Naciones Unidas.- Los debates de una semana al más alto nivel en la Asamblea General de las Naciones Unidas concluyeron este lunes después de que los representantes de los 193 Estados miembros intervinieron y la mayoría de ellos expresó su apoyo al multilateralismo.
Hasta cierto punto, el foro fue prácticamente Donald Trump contra el mundo. En su discurso, para el cual llegó tarde, el presidente de Estados Unidos enfrentó la soberanía contra el globalismo.
«Estados Unidos es gobernado por los estadounidenses. Rechazamos la ideología del globalismo y abrazamos la doctrina del patriotismo», dijo.
«En todo el mundo, las naciones que son responsables deben defenderse contra las amenazas a la soberanía no solo desde la gobernanza global, sino también desde otras formas nuevas de coerción y dominación», agregó.
Las palabras de Trump fueron inmediatamente refutadas por muchos líderes mundiales.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera ministra británica, Theresa May, dijeron exactamente lo contrario.
«De ninguna manera cederé el principio de la soberanía de los pueblos a los nacionalistas ni a aquellos en la comunidad internacional que abogan por replegarse hacia adentro, que quieren usar la soberanía de los pueblos para atacar la universalidad de nuestros valores», dijo Macron poco después de que Trump hablara.
«Sé que defender la cooperación y el multilateralismo puede que ya no esté a la moda. Entonces ya no estaremos de moda», agregó.
Por su parte, May indicó: «Hemos visto lo que sucede cuando el patriotismo natural, que es la piedra angular de una sociedad sana, se convierte en un nacionalismo agresivo, explotando el miedo y la incertidumbre para promover la identidad política en casa y la confrontación beligerante en el extranjero, rompiendo las reglas y socavando las instituciones».
«Y … cumplir lo prometido a sus ciudadanos en casa no tiene que ser a expensas de la cooperación global y los valores, reglas e ideales que sustentan esto», dijo.
El presidente iraní, Hassan Rouhani, fue más sarcástico e indicó que el ataque al multilateralismo es la manifestación de una incapacidad intelectual.
«Hacer frente al multilateralismo no es un signo de fortaleza. Más bien, es un síntoma de la debilidad del intelecto. Demuestra la incapacidad de comprender un mundo complejo e interconectado», dijo Rouhani.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, le dieron a Trump una lección de filosofía.
«Europa ha demostrado al mundo que el multilateralismo y la soberanía no son una contradicción en los términos», dijo Maas. «Por el contrario, en un mundo con inmensos problemas globales, solo podremos salvaguardar la soberanía si trabajamos juntos».
Rutte también dijo que no hay conflicto entre el multilateralismo y el interés nacional. «Creo en el multilateralismo constructivo, creo en el poder de los principios y no en los principios del poder, para guiarnos hacia un futuro mejor para más personas».
El ministro de Relaciones Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, argumentó que sin un orden mundial basado en normas, los estados pequeños como su país no podrán sobrevivir.
«El cumplimiento de las normas acordadas por todos los Estados no solo es esencial para la estabilidad global y el gobierno de los bienes comunes globales, sino que es especialmente importante para los Estados pequeños como Singapur», dijo. «Sin el imperio de la ley, los fuertes hacen lo que quieren y los débiles deben sufrir».
Otro tema candente en el debate general de este año fue el cambio climático. Muchos líderes mundiales reafirmaron su compromiso de contener el calentamiento global, en particular con el Acuerdo de París, del cual la administración Trump se retiró el año pasado.
«Es una emergencia. Entonces, cumplamos con los compromisos que hemos asumido», dijo Macron.
«No firmemos más acuerdos comerciales con poderes que no respeten el Acuerdo de París. Aseguremos que nuestros compromisos comerciales incluyan nuestras obligaciones ambientales y sociales. Movilicemos más los fondos soberanos, que financian esta estrategia política de bajas emisiones de carbono», dijo.
Las solicitudes de los pequeños Estados insulares, cuya supervivencia está amenazada por el calentamiento global, fueron especialmente auténticas.
«En pocas palabras, el cambio climático representa la mayor amenaza, especialmente para los pequeños Estados insulares en desarrollo como Samoa, no a través de nuestra acción o elección, y la necesidad de tomar medidas efectivas para mitigar los impactos del cambio climático es urgente y real», señaló el primer ministro de Samoa, Tuilaepa Malielegaoi, a la asamblea.
«Sus impactos están empeorando cada día. Ningún país, o grupo de naciones, y ninguna organización puede ganar la guerra contra el cambio climático. Los intereses divergentes, aunque inextricablemente vinculados, de los estados miembros exigen que trabajemos juntos», subrayó.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alertó sobre el cambio climático al comienzo del debate general.
«Hemos llegado a un momento crucial. Si no cambiamos el rumbo en los próximos dos años, corremos el riesgo de un cambio climático descontrolado», dijo a los líderes mundiales.
Con la participación de 77 jefes de estado y 44 líderes de gobierno este año, el debate general es la reunión más grande de líderes mundiales. Pero la retirada de los Estados Unidos, un jugador internacional clave, afectará el curso colectivo de la humanidad. (XINHUA)
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