Tras sismo y tsunami, ahora hace erupción volcán en Indonesia

El volcán Soputan entró este miércoles en erupción al noreste de la isla de Célebes, expulsando una nube de cenizas hasta cuatro mil metros de altura, aunque no presenta riesgo para la población, según las autoridades.

“La gente debe estar tranquila, permanecer a más de cuatro kilómetros del cráter y llevar una mascarilla” pero la población “no debe evacuar de momento”, indicó la agencia de gestión de situaciones de emergencia.

El volcán Soputan está a unos 1000 km de Palu, en la misma isla de Célebes, la ciudad devastada el viernes por un fuerte sismo de magnitud 7.5, seguido de un tsunami, que causó cerca de mil 400 muertos.

Indonesia, un archipiélago de 17 mil islas e islotes que se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países del mundo más propensos a sufrir desastres naturales.

 

MÁS Y MÁS MUERTOS

Más de mil 400 personas murieron en el sismo y el tsunami ocurridos en la isla indonesia de Célebes, donde las necesidades en las zonas siniestradas son “inmensas” y se reducen las esperanzas de encontrar supervivientes.

“El balance total es de mí. 407 muertos”, indicó Sutopo Purwo Nugroho, el portavoz de la agencia de gestión de catástrofes naturales en una rueda de prensa. Un balance anterior hablaba de 1.374 muertos y 113 heridos.

Las autoridades se dieron hasta el viernes —una semana después de la catástrofe— para encontrar posibles supervivientes. Pasada esta fecha, las posibilidades serán prácticamente nulas.

Los equipos de rescate se concentran en algunas zonas alrededor de Palu, una ciudad de la costa golpeada de lleno por el tsunami, y especialmente en el hotel Roa Roa, donde aún habría unas sesenta personas sepultadas bajo los escombros.

También trabajan en un centro comercial, un restaurante o en el barrio de Balaroa, donde la fuerza de la sacudida dejó el suelo hecho trizas.

Cerca de 200 mil personas necesitan ayuda humanitaria urgentemente, según la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), incluyendo decenas de miles de niños. Se calcula que 66.000 viviendas fueron derruidas el viernes por el temblor de magnitud 7,5 y el tsunami que engendró.

A pesar de que el gobierno indonesio afirmó a los equipos extranjeros que intervienen en las zonas afectadas que la situación estaba controlada, los habitantes de localidades alejadas como Wani, en la provincia de Donggala, dicen que no han visto ninguna ayuda.

“Doce personas están desaparecidas en esta zona”, afirmó a la AFP un habitante, Mohamad Thahir Talib, de 39 años. “Puede que también haya cuerpos más al sur”. (EL HERALDO DE MÉXICO)

 

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