El Mostrador Turístico, una tienda de 100 años convertida en experiencia gastronómica

Foto: Harumi Kawasaki

Lo que inició hace un siglo como la primera tienda de Arteaga, se ha convertido en un restaurante con un menú de platillos únicos en Coahuila

Fue la primera tienda que se instaló en Arteaga hace 100 años, aunque el edificio realmente fue construido hace 180 años según pruebas realizadas por el propio INAH. Actualmente, desde hace dos años, funciona como restaurante y ofrece a los comensales una verdadera experiencia gastronómica con productos de la región y platillos típicos.

Se trata de “El Mostrador Turístico”, ubicado en la calle Hidalgo #105, entre Centenario y Escobedo, a unos metros de la Presidencia Municipal y de la Iglesia de San Isidro Labrador.

El edificio construido hace casi dos siglos, no ha recibido modificaciones (más allá de las necesarias, como pintura). Conserva sus pisos antiguo, sus paredes de adobe y el techo con vigas de troncos de madera.

Foto: Harumi Kawasaki

Hace 100 años, don Benito Valdés decidió instalar ahí una tienda de abarrotes e insumos necesarios para los arteaguenses, sin embargo, transcurrido un tiempo tuvo que cerrar, ante la difícil situación que se vivía en década de los años 20´s del siglo pasado.

Pero luego, unos dos años después, en el mismo lugar su hijo David Valdés Dávila reabrió el negocio familiar, mismo que luego operó Celia Valdés y después doña Hortencia Flores de Valdés.

Doña Tencha enviudó cuando su hijo Jesús Marte Valdés Flores era apenas un niño de 8 años de edad, y fue él mismo quien –pasado un tiempo- le compró la tienda a su madre y operó hasta el 2007.

Don Chuy Marte, como le conocen los vecinos, estuvo al frente de la tienda que entonces llevaba su nombre por casi medio siglo, desde 1958 hasta el 2007, acompañado por su madre y su hermana Alicia Valdés Flores.

Foto: Harumi Kawasaki

Pero la tienda de Chuy Marte no era algo pequeño, pues se convirtió en el ‘mini súper’ de la época, vendía desde granos y básicos del hogar, hasta maquinaria agrícola y línea blanca.

Fue testigo de la modernización de los hogares de Arteaga, al venderles en sus inicios la clásica estufa de leña y luego las primeras Across y Mabe que funcionaban con gas.

El espacio que ocupó la entonces tienda se extiende a lo largo de una cuadra, sale en la calle Hidalgo y también en la avenida Román Cepeda Flores.

“Esta tienda es una cosa de trabajo, es un legado que hemos tenido en la familia a través de mis padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. Todo esto es un trabajo arduo que se ha vivido siempre”, señala Rosa María Valdés Valdés, hija de don Chuy Marte y quien está al frente del Mostrador Turístico.

“Era la tienda de confianza, aquí había desde un alfiler hasta grandes maquinarias”, agrega.

Foto: Harumi Kawasaki

LA PRIMERA TARJETA DE CRÉDITO

Rosa María muestra un conjunto de cuadernos de pasta dura y hojas amarillentas, escritas con letra pegada, de esa que solían usar los antepasados, que fungían como las primeras tarjetas de crédito, pues cuando acudían los arteaguenses a ‘pedir fiado’ allí les apuntaban sus deudas.

“En estos cuadernos está la evidencia de lo que la gente consumía, lo que la gente pedía fiado. Eran las tarjetas de crédito, teníamos confianza en la gente y ellos eran responsables”, indica Rosy Valdés.

La de don Chuy Marte era de esas tiendas de antaño, con un mostrador de madera tosca y anaqueles del mismo material, los que se conservan hasta la actualidad. Conservan además un enfriador de lámina de Coca-Cola, de los primeros que entregaban en las tiendas que sigue funcionando.

En la primera tienda de Arteaga se vendían granos, jabón y dulces en ‘cucuruchos’, una especie de alcatraz de papel café.

Pero no solamente era la tienda de los habitantes de la cabecera municipal, también surtían a casas y tienditas de las comunidades rurales.

Relata Rosa María que seguido salía don Chuy Marte en su camioneta, a la que de cariño le apodaron ‘La Chocolata’, a entregar pedidos a la zona rural, y regresaba con bultos de granos que compraba a los agricultores de aquellos lugares.

