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Esta semana rindió su primer informe de gestión el Fiscal General Gerardo Márquez Guevara, el hecho es significativo por al menos dos aspectos.

Primero, marca el fin de la etapa de reestructuración de la dependencia que en 2019 deberá tomar otro dinamismo, comenzando por el hecho de que el año próximo será el primero en que tendrá realmente autonomía financiera, pues durante el actual debió trabajar aún con el presupuesto que el Congreso aprobó el año pasado y bajo los criterios tradicionales.

Ahora la Fiscalía recibirá, como otros órganos autónomos, su asignación presupuestal y tendrá que hacerse cargo de la administración sin tener que pasar por la Secretaría de Finanzas. Esto, si se maneja bien, tiene que favorecer el desempeño de la dependencia.

Hay buenas expectativas pues se reconoce la experiencia y oficio del Fiscal Márquez, que además del conocimiento técnico y legal, tiene la sensibilidad para generar apertura y proximidad social.

No es tarea de un solo hombre, los retos son importantes, pues por ejemplo uno de los atributos de la Fiscalía, adicional al de autonomía, debe ser el de transparencia, un concepto que nunca ha gustado a la estructura del Ministerio Público, al contrario por tradición se ha recurrido a la presunta obligación de «confidencialidad» para no dar respuestas ni rendir cuentas, entonces en esa ruta habrá seguramente inercias y resistencias, pero Márquez tiene en claro lo que debe hacerse y está decidido a lograrlo.

Y es significativo también porque implica que ya se cumplió un año de la salida de Homero Ramos Gloria de la entonces Procuraduría. De hecho se completó a finales de octubre, y que haya transcurrido ese tiempo deja cubierto y superado el impedimento legal que había para que Homero se incorpore al Poder Judicial, con lo que pronto lo veremos rindiendo protesta como Magistrado.

La llegada de Ramos Gloria al Poder Judicial podría ser, según algunos, la señal de arranque para los cambios que se esperan a nivel estatal, sobre todo en el gabinete del ejecutivo.

Ya es evidente el nerviosismo de los actores políticos, sobre todo de los que están esperando nuevos espacios, y aunque muchos coinciden en que los ajustes no serán en noviembre, sino hasta después del primer informe del gobernador lo que sí aseguran es que habrá muchos e importantes.

En Torreón se ha comenzado a especular que Eduardo Olmos Castro va o a la Secretaría de Seguridad Pública o a la de Gobierno, cargos para los que ya se le mencionó el año pasado.

Habrá quien diga que el paso de Olmos por la alcaldía de Torreón no es su mejor carta de recomendación, pero juzgar desde afuera es fácil, y antes habría que tenerse en cuenta las circunstancias en que le tocó gobernar.

Eduardo Olmos fue alcalde cuando Torreón vivió el más fuerte asedio de peligrosos grupos de la delincuencia organizada, que no solo controlaban a la policía, completa, sino que estaban infiltrados hasta en las estructuras de importantes empresas.

Reconstruir una policía preventiva en esas circunstancias y vivir bajo amenaza permanente a la vida propia, exige, además de capacidad, temple y carácter.

Olmos tiene entonces activos y atributos, desarrollados en una experiencia que ya se acerca a los veinte años en la gestión pública, que le permitirían desempeñarse con éxito en cualquiera de los dos encargos para los que se le menciona.

Su estilo mesurado y alejado de arrogancias, su capacidad de escuchar y su cercanía con Miguel Ángel Riquelme, lo habilitan como un operador político útil. Veremos qué pasa.

En Monclova, Lauro Villarrreal se vale de plumas amigas para autopromoverse como futuro Secretario de Finanzas. Parece que no escogió la mejor marquesina, pues si en alguna región lo conocen, y recuerdan su paso como Tesorero municipal de Frontera, es precisamente en esa.

Seguramente Xavier Herrera no dejará que Lauro llegue a Finanzas, pues si bien está conforme con que haya alguien en el despacho principal de Castelar, mientras él siga teniendo la firma y el control absoluto, claro que prefiere un perfil cómodo y abnegado como el de Blas José Flores, que estar en permanente competencia con alguien como Villarreal con pretensiones y ambiciones propias.

En una medición de fuerza e influencias, dicen que Xavier le saca ventaja a Lauro. Su cercanía y poder no dejan dudas, al grado que llega a meter mano sin recato alguno hasta en asuntos internos de la Secretaría de Gobierno.

Otro al que apuntan para incorporarse al gabinete estatal es a Shamir Fernández. Le quedan por cobrar dos quincenas como delegado federal de Sedesol, y hay quienes le ven posibilidades de sustituir en el estado a Inocencio Aguirre, quien se ha puesto nervioso al verlo cercano del gobernador.

Pero también ven a Shamir como un prospecto para el PRI estatal, lo cual ocurriría hasta el segundo semestre del año próximo, cuando entraría a implementar una estrategia de emergencia para reconstruir lo que hoy tiene hecho pedazos la persona encargada, un lagunero al que pocos identifican y nadie respeta como líder.

Interesante pues, lo que se verá en las próximas semanas.

 

 

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