Siguen cayendo a la cárcel presidentes corruptos ¿En México cuándo?

Este miércoles el ex presidente de El Salvador, Elías Antonio “Tony” Saca, fue sentenciado a 10 años de prisión por corrupción, acusado de desviar más de 300 millones de dólares para su partido político y sus empresas, convirtiéndose en el primer mandatario salvadoreño en pisar la cárcel.

Tony Saca, junto con cinco de sus colaboradores, se declaró culpable y acordó dar detalles sobre sus operaciones ilegales a cambio de una sentencia reducida, siendo condenado a diez años, en lugar de los treinta que alcanzaría por peculado.

El salvadoreño, que gobernó de 2004 al 2009, se convirtió –hasta el momento- en el último de los mandatarios sentenciado a prisión en el mundo, sumándose a una larga lista en la que destacan los de América Latina.

Pero no es el único de su país, pues Francisco Flores, presidente de El Salvador de 1999 a 2004, estuvo bajo arresto domiciliario desde 2014 hasta su muerte en 2016 acusado de peculado, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.

Era señalado por haberse quedado con donaciones de 15 millones de dólares del gobierno de Taiwan para ayudar a afectados por terremotos.

Otro de los casos más recientes fue el de Luz Inacio Lula Da Silva, ex presidente brasileño condenado a más de 9 años y 6 meses de prisión por corrupción y lavado de dinero en la empresa estatal Petrobras.

Lula fue acusado de recibir un lujoso apartamento en el puerto de Guaruja, en Brasil, de la empresa constructora OAS, a cambio de contratos multimillonarios con la petrolera Petrobras firmados con el gobierno.

Pese a lo anterior, Lula insistió que el apartamento nunca fue de su propiedad y rechazó las acusaciones de lavado de dinero, incluso se postuló, desde la cárcel, como precandidato a la Presidencia de Brasil por el Partido de los Trabajadores en este mismo año.

Esta es la primera vez que un ex presidente brasileño es condenado por corrupción, aunque Dilma Rousseff renunció al cargo por acusaciones similares.

En Perú, el ex presidente Ollanta Humala, que gobernó del 2011 al 2016, y su esposa, Nadine Heredia, fueron sentenciados a 18 meses de prisión en julio de 2017, por lavado de dinero y asociación ilícita para delinquir.

Lo anterior, por haber recibido 3 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht para financiar su campaña en 2011.

Humala y su esposa recobraron su libertad en abril de 2018, aunque continúan el proceso en su contra por blanqueo.

También en este país fue sentenciado a 18 meses de prisión preventiva Alejandro Toledo, ex presidente de 2001 al 2006, acusado de recibir también sobornos por parte de la empresa Odebrecht, acusado, al igual que Humala, de lavado de dinero y tráfico de influencias.

Sin embargo, Toledo no ha pisado la cárcel, pues se encuentra en Estados Unidos y ha negado las acusaciones en su contra.

Y no se puede olvidar el caso de Alberto Fujimori, sentenciado en 2007 por delitos de lesa humanidad y en 2009 por corrupción, aunque en diciembre de 2017 el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski le concedió el indulto humanitario.

Pero los casos siguen en América Latina. En Estados Unidos, el ex presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, se encuentra preso en Miami y con solicitud de extradición a su país, acusado de ‘escuchas ilegales’ durante su gobierno a más de 150 personas.

Uno de los casos más sonados en la última década fue el del ex presidente de Guatemala Otto Pérez Molina, acusado de asociación ilícita, cohecho pasivo y defraudación aduanera.  El guatemalteco fue encarcelado luego de que renunciara a la presidencia en el 2015.  Pérez Molina es acusado incluso de dirigir una red del crimen organizado que saqueó al país entre 2012 y 2015, denominada “cooptación del Estado”, así como de operaciones ilícitas por 38 millones de dólares cobradas como comisiones a contratistas.

En Honduras, en el 2016 el expresidente Rafael Callejas, que gobernó de 1990 a 1994, se declaró culpable de participar en sobornos en la Confederación del Norte, Centroamérica y Caribe de Fútbol (Concacaf).

Fue acusado de crimen organizado y fraude electrónico, y podría alcanzar una pena máxima de 20 años de cárcel.

Y los casos podrían seguir en Latinoamérica, pues también están acusados de corrupción los ex presidentes de Guatemala, Álvaro Colom; Jimmy Morales, Alfonso Portillo y Jorge Serrano Elías.

En Brasil la misma suerte podrían correr Dilma Rousseff, Fernando Collor de Mello, José Sarney y Fernando Henrique Cardoso, todos investigados por sus relaciones con Odebrecht.

En Argentina, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner está acusada de administración fraudulenta y perjuicio a la administración pública, si el Senado lo aprueba, podría ser encarcelada. En este mismo país se ha sentenciado a cuatro años y medio de prisión por peculado al ex presidente Carlos Menem, aunque sigue ejerciendo en la política hasta que “la sentencias no esté firme”.

¿EN MÉXICO CUÁNDO?

Pero en México, a pesar de que hay un gran número de acusaciones en contra de ex presidentes de la República por diferentes delitos, ninguno de ellos ha pisado la cárcel.

El que más cerca estuvo fue el ex presidente Luis Echeverría, quien solo estuvo en 2006 en prisión preventiva domiciliaria, acusado de desaparición forzada y genocidio. Señalado como el responsable de la matanza del 68 en Tlatelolco.

Aunque en el 2009 fue declarado inocente y absuelto de todos los cargos.

En 2011, Ernesto Zedillo Ponce de León, ex presidente mexicano, fue demandado en una corte federal de Connecticut (Estados Unidos) por la masacre de 1997 en Acteal, Chiapas, cuando gobernaba el país. Sin embargo, la demanda fue desechada.

En 2014 el presidente Enrique Peña Nieto fue acusado por conflicto de interés, luego de que su esposa adquiriera una casa de siete millones de dólares a un contratista cuando era gobernador del Estado de México.

El caso ameritó una investigación oficial que finalizó en la exoneración del actual presidente, su esposa y el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

Y aunque no fueron acusados de forma oficial, de sobra conocidos son los casos de enriquecimiento inexplicable de ex presidentes como José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari (su hermano Raúl sí estuvo en la cárcel por corrupción, pero fue liberado posteriormente), así como Vicente Fox Quezada, y sobre todo su esposa Martha Sahagún y los hijos de ésta.

A Enrique Peña Nieto también se le ha relacionado con numerosos casos de corrupción, pero, al menos por ahora, no existe ninguna acusación formal en su contra. ¿Cambiará esto con la llegada del nuevo gobierno? ¿Se atreverá AMLO a investigar a los ex presidentes,  particularmente a su archí enemigo, Vicente Fox? Eso pronto lo sabremos. (EL HERALDO)

EX PRESIDENTES PRESOS

            EL SALVADOR

  1. Elías Antonio Saca
  2. Francisco Flores

 

BRASIL

  1. Luz Inácio Lula Da Silva

 

PERÚ

  1. Ollanta Humala
  2. Alejandro Toledo
  3. Alberto Fujimori

 

PANAMÁ

  1. Ricardo Martinelli

 

GUATEMALA

  1. Otto Pérez Molina

 

HONDURAS

  1. Rafael Callejas

 

 

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