También era común ver que la gente llegara en ‘guayín’, un carruaje pequeño y cerrado, desde los poblados de la sierra a surtir la despensa en el negocio de los Valdés.

“Es un legado no solo de la familia, sino para todos los arteaguenses, es una historia viva, una historia que está palpable y que podemos compartir”, señala Rosy.

La historia de la tienda de abarrotes se detuvo un día, en 2007, cuando don Chuy dijo ‘hasta aquí’, y así, de repente, cerró las puertas y regaló algunos de los productos a la gente. Quizá porque supo que era momento de disfrutar aún más la compañía de sus hijos y su esposa, la profesora Gloria Valdés.

Foto: Harumi Kawasaki

EL MOSTRADOR, LA CASA DEL ASADO

Era imposible que tantos años de historia se terminarán así nada más. Rosa María Valdés Valdés, mujer de carácter alegre y dicharachero, creativa y muy ‘entrona’, tuvo la buena idea de echar a andar un concepto diferente en el mismo lugar que la tienda de abarrotes.

Rescató el mostrador de madera y lo arregló con detalles de la región. Lo mismo hizo con el anaquel de madera, que permanece a la entrada del sitio.

Así abrió lo que ahora es una verdadera experiencia gastronómica: El Mostrador Turístico de Arteaga.

El lugar es realmente acogedor, con sillas y mesas de madera y un menú inigualable, con alimentos que aprovechan al máximo cada ingrediente de la región, y con preparaciones creativas.

Su especialidad es el Asado de Mezquite, un platillo elaborado con carne de puerco, harina de mezquite y una mezcla de chiles, mismo que recibió la ‘denominación de origen’, un signo distintivo con el que se reconoce un producto característico de una región, en este caso, el Mezquite, fruto del árbol del mismo nombre. Este platillo data ya de 5 generaciones en la familia.

También sirven diversos platillos con codorniz como protagonista, y otros caldos muy originales, como el puchero Arteaga Mágico y el caldo Revive al Cien, de médula ósea. En los asados también los hay de aguacate y de manzana.

Rosa María realmente ha utilizado los frutos de la región en diversas presentaciones. En las aguas frescas destaca la de lima del desierto (el cabuche maduro), la del pastor (con cascarindo de caco, de café, pétalos de rosa, de jazmín y de crisantemo), y la del obispo (en honor a Francisco Villalobos, preparada con naranja, pera, manzana y betabel o remolacha), ésta recibió el nombre porque doña Hortencia la servía al obispo de Saltillo cuando la visitaba.

También ofrecen vinos locales, de Bodegas del Viento, San Juan de la Vaquería y Hacienda La Florida.

“Todos los productos que vas a encontrar aquí son de origen, no llevan conservador, no cocino nada con conservadores. Todo es orgánico”, menciona Rosa María.

“Quisimos rescatar esos productos que nos dan identidad y plasmarlos en una cocina de origen, eso nos da una explosión de sabores”, agrega.

El lugar se ha vuelto el favorito de los extranjeros que visitan Arteaga, pues dice Rosy que ha recibido desde brasileños, estadunidenses y canadienses, hasta visitantes de Europa.

“El compromiso que tenemos en El Mostrador es por una alimentación sana y con productos que la misma naturaleza nos da”, finaliza Rosa María.

Foto: Harumi Kawasaki

DATOS:

  • Según determinó el INAH la casa tiene 180 años de construcción.
  • Los platillos representativos del restaurante son el asado de mezquite y la codorniz en pétalos de rosa.
  • Fue la primera tienda que existió en Arteaga.
  • El lugar ha sido visitado por reconocidos chefs mexicanos como Jesús Gibaja y Alfredo Oropeza.

 HORARIO DE SERVICIO

El Mostrador Turístico abre todos los días de la semana en el siguiente horario: de lunes a miércoles de 9:30 de la mañana a 7:00 de la tarde; jueves y viernes de 9:30 de la mañana a 4:00 de la tarde, y sábado y domingo de 12:00 de mediodía a 9:00 de la noche.

 

 

Autor

José Torres Anguiano
José Torres Anguiano
Reportero Multimedia. Periodista de barrio y contador de historias apasionantes.
Premio Nacional de Comunicación "José Pagés Llergo" 2017.
Premio Estatal de Periodismo 2015, 2016, 2017 y 2018.
Premio de Periodismo Cultural UAdeC 2016, 2018, 2021 y 2023.

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