DE BUENA FUENTE

Camino al infierno…

La asunción de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la Republica, parece un nuevo capítulo de la clásica y efímera lucha entre ricos y pobres.

Pero la historia no miente, y como en Brasil en 2003, con la aplastante victoria electoral de la izquierda que llevó a Lula al poder, Andrés Manuel se encuentra en la peligrosa ruta de intentar llevar riqueza al pueblo, en un sistema capitalista.

López Obrador goza de una gran autoridad moral, y los ciudadanos comunes esperan con avidez que cumpla sus compromisos sociales de aumentar sus míseras pensiones, y otras atractivas promesas de campaña.

“Primero los pobres”, prometió Andrés Manuel al pueblo mexicano, y aunque las expectativas son muchas, el “vuelo del águila morena”, parece más bien, el DE un gallo díscolo y golon, de poca altura, y corto aterrizaje.

En Brasil, Lula enfrentó al interior del partido, una feroz oposición, a grado tal, que se decidió expulsar a un Senadora y tres diputados federales por no acatar la disposición de voto del organismo político en el poder.

Algo parecido a lo que ahora pretende hacer Morena con el líder del Senado, Ricardo Monreal y un diputado del PT, que repiten, – y con razón – que el poder legislativo es autónomo.

La honorable autoridad del Presidente no basta para cumplir promesas, ni evitar disputas por el poder y el dinero entre las tribus de Regeneración Nacional, que ya asoman sus afiladas lanzas.

Andrés Manuel tiene el sueño de un México parejo, seguro, y amoroso, pero eso es una gran utopía, una verdadera quimera.

La edad se le vino encima, y aunque nadie duda de su estatura como estadista, el sistema lo va a aplacar, el gobierno lo va a asfixiar, sus cercanos lo van a traicionar, y si no se pone listo, el pueblo lo va a odiar.

En Brasil, Lula a pesar de su larga experiencia en la lucha socialista y de masas, no pudo evitar la fragmentación del gobierno y la división interna del PT, su partido.

Dicen que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones, pero ojalá el Presidente electo pueda con su irrefutable moralidad, actuar con firmeza al interior del gobierno y de Morena.

Por el bien de los mexicanos.

 

Nobleza obliga…

El primer informe de actividades del Gobernador Miguel Ángel Riquelme trazará el futuro político y social de Coahuila.

El mandatario estatal, a diferencia de sus antecesores, no tuvo un suave periodo de transición, ni de entrega de poderes, debido a la crisis post electoral de la elección.

Riquelme Solís resolvió sobre la marcha problemas de liquidez, y atendió con pulcritud el asfixiante tema de la deuda pública.

También, inteligentemente, abrió espacios de trabajo, apoyo y dialogo con los alcaldes de oposición, y permitió la continuidad de personajes identificados con el pasado reciente.

En seguridad pública, mantuvo a la entidad en los primeros lugares a nivel nacional, al igual que en generación de empleos y paz laboral.

Lo bueno está por venir, y eso se nota a leguas.

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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