamente y estructurada jurídicamente”, es por ello que no puede ser tarea de una sola persona, en este caso el presidente, cambiar al país.

Nuestra responsabilidad como ciudadanos es más grande que nunca. Se consiguió un cambio en el círculo que gobierna, por lo tanto ya no hay excusas para juntos cambiar a la sociedad, pero de nosotros depende ser actores, o no, de la obtención tan anhelada del Bien Común.

Es por ello que debemos aceptar la realidad del día de hoy, y comenzar a trabajar juntos, ante iniciativas que pretenden polarizar a la sociedad por medio del discurso y de una historia que si bien, ha dejado a deber, no se puede optar por generalizar y etiquetar a parte de los que somos, y fueron parte de ella.

Informarnos respecto de las decisiones que se tomen en lo alto del poder, exigir ese Gobierno Abierto que tanto necesitan las sociedades en el mundo, permanecer juntos, preservar y progresar las estructuras jurídicas, que son para todos, – y si algo es de todos, significa que no es de nadie en particular – siempre teniendo como ordenamiento supremo a la constitución.

Practicar hoy más que nunca el disentir sin odiar y argumentar sin insultar. Aceptar que los mismos problemas de ayer, los seguiremos teniendo hoy, siempre y cuando no los atendamos y superemos para sacar adelante a nuestro país. Inicia un nuevo capítulo, en el que a cada uno nos toca desempeñar un papel.

Citando el poema ¡OH, MI YO! ¡OH, VIDA! de Walt Whitman

 

…la pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que

vuelve — ¿qué de bueno hay en medio de estas

cosas, oh, mi yo, oh, vida?

 

Respuesta

Que estás aquí — que existe la vida y la identidad,

que prosigue el poderoso drama, y que puedes contribuir con un verso.

 

Reciban un saludo, muchas gracias.

 

Twitter- @Dan_Fdz

 

E-mail – danielfdz6@hotmail.com