LOS CINQUEROS Y LA CALIDAD DE OBSERVADOR

 JUAN ANTONIO MARTÍNEZ BARRIOS

El próximo inicio de operaciones del servicio de transporte Metrobús Laguna ha exhibido una vieja irregularidad como lo son los “cinqueros”, rutas a base de taxis configuradas de manera arbitraria y fuera de toda norma.

En los últimos diez años los cinqueros han creado sus propias rutas, tolerados por las autoridades bajo la excusa de que es un servicio que requieren los usuarios, debido al mal servicio de las rutas de autobuses.

Es decir, las autoridades municipales no resuelven el problema del mal servicio de los autobuses y permiten que se cree otro problema, generado por los taxistas, que abren sus propios recorridos, fijan sus propias tarifas y determinan el número de unidades en cada trayecto. La consecuencia es un completo círculo vicioso y una anarquía total, en la que el gobierno municipal se convierte en mero observador.

Hoy las autoridades parecen decididas a proceder contra los cinqueros, de acuerdo con la condición de las líneas de autobuses para entrar a las negociaciones -¡al fin!- para definir el modelo de negocios ligado a la operación del Metrobús.

Aquí parece una sencilla cuestión de aplicar la ley. Obligar a los autobuseros a respetar las frecuencias de paso y eliminar las rutas de los cinqueros, que finalmente sí les hacen competencia desleal a las líneas de autobuses, y no porque tengan diez años haciéndolo han creado derechos.

El problema es que los representantes de varias líneas de taxis han apoyado a Jorge Zermeño Infante en sus últimas dos campañas para la Alcaldía y hoy reclaman que amor con amor se paga. Por ello Zermeño, aunque puntualiza que primero son los usuarios, argumenta que éstos no pueden estar esperando 20 minutos un autobús, para justificar que paguen un taxi entre varios, como desconociendo que ya hay rutas de cinqueros por toda la ciudad ofreciendo su anárquico e irregular servicio.

Lo peor que puede pasar es que una vez en servicio el moderno servicio del Metrobús cada quien siga haciendo lo que le venga en gana, autobuseros y taxistas, y la autoridad permanezca en calidad de observadora de la anarquía.