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FRANCISCO J. DE LA PEÑA

HISTÓRICO JUICIO

Esta semana, si no hay un nuevo diferimiento, comenzará en Piedras Negras el histórico juicio en contra del padre Meño, acusado por un seminarista de haber cometido en su contra abusos sexuales en diversas ocasiones.

Es histórico, por ser la primera ocasión en que un sacerdote de la otrora poderosa e intocable iglesia católica es juzgado en nuestro estado -y quizás en el país- por un delito de tipo sexual; y es histórico, porque será también la primera ocasión en que a un Obispo -el de Piedras Negras, ALONSO GARZA- sea sentando en el banquillo de los testigos para que declare todo lo que sabe de este delito cometido en la diócesis a su cargo, del cual además se presume es coparticipe por encubrimiento.

LO VAN A EXONERAR

La audiencia de este juicio, de acuerdo con un abogado penalista experto en el caso, será llevada por tres jueces: uno de Monclova, uno de Torreón y uno de Piedras Negras, los cuales se constituirán en Tribunal; puede durar varios días, pero, al tratarse de un asunto de carácter penal, una vez que inicie debe continuar hasta su conclusión. Es decir, podría terminar el viernes, el sábado o el domingo.

El padre Meño es culpable. De eso no hay la menor duda. Además de haber abusado del seminarista que lo acusa, lo hizo también en contra de varios más, algunos de los cuales en este juicio se van a presentar como testigos, con lo que quedará plenamente demostrado que este sacerdote católico es en realidad un delincuente y enfermo sexual que daño con sus actos a muchos menores de edad que estaban bajo su cargo en el seminario.

Por estos actos, y de acuerdo con la tradición católica a la que él pertenece, Meño va a arder en el fuego del infierno por toda la eternidad. Ese será su castigo. Pero aquí en la tierra, lo más posible es que sea exonerado, ya que los terribles delitos que cometió, los llevó a cabo en México, un país en dónde las leyes están tan atrasadas, que, en casos como éste, habitualmente priva la impunidad.

El abogado penalista consultado lo explica así: “En países con leyes de avanzada, los fiscales tienen que probar que el acusado mantuvo una conducta delictiva, tal como lo hizo Meño al abusar de varios seminaristas, y con esto, se da como un hecho que, al ser esa su conducta habitual, entonces en efecto cometió el delito por el que se le acusa de forma específica en éste caso, y por lo tanto, debe emitirse una sentencia de culpabilidad por parte del tribunal”.

“En el caso de las leyes en México, lo que se tiene que probar es el hecho puntual, no la conducta. Es decir, la fiscalía tendría que probar que, en efecto, el acusador fue violado por Meño, y para ello, tendría que tener testigos presenciales del hecho, los cuales no existen, o pruebas médicas que demuestren que efectivamente ocurrió la violación, las cuales tampoco existen porque el hecho ocurrió varios años antes de que se interpusiera la denuncia”.

Luego entonces, aunque Meño ya está condenado a arder en el fuego eterno, aquí en México esta misma semana podría recobrar su libertad, y esto será así con todos los sacerdotes pederastas, a menos que nuestros diputados federales, que andan muy entretenidos en acatar todas las órdenes que les da AMLO para derogar la reforma educativa, modifiquen las leyes en la materia.

HAY MÁS CASOS

La Ley de Asociaciones Religiosas, en su ARTICULO 12 Bis, señala claramente que “Los ministros de culto, los asociados y los representantes de las asociaciones religiosas, incluyendo al personal que labore, apoye o auxilie, de manera remunerada o voluntaria, en las actividades religiosas de dichas asociaciones, deberán informar en forma inmediata a la autoridad correspondiente la probable comisión de delitos, cometidos en ejercicio de su culto o en sus instalaciones”.

Por eso afirmo que el Obispo Alonso Garza puede ser acusado de encubrimiento, porque él supo de los abusos del padre Meño y nunca lo denunció, como si lo hizo recientemente por otro caso que está a punto de salir a la luz pública, el de un sacerdote en el municipio de Allende al cual Garza Treviño si denunció, pero de una forma tan deliberadamente vaga, que no permite establecer una acusación formal en su contra. Es decir, a este también lo encubrió, pero cumpliendo la ley…Se nota que tiene un buen asesor.

paco1533@prodigy.net.mx

Autor

Francisco De la Peña de León
Francisco De la Peña de León
Director editorial de El Heraldo de Saltillo
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