La paz, un movimiento que se construye entre todos

El mundo se encuentra en un llamado de alerta inminente ante la fractura social que se vive, y que poco a poco despierta entre los gobernantes de las diferentes naciones el interés por construir lazos de paz que permitan crear un mejor entorno para las nuevas generaciones.

Si bien hay organismos mundiales que regulan y buscan el bienestar de seres humanos que habitan este Planeta, no es posible llegar a tantos rincones como se esperaría y desearía, para poder así combatir la ola de violencia que azota la sociedad. Por eso día a día son más las personas que buscan que se desenvuelve.

Así sucedió con Blanca Myrna Garza Aburto y Verónica Barreda Alcocer, dos amigas originarias de Saltillo, quienes, con el interés de ser agentes de cambio en su comunidad, iniciaron como voluntarias en la restauración del tejido social, donde pudieron abordar todas las realidades que se viven día a día, buscando el bien común, la armonía y equidad, de modo de quienes habitaran esa comunidad pudieran tener un mayor bienestar posible.

Así, con el objetivo muy claro de lo que deseaban alcanzar, nace EMCOPAZ (Empresa Constructora de Paz), la cual les permitió poder desarrollar las ideas en las que habían estado trabajando desde hace una década.

“Siempre lo hemos dicho la paz se construye todos los días, cada vez que topas con algo negativo, ahí tienes la oportunidad de cambiar el entorno; por eso esto es una empresa, porque esto hay que hacerlo una, otra y otra vez: construir paz para todos” menciona Blanca Myrna.

La Empresa Constructora de Paz, es una organización 100 % confiable y ciudadana, que apuesta por una participación transformadora que genera la participación activa y comprometida de todas las personas a favor de la justicia, equidad de género y la sustentabilidad social y ambiental. EMCOPAZ ha formado una red que sirve como vínculo entre el ciudadano y las autoridades, permitiendo despertar conciencia a través de propuestas, compromisos y esfuerzos, de temas que impactan a la ciudadanía, creando un rol movilizador en la construcción de un mundo más amable y habitable para todas y todos.

A lo largo de su trayectoria en la construcción de la paz por cárceles, empresas, tutelares de menores, colonias de la ciudad, Blanca y Verónica, se percataron de cuanta necesidad hay de que todos sepan cómo trabajar en pro de la paz, que desde donde están pueden colaborar, proponer con algo más que protestar, para que la situación que vivimos actualmente cambie.

“Si la violencia comienza en mí, la paz también comienza en mí, si empiezo desde mi persona, si cada persona lo hiciera, pudiéramos lograr la construcción de la paz, que ya se necesita” menciona Blanca Garza.

Con cada platica, cada taller, se busca dar a las personas las herramientas necesarias, para que ellas mismo vayan trabajando y, que se den cuenta de su responsabilidad en acciones tan mínimas que pueden provocar violencia en su entorno: desde la forma en cómo miran a la persona de al lado; hasta quedarse con el cambio que recibieron de más al ir de compras.

“Estoy convencida de que hoy por hoy hemos hecho un buen trabajo, impactando cada vez más, formando personas que, aunque nosotros no estemos ahí para orientarlas, son capaces de generar un cambio en su círculo social y laboral, como dejando una semillita” comparte Verónica Barreda.

Con este gran movimiento de EMCOPAZ, se busca empoderar a las personas, “y no quiere decir con ello que buscamos hacerlos soberbios”, menciona Blanca Garza; por el contrario, se busca darles el reconocimiento de los derechos, de sus potencialidades, el merecimiento al respeto y a un trato digno hacia ellos mismos; y hacia las otras personas, así es como trabajan en esta asociación el empoderamiento.

A lo largo de este tiempo, se han unido cada vez más personas a EMCOPAZ, lo cual ha permitido contar con un equipo extraordinario, puesto que cada persona que integra esta asociación desde sus recursos y habilidades, permite ayudar a otros individuos que se encuentran en la búsqueda de la paz, las 24 horas del día, los siete días de la semana.

“La constante convivencia con diferentes personas hace de nuestra participación una experiencia tan gratificante” comparte Verónica.

Tras años de trabajo, EMCOPAZ ha trascendido de Saltillo y ha logrado moverse a nivel estatal a través de diferentes programas, recordando que ellos son un enlace entre la sociedad y autoridades; lo cual permite que sean más los ciudadanos y organizaciones que se integran en esta búsqueda de la paz entre las comunidades. “Para donde vamos las necesidades son las mismas, para donde te acerques, hay esta necesidad de la gente de ser escuchada, vista, tomada en cuenta” comparten nuestras entrevistadas.

Todos tienen la capacidad de construir un entorno de paz; solo se trata de reconocerlo y de darle el empoderamiento a la persona, que se reconozcan que cuentan con las capacidades, para poder seguir adelante y poder resolver aquellos problemas de su familia, centro de trabajo o comunidad en general.

A lo largo de los años, las fundadoras de EMCOPAZ han pasado por diferentes circunstancias; y nos mencionan: “se hace mucho trabajo para poder llegar a esto, se han tocado muchas puertas, puesto que no tenemos apadrinamientos, somos ciudadanas y ciudadanos apoyándonos a nosotros mismos, en una forma legal y en una forma de trabajo arduo, para lograr que la ciudadanía colabore y se una sea responsable de su comunidad, cuando eso quede claro muchas cosas van a cambiar”. Y añaden, “sin duda es un trabajo en equipo, en donde uno ve que está haciendo o dejando de hacer para que esto no funcione, y así modificarlo. Si no se toma las riendas de lo que nos toca, entonces no se alcanzarán los objetivos deseados”.

Hay que cambiar el chip cultural, es necesario sensibilizarnos como seres humanos y tender la mano a quien lo necesite, formando una gran cadena, teniendo como objetivo hacer de este mundo un lugar mejor y habitable.

“Siempre hay que ir a la raíz, restauramos, brindamos herramientas y damos seguimiento, de tal forma que la persona sea capaz de crear su propia paz y construirla en su entorno” finalizan. (MARIANA FALCÓN)

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