Nadia Murad y Denis Mukwege, premios Nobel de la Paz

Foto: Twitter @NobelPrize

El comité Nobel noruego ha anunciado este viernes en Oslo que los elegidos para recibir el Nobel de la Paz este año son la yazidí Nadia Murad, ex esclava del grupo yihadista Estado Islámico, y el congoleño Denis Mukwege, un ginecólogo que cura a mujeres violadas en República Democrática del Congo, por «sus esfuerzos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra».

La página web de El Mundo publicó que tanto Murad como Mukwege habían sido ya galardonados con el premio Sajarov, la activista en el año 2016 y el ginecólogo en 2014.

Mukwege (1955) «ha dedicado su vida a defender a las víctimas de violencia sexual en tiempos de guerra» y Murad «es el testigo que cuenta de los abusos perpetrados contra ella y contra otros», argumentó el comité del Nobel para conceder el galardón.

El médico y su equipo «han tratado a miles de pacientes que fueron víctimas de estos asaltos». Asimismo, Mukwege ha condenado «la impunidad de las violaciones masivas y ha criticado al gobierno del Congo y de otros países por no hacer lo suficiente para parar la violencia sexual contra las mujeres como estrategia y arma de guerra».

En cuanto a Murad (1995), el Comité Nobel recordó que es «una de las cerca de 3.000 niñas y mujeres que han sufrido abusos sexuales como parte de la estrategia militar del Estado Islámico que usaban ese tipo de violencia como un arma contra los yazidíes y otras minorías religiosas».

Además, destacó que «tras tres meses de cautiverio logró escapar y empezó a denunciar los abusos que habían sufrido ella y otras mujeres». «Tuvo el extraordinario coraje de contar su propio sufrimiento y de ayudar a otras víctimas», dijo el Comité Nobel.

El anuncio era uno de los más esperados en esta edición de los Nobel, que en esta ocasión no contó con su premio más prestigioso -junto con el de la Paz-, el de Literatura, aplazado un año a causa de un escándalo sexual que sacudió a la Academia.

Los cinco miembros del comité debían decidir quién de los 331 candidatos -individuales u organizaciones- propuestas era el digno merecedor del premio.

Gran expectación

En los últimos días, la entrega del Nobel generó un clima de expectativa en el que se barajaban posibilidades tan dispares como los dirigentes coreanos, los defensores de la libertad de prensa e, incluso, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En las casas de apuestas, el juego parecía claro: varios portales veían al presidente surcoreano Moon Jae-in y al líder norcoreano Kim Jong-un como grandes favoritos por el acercamiento entre ambos países. En lo que respecta al líder norcoreano, hubiera supuesto pasar por alto las violaciones «sistemáticas y extendidas» de los derechos humanos en Corea del Norte, que una comisión de investigación de la ONU calificó de crímenes contra la humanidad en 2014.

Otro favorito inesperado en las apuestas era el presidente Trump. A 7-1, el sitio de apuestas Betsson le daba diez posibilidades más de ganar el premio que al dirigente francés, Emmanuel Macron, británica, Theresa May, y ruso, Vladimir Putin.

Más acertados en sus predicciones, gran parte de los expertos Nobel apostaban por los paladines de la lucha contra la violencia sexual, en plena oleada del movimiento #MeToo.

Entre los candidatos también figuraban el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el bloguero saudí Raif Badawi, el primer ministro etíope Abiy Ahmed y defensores de los derechos humanos en Rusia, como la ONG Memorial y el diario ‘Novaia Gazeta’.

El año pasado, el premio recayó en la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN).

Tras el de la Paz, el único que se entrega en Oslo, el Nobel de Economía clausurará la edición 2018.

Los Nobel, consistentes en una medalla de oro, un diploma y un cheque de nueve millones de coronas suecas (unos 865.000 euros, 990.000 dólares) se entregarán formalmente en Oslo y Estocolmo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel (1833-1896). (EL MUNDO)

 

Los comentarios están cerrados.